ENTREVISTA: LEATHER. Latas de cerveza para las tías duras

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Photo Credit: (c) Rockin Ryan Richardson and Marisol Richardson

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Tras volver en 2012, la frontwoman Leather Leone no tiene entre sus planes volver a irse. Está de vuelta tras aquel segundo álbum de su proyecto en solitario, “II”, tomando las riendas, haciendo los cambios necesarios, sin mirar atrás, gritando que retoma el control con la misma energía y convicción que cuando se proclamó comandante de la tormenta en 1986. Leather no hace prisioneros y, 35 años más tarde, no se casa con nadie. Más bien al contrario. “We are the Chosen” nos muestra a Leone en su estado más puro. Leather sin cortar. Sin refinar. Y en plena forma.

Nada la para y, por lo visto, nada lo hará. Tras una pandemia, transformaciones y cambios, y acabando de sacar un nuevo álbum con un único componente como parte de su banda, esto es lo que tiene que decir sobre sus planes para Leather: “nuestra prioridad es girar. Estamos trabajando con diferentes agencias. Veremos qué podemos hacer. Queremos tocar, así de simple”.

Como auténtica y experimentada institución del metal de los 80, era natural que el nuevo disco tuviera parte de ese carisma old school. Cuando le preguntamos sobre las ideas y significado tras su nueva obra y primer single, ‘We are the Chosen’, Leather dijo que buscaban “algo un poco más épico. Me gusta trabajar con Vinnie porque le gustan los 80 pero tiene un toque más moderno. Y mi voz, obviamente, es los 80, pero [Vinnie] consigue darle a todo ese girito”. En ese sentido, la placa sigue la línea de su anterior lanzamiento, “II” [High Roller Records, 2018]. Comparten esa forma de combinar una base claramente heavy metal – y ligeramente thrash – de los 80, manteniendo un enfoque simple y directo con un sonido general y mezcla actuales, y con el foco puesto en la melodía, estando también muy centrado en la guitarra, y con la inconfundible y potente voz de Leather al frente de cada canción. El primer single del largo – para el cual ya han sacado un vídeo – es la mejor prueba aural de la personalidad del proyecto. “[el single, ‘We are the Chosen’] quedó un poco Dio. Pero no fue algo buscado”, comenta Leather. Lo cual no le pilla por sorpresa a nadie que haya seguido mínimamente la carrera de Leather. Leone nunca ha ocultado el hecho de que el vocalista americano siempre ha sido una de sus mayores fuentes de inspiración y una figura esencial para su historia, no solo musical. “Para mí Dio es muy importante. La primera vez que escuché su voz fue como flotar. Después pude conocerle un par de veces. Fue muy importante para mí. Siempre recordaré las cosas que me dijo sobre mi voz”. En cierta forma, Dio siempre está en todo lo que hace Leather. Y siempre estará.

Photo Credit: (c) Rockin Ryan Richardson and Marisol Richardson

En definitiva, “We are the Chosen” es un trabajo muy sólido, donde todo fluye sin dificultad. Nadie diría que el proceso creativo fueron dos personas enviándose ideas desde diferentes partes del mundo. Aunque a muchos grupos no les quedó otra que adaptarse a estas nuevas circunstancias durante la pandemia. Leather Leone y Vinnie Tex no son una excepción. El álbum se compuso mientras Leather estaba en casa en USA y Vinnie en Portugal/Brasil. Aunque toda la situación extraña de la pandemia no supuso una gran diferencia para la cantante: “Mi vida durante la pandemia no cambió demasiado; seguí trabajando con los animales, con los pitbull…” comenta. Lo cual me llevó a reflexionar sobre cómo debe ser la sensación de estar creando algo en unos tiempos tan excepcionales como esos, y en hasta qué punto un artefacto o proceso creativo se puede convertir en una especie de refugio, en una forma de escapismo, así como una inconsciente fuente de inspiración. “En cierta forma se convierte en ese refugio”, admite, “y la situación está siempre en algún lugar de tu mente. ‘Who Rules the World’ no era una canción política pero, como acabo de decir, supongo que de alguna forma la situación siempre está ahí, en tu cabeza”. Este es solo un ejemplo de cómo la inspiración tras las letras de esta placa vienen de dentro, lo cual al final no es otra cosa que el efecto del mundo y las circunstancias que nos rodean. Las letras aquí hablan de la vida de Leather, de sus experiencias, sus emociones… Expuestas de una forma, quizás no simbólica, pero no obvia. Abiertas a interpretación. Según quien las lea pueden tener distintos significados. Letras con las que todxs nos podemos identificar. Cuando hablamos de los temas e ideas tras algunas de las letras, Leather comentó que “no intento explicar ‘esto es esto y eso es lo otro’. Vinnie me ayudó con las letras. Le interesa el ocultismo y todo eso”.

Tras escuchar este disco, el hecho de que Leather y Vinnie forman un gran equipo queda más que claro. De hecho, el guitarrista ya era parte de la formación de directo de Leone, pero ahora es el único componente que sigue con ella tras el gran cambio de formación que hubo hace no demasiado. “Vinnie fue el único que siguió en contacto después de Leather II y después de que se cancelara la gira. Y teníamos mucha química”. Después de todo, cuando trabajas en algo creativo con alguien más, la química es esencial, y también el tener una visión parecida. Sobre esto, Leather añade: “Como he mencionado, compartimos esta pasión por los 80 pero, al mismo tiempo, queremos hacer algo que sea más actual. Compartimos la misma visión musical”. Aunque la buena química entre ambos y los objetivos compartidos no nos sorprendan, quizás sí nos choque un poco más el hecho de que se fueran a Polonia [Hertz Studio] a grabar el disco. A pesar de que Leather diga medio en broma y entre risas que no sabe por qué grabaron en Polonia, lo cierto es que tenían varias razones para volver a Hertz Studio, un sitio que no es nuevo para ellxs, ya que “Vinnie había grabado allí con sus otras bandas de metal extremo y me lo recomendó. Fuimos allí a grabar el disco anterior y me trataron genial.  Y estás en medio de la nada, cuando a veces grabar en algunos sitios puede ser un poco claustrofóbico. Y el resultado fue fantástico. Llevan haciendo esto desde hace muchos años. Conocen muy bien el metal y les encanta”. Un sitio “en medio de la nada” puede sonar restrictivo, pero en boca de Leather hace que suene más a lugar de comodidad y concentración. En sus propias palabras, el estudio está “en medio de la nada, pero me sentí cómoda. Estás en mitad de la montaña, así que trabajas mucho”.

Photo Credit: (c) Rockin Ryan Richardson and Marisol Richardson

Solo tienes que hablar unos minutos con ella para notar que Leather Leone derrocha pasión por su música. Derrocha seguridad por su presente y emoción por el futuro. Desea probar cosas nuevas y mantenerse al día. Aunque no intente vivir en el pasado ni hacer de ello un acto de nostalgia, no podemos obviar que tiene a su espalda una prolífica carrera. Una de sus – si no la primera – bandas de metal fue Rude Girl. Un nombre autodescriptivo. Y muy potente. Tened en cuenta que era un grupo de thrash nuevo formado por mujeres jóvenes en los 80. ¿Eran Rude Girl realmente “chicas rudas”? Leather no tiene dudas. Tal y como ella dice, “Éramos chicas rudas. Era una época muy sexual; todo el mundo vestía sexy. Nosotras éramos camioneras. Llevábamos vaqueros y botas. Los conciertos eran la hostia; la gente nos tiraba mierda. Para mí fue un gran campo de entrenamiento. Sí, era un nombre potente. Éramos chicas duras”. Chicas duras en una escena predominantemente masculina que, básicamente, estaba formada – público y bandas – por un puñado de tíos y sus colegas tíos. Pensad que estas mujeres estaban empezando su carrera en San Francisco a la vez que grupos como Metallica, Megadeth o Testament antes incluso de que tuvieran su primer contrato discográfico. Un ambiente que puede ser hostil. Leather describe aquellos primeros días con un adjetivo: “Increíble”. También tiene algunas historias “divertidas” que compartir. “Me han tirado latas de cerveza, zapatos… Era brutal. Pero me flipaba. Nunca le he temido a nada. Aquellos tiempos me dieron una buena preparación para el futuro”. Las latas de cerveza y los zapatos no pudieron con estas chicas duras. Incluso telonearon a algunos de los grandes señores del thrash, como Exodus o Megadeth, lo cual Leather recuerda con una sonrisa mientras admite que “recuerdo que estaba muy emocionada. Era genial. En San Francisco todo era muy salvaje, había mucha pasión, y la gente se ayudaba entre ella. La escena era la leche. En LA era un poco diferente. LA era para la gente guapa. Ahora la escena ha cambiado. Hay mucha competición. Es porque hay muchos grupos. Bueno, es porque la industria ha cambiado, así que la escena también cambia. Es diferente”.

Si no podemos obviar su amplio catálogo, no podemos pasar por alto a Chastain, posiblemente el grupo que la ha hecho más conocida, o el grupo por el que conocimos a Leather por primera vez. De todas formas, la banda en algún momento paró, aunque no hubiera para ello una razón concreta. “Chastain era genial”, afirma, “pero supongo que al final todxs nos cansamos un poco. También me enteré de que David había rechazado algunas ofertas de conciertos y yo quería tocar. Chastain era su visión. Era su banda, no la mía… En algún momento todxs nos cansamos”. Fue entonces cuando Leather básicamente desapareció del mundo de la música durante unos 20 años. Estuvo alejada de la música, pero se mantuvo ocupada ya que “fue entonces cuando conocí a mi primer pitbull. Entonces me dediqué por completo a los animales. Sigo trabajando con animales. Mi vida son los animales y la música. Soy muy afortunada de poder dedicarme a ambas cosas y poder combinarlas. Durante todos esos años que estuve fuera, también estuve escuchando mucha música nueva”.

Y entonces, cuando menos lo esperábamos, ¡PUM! Leather volvió. Y con Sandy Sledge. Una vieja amiga y compañera tanto de Malibu Barbi como de Rude Girl. Las dos componentes de Rude Girl lanzaron juntas The Sledge/Leather Project. Nunca perdieron el contacto y cuando fueron al estudio para probar qué tal e intentar trabajar en algo, vieron que la química seguía ahí. Tenían una historia juntas y aún tenían mucho que decir, así que parecía que venían momentos emocionantes. Sobre la vuelta y el cómo se hizo ese disco, Leather dice: “Básicamente fue hablar mucho con Sandy y ponernos en contacto con la gente del equipo de Dio, como Jimmy Bain antes de que muriera, el manager de Dio… Y a partir de ahí todo fue rodado”. Desde entonces Leather no se ha vuelto a ir. Está aquí para quedarse. Una prolífica carrera en el heavy metal, aunque siempre permaneciendo en el underground. No solo en términos de fama, sino también de espíritu. De hecho, aunque era bien conocida en la escena heavy y thrash americana de los 80, por algún motivo, nunca ha llegado a ser un Hetfield o un Araya. Comenta que le preguntan esto mucho y cree que “es una buena pregunta. Creo que es todo; tienes que rodearte de un buen equipo: managers, publicistas… Todo. No tiene nada que ver con el talento. De gira he conocido a gente con mucho talento que no se ha hecho conocida. Es estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Y te tienes que rodear de mucha gente, casi como un pueblo. Es que, ya sabes, el éxito es ser conocidx y vivir de la música”. Es un tema interesante. ¿Qué es el éxito? ¿Cómo se mide? ¿No es el éxito hacer lo que quieres sin casarte con nadie, en vez de esa noción occidental capitalista de medir lo exitosx que eres por cómo eres de productivx – cuántos discos y entradas vendes o, en general, cuánta parte de trabajo pagado tiene tu pasión -? ¿No es el éxito ser quien realmente eres? “Es cierto. Esa es mi lección del día: el éxito es ser quien realmente eres. No puedo ser alguien que no soy. Me han ofrecido cosas, como ponerme un traje militar, a lo Janet Jackson más o menos, y he dicho que no. He rechazado cosas. Si me pusiera un corpiño no sería yo. Sería un chiste. Pero supongo que la gente asocia el éxito a ser muy famosx y vivir de esto. A dar conciertos en grandes estadios. Pero sí, la lección del día es esa; el éxito es ser quien eres. ¡Soy exitosa! Nunca me he casado con nadie».

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