Últimamente, reconozco que no paro de decir que el concierto al que he ido es increíble, el mejor, sin palabras, etc, pero es que cada uno que veo, supera al anterior.
Después de semanas escuchando «Trinidad» en bucle a todas horas, por todos lados, he tenido la oportunidad de poderlo oírlo y sentirlo, sí, sentirlo, porque cada nota que salía de sus instrumentos se pegaba a mi piel a través del increíble sonido de la sala.
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