ENTREVISTA: GIRLSCHOOL. Será divertido o no será.
Kim McAuliffe lleva gafas de sol y habla a todo meter. También ríe sin complejos. En apenas veinticinco minutos de videollamada ya ha respondido a todas las preguntas y hemos repasado ─brevísimamente─ los 45 años de actividad de Girlschool, desde unos inicios en tierra de nadie hasta los dilemas de grabar un disco en 2023.
– ¿Qué tal?
– ¡Bastante bien! Acabo de entrar en casa, fuera llueve a mares. Ya sabes, así es el verano británico.
-Ya. Pues donde yo estoy también llueve, así que parecido.
– ¿Dónde es eso?
– Bilbao, en el norte de España.
– Ah, guau, sí. Hemos estado allí muchas veces. Nos encanta.
– Se está bien. Tengo unas cuantas preguntas, así que, si te parece, vamos allá. Andáis celebrando vuestro 45 aniversario con un disco, que es el primero que sacáis desde 2015. Se llama WTFortyfive. ¿Es así como os sentís cuando pensáis que ya lleváis 45 años en marcha? ¿Como What the fuck?
– ¡Sí, tú lo has dicho! Ese justo es el mensaje. Cuando nos tocó pensar un título para el disco no recurrimos a ninguna de las canciones concretas. Pasábamos de usar el título de alguna canción porque entonces esta se convierte en el centro del disco. Y, desde luego, siempre andamos diciendo eso que tú acabas de citar: «Pero qué coño, ¿cómo puede ser que hayan pasado 45 años? ¡WTF!». Así que de repente lo vimos claro: «¡Suena increíble, usémoslo de título!». Porque, además, es completamente cierto.
– Bueno, es que 45 años son una barbaridad. Cuando empezasteis, si hablamos de música, en Inglaterra había de todo, distintos géneros muy activos que convivían… Heavy metal, punk, etc. ¿Se mezclaban de algún modo en vuestra música? ¿Os gustaba alguno, todos…?
– Sí, básicamente, como ya has dicho, cuando empezamos con Girlschool era la época del punk, y eso significaba que cualquiera podía coger un instrumento y hacer lo que le diera la gana. Así que muchas chicas (y chicos, claro) o cualquiera que no supiera tocar muy bien de repente tenía una plataforma para intentarlo. Eso ayudó mucho. Y, por supuesto, la música punk en sí también nos influyó. Entiéndeme, The Damned todavía me encantan y hemos tenido la suerte de girar con ellos un par de veces. Y los Sex Pistols, por supuesto; Never Mind the Bollocks es uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos. Así que sí, nos encantaba todo eso y creo que se reflejó en nuestra música.
– Sí, yo también lo creo, por eso preguntaba. Siguiendo con esta idea del paso del tiempo y de los cambios, o no, que puede traer… Por aquel entonces, ¿os encontrabais con mucha condescendencia o con que no os tomaran del todo en serio por ser mujeres? ¿Crees que eso ha cambiado si lo comparamos con la actualidad?
– Obviamente sí. Al principio, cuando montamos la banda, la razón por la que éramos solo chicas era que no había ni un solo chico que quisiera tocar con nosotras.
– ¿En serio?
– Sí, sí. Ojo, que tampoco los culpo demasiado, porque no sabíamos tocar una mierda. Solo queríamos estar en un grupo, ya sabes. Entonces la idea pasó a ser encontrar chicas afines que quisieran hacer lo mismo. Así fue como nos convertimos en una banda de todo tías.
-Ya. Total, que no fue una elección, sino la única opción disponible.
– Sí, sí, no había otra. No fue planeado en absoluto. Luego, por supuesto, a medida que avanzábamos, mejorábamos y empezamos a tener mayor visibilidad y demás, la cosa empezó a llamar la atención. De repente pensamos «Eh, espera un momento… Esto no es malo en absoluto». Además, estábamos tan acostumbradas a ser solo chicas de gira que no queríamos meter un puto tío en la banda. Lo habría estropeado. Así que sí, resulta que al final habíamos dado con algo bueno de verdad. Porque éramos diferentes, ¿sabes?
– Ya, entiendo. Y cuando empezasteis a llamar la atención, según dices, ¿cómo reaccionaron la prensa y el público? ¿Lo vieron de forma positiva o hubo algún tipo de yo qué sé…?
– Bueno, sí, más o menos. La diferencia estaba ahí y, además, como veníamos comentando, al ser la época punk, tocábamos en conciertos de punkis y estos pensaban que éramos heavies; luego tocábamos en conciertos de heavy rock y pensaban que éramos punkis. Y encima éramos tías, así que confundíamos a todo el mundo. En ese momento no sabían muy bien qué hacer con nosotras. Pero sí, en general el recibimiento fue positivo.
– Qué guay. Y en cuanto a la vida de gira, ¿notas una gran diferencia entre entonces y ahora?
– Bueno, lo gracioso es que, obviamente, tocamos con un montón de grupos de tíos que eran bastante conocidos. Eran bandas de tíos porque no es que hubiera muchísimos grupos con mujeres, claro. Y siempre digo que fueron muy majos con nosotras, pero que no tengo ni idea de lo que decían a nuestras espaldas. No sé, puede que nos mintieran, pero en general tuvimos buenísimas experiencias. Por supuesto que al principio tuvimos que aguantar mierdas del tipo «¡Enseñadnos las tetas!»; en esos casos solíamos responder a bocajarro: «¿Sí, ¿eh? ¡Sácate tú las tuyas!». Ya te puedes imaginar. Nosotras simplemente nos plantábamos donde fuera y no le dábamos demasiadas vueltas. También recuerdo una vez en que un periódico decidió tomárselo todo muy en serio, fue cuando Rainbow sacaraon «All Night Long», no sé si conoces la letra… Nosotras nos la tomamos a coña y pasamos de darle mucho peso. A ver, también hicimos una versión de «Tush» de ZZ Top dándole la vuelta a la tortilla. Nada nos molestaba demasiado, ¿sabes?
– Cuando has dicho eso de girar con otros grupos enseguida he pensado en Motörhead, claro. Creo que ellos también reunían a gente de todos los estilos, del punk, del rock… ¿Cómo se dio vuestra relación con ellos?
– Bueno, aunque suene extraño, en aquel momento Kelly vivía en casa de mis padres y un amigo de un amigo nos dio el primer 10” de Motörhead. Nunca habíamos oído hablar de ellos, porque llevaban poco tiempo. Vimos su foto y pensamos «Ay madre…», pusimos el vinilo en el tocadiscos y se desató el estruendo. «Guau, suena un poco como nosotras», dijimos y ahí quedó la cosa. Luego, un mes o así después, recibimos una llamada de mi agente de entonces: «Por cierto, Lemmy de Motörhead quiere conoceros porque van a hacer su primera gran gira británica y están buscando un grupo telonero». Había oído nuestro single en el programa de John Peel; «Take It All Away», que fue el primero que sacamos así en plan independiente. Así que Lemmy vino a un ensayo. ¡Y para cuando nos dimos cuenta estábamos de gira con ellos! Fue increíble. A raíz de eso nos aceptaron más, claro, porque encontramos nuestro lugar dentro del rock.
– Sí, llegasteis a la gente que de verdad entendía lo que hacíais.
– Y a partir de ahí nos aceptaron, sí. Claro que éramos unas marimachos, no íbamos por ahí con tacones de aguja ni nada de eso.
-Ya. Tocar música, divertirse un poco…
– Sí, sí, exacto.
– Mola. Es la impresión que me daba al ver los vídeos, al oír las canciones… La idea que tenía en la cabeza, vaya. Mola que me lo confirmes.
– Sí, sí, aguantamos la fiesta como lxs que más, no te preocupes.
– Genial. Pues si te parece voy a volver al presente. ¿Cómo ha sido hacer un disco ahora, en 2023? ¿Es más fácil, más difícil…?
– Bueno, tenemos la suerte de poder estar juntas en el estudio de grabación, mientras que otras bandas tienen que grabar a distancia y cosas así, ya sabes, con toda esta nueva tecnología. A mí eso no me gustaría nada. Por suerte todavía vamos juntas al estudio. Trabajamos con un tipo que se llama Tim Hamill, con quien ya llevamos mucho tiempo, unos 20 años más o menos. Así que ha sido lo de siempre, la verdad: nos encerramos en el estudio, enchufamos los Marshalls y allá que vamos. Aunque debo reconocer que esta vez lo hemos hecho porque el sello no paraba de insistir: «Nos debéis un álbum, ya es hora de que grabéis ese disco». Y nosotras seguíamos diciendo «Sí, sí, vale, por supuesto, lo haremos». Pero, obviamente, si no nos hubieran obligado, habríamos hecho el disco cuando fuera, cuando nos diera por ahí y dijéramos «Venga…».
– «Venga, lo que salga».
– Sí, es un poco así, a lo que salga. Lo que pasa es que un día la discográfica se plantó y nos dijo: «A ver, han pasado ocho años». «¡¿Cómo?! Madre mía, han pasado ocho años», éramos las primeras sorprendidas. Y ellos no se bajaron de la burra: «Os vamos a reservar el estudio, os metéis ahí ya y el disco saldrá el año que viene». Pensamos: «Dios, será mejor que nos pongamos a ello». Fue bien porque eso era justo lo que necesitábamos. Ya sabes, necesitábamos una patada en el culo, básicamente. Trabajamos mejor bajo presión. Así es como nació el disco.
– Bueno, salió, así que enhorabuena.
– Sí, y estamos muy contentas.
– Háblame de la canción y el vídeo de «Are You Ready?» y de cómo fue la colaboración con Joe Stump. ¿Ha tenido algo que ver el haber girado mucho con Alcatrazz?
– Sí, bueno, la cosa es que compartimos manager con ellos. Y también estamos en la misma discográfica. De hecho, es un poco como con Motörhead. Siempre salía el tema de hacer una gira conjunta, pero nunca acababa de concretarse. Y luego llegó el COVID y todo quedó en nada. Después, pasado un tiempo, al fin hicimos una gira británica con Alcatrazz. Fue… No sé, he perdido la noción del tiempo. Te juro que no sabemos en qué día vivimos. Estamos como dentro de una burbuja extraña en la que… Mira, no sé, el tiempo va raro. Diría que fue hace ya un par de años. Después, el año pasado, hicimos otra gira con ellos, muy loca: 21 conciertos en 25 días. Así que nos dio para conocernos bastante bien. Tuvimos un día libre en Francia y ellos andaban grabando su disco. A Jimmy se le ocurrió pedirnos que hiciéramos unos coros en una canción. Había tiempo, así que montó su set en la habitación, nos amontonamos todxs ahí y cantamos «Don’t Get Mad, Get Even». Salió genial. Así que cuando nos tocó armar este disco a toda prisa le dije a Joe, que siempre anda ensayando y pensando en riffs, “Venga, va, danos unos cuantos riffs”. Y lo hizo, claro. Nos los envió, yo junté algunas piezas y compusimos la canción juntxs. Así fue como surgió. Y luego está el vídeo, claro, porque nosotras salimos en uno suyo, no sé si lo has visto…
– Que va.
– Vale, pues lo tienes que ver porque salimos en plan dibujos animados y eso nos flipa. Nos pareció muy gracioso. Entonces, cuando los de la discográfica dijeron que querían sacar «Are You Ready?» como primer single, sugirieron que usáramos los personajes del vídeo de Alcatrazz también en el nuestro.
– Es como un universo alternativo…
– Sí, eso es. Nos encantó porque son otras tías, ¿sabes? No somos nosotras de verdad, sino una especie de versión vídeo.
– Ya.
– Por supuesto, Alcatrazz también salen en nuestro clip. Joe desaparece y nos toca ir a rescatarlo de una diablesa. Creo que a él también le hizo bastante gracia.
– Suena divertido. En el disco también hay una versión de «Born to Raise Hell» con Phil Campbell, Biff Byford y Duff McKagan. ¿Cómo reunisteis a toda esa peña en una canción?
– Bueno, se nos ocurrió cerrar el disco con un tema de Motörhead porque pensamos que este podría ser el último disco grabemos. Nunca se sabe, vaya. ¡Si nos lleva otros ocho años sacar el siguiente, imagínate! Pero no, no será así. La discográfica siempre quiere más; de hecho, ya piden otro para el año que viene. Y nuestra reacción es «¡Dios, pero si acabamos de terminar este!».
– Bueno, es a lo que se dedican. A pedir más y más.
– Sí, lo sé. Total, que elegimos «Born to Raise Hell» y pensamos que molaría darle el toque final con un par de colegas. Phil, por supuesto, a quien conocemos desde siempre, se sumó enseguida, porque es un tema que tocó con Motörhead desde el principio, a diferencia de tocar las partes de Eddie. Luego se me ocurrió: «Bua, sería genial cantar a dúo con alguien», porque nunca lo había hecho antes. Algo estilo Dolly Parton-Kenny Rogers [risas]. Inmediatamente pensamos en Biff, porque lo conocemos desde hace tanto tiempo como a Lemmy (ahora más, claro) y hemos hecho muchas cosas con ellos. Aceptó enseguida, por pasar un buen rato. Después, un amigo mío me dijo «Oye, conozco a Duff de Guns N’ Roses y me comentó que es muy fan de Lemmy y cía., ¿sabes? Le gustan mucho Motörhead y Girlschool. Voy a tantearle». Nosotras pensamos «Ya, claro, seguro que sale…». Porque no nos conocemos de nada. La cosa es que mi amigo le mandó un email y respondió al día siguiente: «Lo que haga falta».
– ¡Qué bien!
– Sí, muy majo. Luego mandó otro email en plan «Ay, ¿os importa si lo hago en un par de semanas o así? Es que estoy de gira por Australia y Nueva Zelanda». [Risas]. Como si fuéramos a salir con un «¡No! ¡Tiene que ser ahora!». [Más risas].
– ¡Hoy o nunca!
– Sí [risas]. Fue majísimo. Espero poder conocerlo en persona algún día.
– Ojalá. ¿Y qué planes de gira tenéis? Me has hablado de giras muy intensas, como esa de 21 conciertos en 25 días. ¿Cómo lo lleváis? Es bastante…
– Bueno, la verdad es que cuando vimos las fechas no pensamos que fuéramos a aguantar hasta el final. Y en cierto sentido no lo hicimos. Cuando acabamos estábamos ya un poco de la olla.
– Es que suena difícil.
– Sí, pero lo conseguimos. Aunque habrá más de lo mismo el año que viene y para entonces sumaremos 46 años a nuestras espaldas [risas].
– ¡Ya! ¿Te preparas de algún modo, mentalmente, antes de salir de gira? Es un cambio fuerte y luego además hay que volver a casa…
– Bueno, es curioso. Cuando te vas de gira al principio piensas «Dios santo, ¿cómo voy a sobrevivir a esto?», pero luego le pillas el ritmo. Se convierte en un modo de vida y tiras casi sin darte cuenta.
– Ya, y encima tenéis un montón de práctica, mucha experiencia.
– Sí, exacto. Después de todo este tiempo sabemos lo que hacemos.
– Claro. Okey, pues voy con la última pregunta. ¿Qué hay de los temas sobre los que cantas y escribes? ¿Han cambiado a lo largo de los años? ¿Qué te inspira al escribir?
– Pues mira, ¿sabes qué pensé cuando me dijeron que teníamos que hacer este disco? Pensé «Ojo, espera, que igual me he quedado sin temas sobre los que escribir después de tantos discos». [Risas]. Pero luego siempre hay cosas sobre las que escribir, sobre todo ahora. El mundo está hecho una mierda. Así que va un poco de eso, del cristo que tenemos montado. Aunque luego lo que más escribimos son canciones de fiesta. Así que ahí lo llevas [risas].
– Bueno, es una buena mezcla.
– Sí, nos gusta meter al menos un par de temas que tengan cierta carga.
– Sí, creo que es una buena mezcla porque, por un lado, hay algo que te hace pensar, algo en un tono más bien serio… Pero al mismo tiempo es música y tiene que ser divertido. Funciona.
– Eso es.
– Pues creo que esto es todo por mi parte. Si hay algo que quieras añadir, adelante.
– Estupendo. Me gustaría mandar un saludo y recomendar un grupo. ¿Conoces Thundermother?
– Sí.
– Vale, porque Filippa ha coescrito una canción del disco. Sólo quería que quedara constancia también.
– ¡Perfecto! Pues ya está, esto sería todo. Rápido y directo, ¡muchas gracias!
– Gracias a ti también, con suerte nos vemos por el País Vasco en algún momento.
– Eso espero.
– Sería genial. ¡Un abrazo! ¡Muchas gracias por el apoyo!