ARTÍCULO: Espada y brujería, el papel de la mujer en el género épico

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La literatura épica es algo inherente en la historia de la humanidad, cuya evidente piedra de Rosetta fue cimentada por las diferentes Epopeyas o Cantares, que nos narraron tramas históricas y/o mitológicas: desde el sumerio Poema de Gilgamesh (entre el XXIV y el XXV a.C.), pasando por Homero y su Odisea e Ilíada (s.VIII a.C.), Beowulf (entre s.VIII y XII d.C), Cantar de Roldán (s.XI d.C), nuestro Cantar del Mío Cid (s.XII-XIII d.C.), además del Cantar de los Nibelungos o el Heike Monogatari japonés (ambos s.XIII d.C.).

Después del breve auge posterior de la Novela Caballeresca durante el siglo XV, el género estuvo agonizando durante muchos siglos, con más pena que gloria. Cual ave Fénix resurgió de sus cenizas en 1930, gracias al nacimiento del subgénero conocido como la Espada y Brujería. El tejano Robert E. Howard, quien bebió del trabajo de Lord Dunsany, fue el autor de héroes del nivel de Kull de Atlantis, Red Sonja y, en especial, Conan el Bárbaro. Una de las pioneras en seguir la estela de Howard fue C.L. Moore y su Jirel de Joiry (1934): primera protagonista femenina en estas historias, de quien os hablamos ya hace mucho tiempo. Si bien es más conocido por su terror cósmico, no podemos olvidarnos del papel de H.P. Lovecraft, junto a otros grandes como J.R.R. Tolkien y LOTR, Arthur C. Clarke o, ya en los años sesenta, Michael Moorcock y su Elric de Melniboné

Después de esta larga introducción, nos gustaría enfocar este artículo en analizar tres películas de espada y brujería, con claro protagonismo femenino, para tratar de entender la representación de la mujer en este épico género. 

1) Deathstalker (1983): dirigida por James Sbardellati, se trata de una coproducción americana y argentina, ya que Roger Corman produjo una decena de películas en el país latinoamericano. Ya os aviso de primeras que, de las tres obras de las que hablaremos, es la de calidad más baja. El guerrero Deathstalker (Rick Hill) es enviado por una bruja en la búsqueda de una espada, un cáliz y un amuleto, para evitar que el malvado hechicero Munkar (Bernard Erhard) logre su poder para conquistar el mundo. En su camino hacia el castillo de su enemigo, donde están dos de los objetos, conoce a Kaira (Lana Clarkson), quien va vestida únicamente con una capa y un tanga. Si bien tiene escenas de lucha bien logradas, ya que durante parte de los combates fueron contratados luchadores de wrestling, en general es un despropósito. Salvaría también como elemento gracioso el hombre-ogro.

En cuanto al papel de la figura femenina… se reduce a un mero objeto sexual. No solo hay un par de violaciones, sino que también el harén de Munkar es ofrecido para que se diviertan los participantes del torneo (incluyendo escenas con barro). Aunque hay que tener muy en cuenta que Lana no usaba dobles, ni siquiera en sus escenas de lucha, dispondría de más momentos para lucirse en la siguiente película. 

2) Barbarian Queen (1985): nuevamente producida por Corman, aunque dirigida por el argentino Héctor Olivera, es mejor que su antecesora. Aquí la protagonista absoluta es Clarkson, quien interpreta a la reina Amathea, que se casará con el príncipe Argan (Frank Zagarino). Sin embargo, las fuerzas del malvado Lord Arrakur (Arman Chapman) destrozan el poblado y raptan tanto a Argan como a la hermana de Amathea. Nuestra heroína, junto a dos guerreras supervivientes, se dirigen en búsqueda de venganza hacia la ciudad de Arrakur. Hay varias escenas de pelea la mar de interesantes e incluso una trama disfrutable, si bien de nuevo tenemos que resaltar los puntos negativos.

Además de la abundancia de secuencias con mujeres desnudas o ligeras de ropa, es especialmente llamativa la escena de Lana prisionera en una máquina de tortura estilo BDSM. Logra liberarse de su interrogatorio… gracias a romper el pene de su captor, con la fuerza de su pelvis, para empujarlo a un agujero con ácido. No podemos olvidarnos de mencionar el funesto destino de Clarkson en 2003. Tras un encuentro en la casa del famoso productor musical Phil Spector, éste la mató a tiros. Fue condenado a veinte años.

3) Red Sonja (1985): dirigida por el enorme Richard Fleischer (quien ya había hecho la épica The Vikings en 1958, con Kirk Douglas), lógicamente cuenta con un presupuesto mayor y con una banda sonora compuesta por el icónico Ennio Morricone. Seguramente la mejor película de Espada y Brujería, junto a Conan the Barbarian (1982). La protagonista Sonja (Brigitte Nielsen) es violada y pierde a sus familiares a mano de la reina Gedren (Sandahl Bergman, quien fue Valeria en la primera de Conan). Junto a Lord Kalidor (cómo no, Schwarzenegger), deberá impedir que Gedren destruya el mundo, gracias al inestable poder del talisman, que estaba protegido por un grupo de sacerdotisas. 

Fleischer no abusa de la gratuidad de desnudos que veíamos en las otras dos obras. Si bien tanto Brigitte como Arnold (o el resto del reparto) no son una maravilla de actores, la historia está bien hilada y es entretenida. El único pero sería quizás la muerte de Gedren, que queda en mi opinión algo cutre. Muy bien encontrada la comicidad que aportan tanto el Príncipe Tam como su guardaespaldas Falkon, quienes acompañan al dúo, tras la destrucción de su reino de Hablock. El asistente de Gedren, Ikol, cuestiona el uso del talismán, tras comprobar su volatilidad. 

Como conclusión, si bien en algunos casos tienen papeles protagonistas, la mujer ha sido muy sexualizada en este tipo de producciones épicas de bajo presupuesto. La historia se reduce a algo secundario, como si se quisiera llamar la atención a base de poca ropa. Esto podemos extenderlo a varias portadas del metal tradicional (por ejemplo, por mucho que me encanten, Ravening Iron de Eternal Champion), si bien cabe resaltar la majestuosidad del trabajo de Michael Whelan, Ken Kelly o Frank Frazetta. Es de agradecer que, dentro del power americano o estilos similares, cada vez aparezcan más vocalistas femeninas. Influenciadas seguramente por Leather Leone de Chastain, podemos destacar Emma Grönqvist de Chevalier, Caro de Grendel’s Sÿster, Madeline Smith de Blood Star, Amy Lee Carlson de Sölicitör, Fiona de Meurtrières o Sarah Ann de Smoulder.

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