Cuotas de paridad en nuestros festivales. ¿Una locura?

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Por algún motivo, poco se habla (quizás porque lo tenemos tan normalizado que ni tan solo hemos pensado en ello) sobre la cantidad de mujeres que se programan en nuestros festivales. Tan solo echad a una ojeada a los carteles de los grandes festivales de Rock y Metal dentro del estado y contad cuántas artistas mujeres hay (y no solo al micro). O incluso mirad fuera de nuestras fronteras. Es más, id hasta USA y echad un vistazo al cartel de la última edición del Maryland Death Fest. Más de 70 bandas y solo dos músicas en todo el cartel. Y no solo es que falten mujeres sobre el escenario, faltan debajo, al frente y detrás. Porque, queridos promotores, las mujeres en la música existen otros 364 días al año, no solo el ocho de marzo. Esto nos hace preguntarnos muchas cosas, como por ejemplo, ¿por qué? Pues por machismo, ¿por qué va a ser? Así podríamos resumir prácticamente todos los artículos de opinión que publicamos, pero no nos vamos a quedar solo en eso.

 

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Cada vez que se saca a colación el tema de las cuotas, de la paridad en los carteles de festivales, siempre aparece las temidas, infames dos palabras: «discriminación positiva». Pero, sobretodo, el argumento que nos han intentado vender algunes (y que parece que ha colado) de que no se puede contratar mujeres solo por el hecho de ser mujeres, que tienen que ser buenas (porque todes sabemos que los hombres que actúan en festivales son virtuosos). Como si un porcentaje más alto de mujeres en el cartel de un festival incrementara también el porcentaje de mediocridad por lo mismo; por ser mujeres. Esto sucede por el miedo a perder privilegios. No es que moleste que hagamos los espacios nuestros e intentemos dejar de ser simples invitadas. Es que eso asusta. A la gente privilegiada le asusta que aquellas personas que lo tienen más complicado tengan acceso a sus mismos espacios. Les da miedo perder su poder y privilegio. Eso nos muestra a personas poco concienciadas y poco sensibilizadas con las mujeres y otros colectivos que han sido históricamente desfavorecidos e invisibilizados.
Por ello mismo sí, hay menos mujeres en la música. Porque se les pone más obstáculos. Porque tienen que luchar contra la sexualización, la invisibilización, la infantilización. Resumiendo: hay menos mujeres porque lo tienen mucho más difícil. Porque tienen que trabajar el doble para llegar a donde llega un hombre. Y esto es el pez que se muerde la cola. Porque, si se invisibiliza a las mujeres, las artistas no tienen referentes. No tienen otros ejemplos a los que mirar.

Hay menos mujeres. Pero las hay. A patadas. Podríamos llenar páginas y páginas mencionando a mujeres en el Rock y en el Metal. Las hay para organizar conciertos de cualquier subgénero con solo bandas con integrantes femeninas. Las hay para llenar páginas de revistas. Para programar cada semana un concierto en tu ciudad. Las hay para publicar cada día un artículo en tu blog sobre ellas. Las hay para poner cada día diez canciones en tu programa de radio semanal. Se cree que hay menos porque no se contratan. Porque todos los espacios de la música están masculinizados. Es un problema estructural.

Como decíamos, el rollo de la «discriminación positiva» o el tema de que no se puede contratar a mujeres si «no están preparadas» son dos de los habituales argumentos cuando nos intentan rebatir cuando se habla del tema, en muchas ocasiones porque están confuses con algunos de los temas que se señalan. Pero nosotras tampoco queremos que contratéis mujeres sin valorar su calidad, sin escuchar su material, solo con el fin de no recibir críticas del sector feminista. Eso no solventa esa desigualdad y no rompe con la invisibilización. No visibiliza contratar mujeres en un festival  y ponerlas a tocar a las 14 de la tarde. No queremos que contratéis mujeres para intentar colgaros una medalla a su costa. Las cuotas no van a robar espacio a nadie, van a demostrar que hay suficientes mujeres para completar carteles de calidad. Por ello, las cuotas paritarias no son el objetivo, pero sí un importante paso para llegar al objetivo: la feminización de los espacios, la normalización, visibilización y la sensibilización general en temas de género. A fin de cuentas, es justicia social, y no contratar mujeres es una acción machista.

Una acción machista que vivimos de manera demasiado habitual y que tenemos interiorizada y normalizada. Cuando hay bandas negándose a actuar en festivales compartiendo cartel con bandas racistas o fascistas, ¿por qué siguen actuando en festivales con actitudes machistas? No queremos señores cantando contra el machismo si no creen en su mensaje y no van a intentar revetir la situación. Necesitamos reponsabilizarnos y tomar acción. Necesitamos entender por fin el poder tan grande que tenemos como sociedad en conjunto incluso a través de acciones personales cotidianas. ¿Os habéis planteado alguna vez escribir a un festival que prácticamente no contrata mujeres? ¿O a la banda con mensaje social que va a actuar en ese mismo evento? Y, ¿qué tal si no compramos una entrada si creemos no hay las suficiente músicas contratadas? Tenemos que dar toques de atención a festivales y organizadores. Tenemos que romper con un problema estructural.

 

Porque crear espacios seguros también consiste en feminizarlos. No queremos ser invitadas en nuestros conciertos ni en nuestra «comunidad». Queremos compartir espacios y que sean inclusivos para todes. Necesitamos empezar a analizar nuestro entorno, el espacio que ocupamos, nuestras acciones y comenzar a cambiar las dinámicas.

 

Tania Giménez
tania@queensofsteel.com

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