DEAD LORD
Hay bandas que cuando las ves sobre el escenario, sabes que ésa es su naturaleza. Que pertenecen a las tablas. Ése es el caso de los suecos Dead Lord, que se encuentran a punto de lanzar su cuarto disco, “Surrender”. Dead Lord con un nuevo álbum en tiempos de pandemia podría ser un cóctel casi mortal para ellos pero, si otra cosa les caracteriza, es ese rollo desenfadado y ese sentido del humor que viene directamente de Spinal Tap. Sea como fuere, es el propio Hakim, frontman de los rockeros, quien nos cuenta cómo están viviendo estos meses y cómo se ha gestado, entre caos y ansiedad (pero también diversión, una palabra que va siempre ligada al combo), su nueva obra.
-Estáis a punto de sacar vuestro cuarto disco. Es casi un hito. ¿Cómo os sentís? Especialmente tras estos meses tan extraños.
Es agradable. Es agradable sacar por fin un disco nuevo, porque han pasado unos tres años desde el anterior. Pero es bastante frustrante no poder hacer nada. No se puede ir a ningún sitio, no se pueden dar conciertos… Lo único que podemos hacer es refrescar el navegador en YouTube y ver las reproducciones (risas). Y es estúpido. Pero está bien, hoy en día podemos ver cuántas reproducciones tenemos en Spotify y ver qué clase de gente escucha nuestra música con herramientas de estas. Así que, en cierta forma, es gratificante también.
-Sí, supongo.
Pero echo mucho de menos salir y rockear en la cara de la gente. Porque de eso trata la cosa.
-Estoy de acuerdo. De todas formas ya disteis una especie de “concierto” en el Isolation Festival, por streaming. ¿Qué tal fue hacer algo así? Ya sabes, dar una especie de bolo sin gente y a través de Internet. Tiene que ser extraño.
(risas). ¡Lo es, lo es! ¡¡Es triste!! Es como no tener amigos (risas). Es como si fueras ese tipo que no tiene amigos pero que se desenvuelve bien solo. Pero al menos puedes rockear con tus amigos, aunque no hay feedback, así que cuando termina la canción solo escuchas el sonido del silencio. Es difícil, pero es algo. Es más divertido cuando de verdad hay gente viéndote. Hemos tocado estas canciones cientos de veces, así que cuando no recibes ninguna respuesta, ya sabes, alguien gritándote en la cara, no sabes si lo estás haciendo bien o mal. Así que es extraño.
-Me puedo hacer una idea. Y bueno, el nuevo álbum es “Surrender” (rendición). ¿Cuál es el significado tras el título del disco?
Puede tener muchos. Quizás rendirse al Rock. Rendirse a los temas deprimentes sobre los que canto. Rendirse a la tristeza que sientes cuando piensas en cosas estúpidas que no te gustan. También suena guay. Siempre está bien ponerle a tus discos y canciones títulos que suenen clásicos (risas). Tiene que sonar bien.
-Y, bueno, como has dicho, el disco es triste. Es más deprimente tanto en feeling como en letras. Pero creo que esto crea un contraste interesante con vuestros temas, que son enérgicos y pegadizos. ¿Es esto, el crear una especie de balance o contraste, algo que buscáis conscientemente?
Sí, la verdad es que intento mezclar las canciones. Los temas con letras más deprimentes suelen estar en clave mayor, y si quedan demasiado tristes, le aceleramos un poco el ritmo. Pienso en esas cosas. Si alguien me preguntara por qué escribo sobre estas cosas, sobre cosas terribles y malas, que me cabrean, o por qué escribo temas tristes… Quizás tenga algo qué ver que escucho mucho Folk americano y a hombres mayores tristes con guitarra. Simplemente, me gustan las canciones tristes. E intento hacer que nuestras canciones tristes no sean deprimentes así que, ¿por qué no hacerlas rápidas?
-De hecho es un disco bastante accesible, y pegadizo, como he dicho. Como siempre. ¿Dirías que es fácil componer temas de fácil escucha?
Hoy en día lo paso fatal cuando compongo. Lo hago con pánico y frustración. Y mucha ansiedad. Así que realmente no sé cómo es el proceso aparte de quedarme despierto hasta muy tarde la noche antes de ensayar. Es algo muy extraño que se te ocurra una melodía, y después una canción. Es como un concepto, porque es abstracto. Si pintas un cuadro puedes mirar las líneas y decir “esto no está recto”, o “esto no es lo bastante amarillo”, pero si estás haciendo una canción, tienes que meterlo todo de golpe, y dentro de una duración… No sé. Para mí es extraño. No sé cómo lo hago (risas).
-Supongo que fluye.
Sí, bueno, con mucha ansiedad. Es como un picor, y te tienes que rascar.
-Bueno, estábamos hablando sobre las canciones tristes y, de nuevo, tratáis algunos temas sociales. Esta vez tocáis algunos temas que se podrían haber escrito perfectamente en estos últimos meses, con este rollo distópico o cuestionándoos la autoridad. Por lo que, básicamente, cantáis sobre lo que va mal en el mundo. ¿Cuáles son algunas de estas cosas que van mal en el mundo y que tratáis en el álbum?
Creo que lo que me hizo escribir la canción “Authority” fue ver (y sigo viéndolo. Constantemente) gente que no se cuestiona la autoridad, simplemente dan por sentado que alguien con una posición tiene que tener razón automáticamente. Que una ley es correcta solo porque es la ley. O que una frontera tiene que estar ahí porque alguien dice que tiene que estar. Y es muy común en la gente mayor no cuestionarse nada… Creo que es un tipo de pereza. Pereza mental. Muchos eran niños cabreados, pero al crecer se conforman y, ya sabes, se rinden a este bienestar conveniente y pasivo. Y eso es frustrante. También… ¿sabes lo que pasó en Hong Kong? Fue muy gordo. Y ahora pasa lo mismo en América. Antes fue en Sudamérica. Cosas así me cabrean mucho. Y si me deprimo leyendo sobre ello, si al menos puedo componer una buena canción sobre el tema, habrá salido algo positivo. Así que para mí lidiar de esta manera con cosas que son demenciales me brinda una especie de bienestar mental.
-Entonces, ¿qué es Dead Lord para ti? ¿Es una manera de desahogarte y sacar esas cosas que te cabrean?
Diría que es mi voz, ¿sabes? Es mi manera de poder levantarme y decir “¡Ei! ¡Mirad esto!”. Mientras una sola persona haya empezado a reflexionar sobre cosas por escuchar una canción mía, habrá valido la pena. Empecé queriendo desahogarme, pero ahora… Éste es nuestro cuarto disco y tenemos una especie de obligación con la gente que ha venido a todos nuestros conciertos desde que empezamos. Tenemos que darles un disco. Es como si hubiéramos creado un monstruo pequeño y mono y ahora ese monstruo nos patea el culo. La mayor parte del tiempo es genial, pero hacer que todo funcione con los compañeros de banda y dar conciertos y demás, puede ser agotador. Pero es divertido. Cuando deje de ser divertido dejaré de hacerlo.
-Es divertido pero, ¿es fácil crear una banda desde cero y sacarla adelante a lo largo de cuatro discos? ¿O hay momentos en los que quieres rendirte?
Empezar una banda con veinte años (yo era un crío) creo que es más fácil, porque vas a por todas. Estás convencido de que te puedes comer el mundo y todo lo que quieras. Creo que para empezar un grupo necesitas eso, esa actitud de comerte el mundo, y si disfrutas lo suficiente haciendo lo que se supone que es un trabajo duro, no parece tan duro. Si de verdad te puedes comunicar y hablar con tus compañeros de grupo, comunicarte de verdad, es mucho más fácil. Es como con todo; el truco siempre es la gente. No puedes saber quién encajará con quién y quién no… Es como tener tres novios.
–(risas). De hecho ahora tenéis sangre nueva con Ryan en el grupo. ¿Cómo fue todo? ¿Qué tal ha encajado?
Ha ido bien. Grabamos con él algo de material extra para la versión en CD del disco. No está en el álbum porque vino un poco tarde ya que tuvo que conseguir un pasaporte. Es medio irlandés, así que quería su pasaporte europeo. Como todos los demás, ahora que Reino Unido ha salido de la Unión Europea. Así que bueno, llegó y todo fue bien y estábamos súper emocionados, empezamos a ensayar… Y entonces llegó el virus, nada de conciertos… (risas). Así que se tuvo que volver a Australia, y posiblemente ahora esté sentado esperando que todo esto pase para poder salir y tocar. Quizás hagamos una gira australiana. Ojalá. Ryan es un gran tipo y un bajista brutal. Y es genial tener a alguien de Australia en el grupo; tiene otro punto de vista sobre las cosas. Y nos lo pasamos muy bien con él.
-Eso es interesante. Leí algo, creo que en la nota de prensa. Y es que alguien del grupo dijo que “la misión con Surrender era, y sigue siendo, demostrar que queremos y somos capaces de hacer nuestro mejor disco hasta la fecha”. ¿Realmente crees que es vuestro mejor disco hasta la fecha? Absolutamente todos los grupos dicen eso sobre su nuevo trabajo. Imagino que cuando acaba de salir un disco, o cuando está a punto de salir, realmente lo pensáis pero, una vez pasa el tiempo, ¿lo seguís considerando el mejor?
(risas). Sí, bueno, eso es lo que te propones hacer, ¿no? Siempre quieres superar el anterior disco. Pero, por algún motivo, los fans siempre prefieren el primero. Para mí, éste es el mejor. Estas canciones son canciones de Dead Lord, pero la producción es mejor. En mi opinión, eso es lo que destaca.
-Entonces, ¿éste es tu disco preferido de Dead Lord?
Sí, y fue el que me causó más ansiedad a la hora de hacerlo, porque queríamos que fuera más profundo y tuve que encargarme del bajo y de la guitarra, y Martin iba pasando de la guitarra al bajo en diferentes canciones. Así que cuando ensayábamos no teníamos ni idea de cómo sonaban los temas, porque o los tocábamos con un bajo, una guitarra y batería, o sin bajo, dos guitarras y batería. Y además sin voces, porque suelo escribir las voces, las letras, justo la noche antes de entrar en el estudio (risas). Algunos temas se terminaron cuando ya había que grabarlos. Así que el proceso es como correr a ciegas. Pero eso hizo que terminarlo fuera aún más gratificante, porque fue como una montaña rusa de emociones; un día en el estudio me parecía que era un músico de mierda, y al otro iba en plan “¡De acuerdo! ¡Está saliendo! ¡Esto de verdad rockea!”. Así que sí.
-Los ensayos fueron diferentes, ¿fue también distinto el proceso de composición?
Me gustó componer todas las canciones, así me resulta más fácil escribir las letras. Es más fácil escribir letras si compones las canciones tú mismo. Al menos para mí lo es. Eso me dio algo de estabilidad mental. Pero es caos. Cuando compongo es todo pánico, caos y ansiedad (risas). Suena muy deprimente pero, no sé, es como si se escribieran ellas solas la noche antes de tener que estar listas.
-De todas formas, a pesar de tener canciones tristes, creo que el sentido del humor es prácticamente uno de vuestros sellos de identidad. ¿Es como una forma de tener equilibrio? ¿O solo es quienes sois e intentáis pasarlo bien?
Es una manera de gestionarlo. Si echas un vistazo a cómo está el mundo y a todas las cosas tristes que pasan y no tienes ese sentido del humor que te permite reírte de ello con tus amigos, o hacer algo divertido con ello; te colapsas y mueres. Es divertido. A veces está bien reírse. Aparte, “Spinal Tap” es una gran influencia (risas). Quizás también sea un poco de eso.
–(risas) ¡No me digas! Y bueno, algo del disco que me llamó mucho la atención fue la portada. Es bastante diferente a las de anteriores trabajos. Me gustaría que contaras un poco la idea, el significado o cómo trabajaste en ella.
Fue la noche antes del plazo límite (risas). Había estado fuera comprando un montón de lápices, colores, pintura y demás para dibujar algo. Estuve dándole vueltas durante una semana intentado hacer algo. Y entonces, por algún motivo, acabó siendo algo digital y esto fue lo que salió. Para mí es un tío con un traje que abandonó su mente hace mucho tiempo, y pensé que podría estar bien que el sustituto de esa mente fuera humo. ¿Y por qué no humo verde? Porque es… guay, ¿no? (risas). Es como agitar una caja de ideas y ver qué sale. Cuando son cerca de las 5AM y aún no has dormido no tienes mucha capacidad para pensar en cosas. Recorres laberintos mentales. Y entonces se lo mandas a tus compañeros de grupo esperando que les guste. Normalmente tengo una regla que también se aplica a las canciones: con que le guste a Adam, suficiente.
-Creo que la portada quedó bien, es atípica, lo que hace que llame la atención, pero también está abierta a interpretaciones.
Sí, y también tiene algo que es mi regla de oro cuando diseño cosas: tiene que tener la pinta de un disco del pasado. Clásico.
-Tiene ese rollo. Bueno, dicho esto sobre vuestro nuevo largo, “Surrender”; ¿cómo lo describirías en tres palabras?
Jodidamente, puramente rockeante.
–(risas) Bien, bien. Muy apropiado. Sois una banda que ha tocado mucho en directo. Os he visto varias veces y sois ese tipo de banda que da la sensación de ser un grupo de amigos pasándolo bien y montando una fiesta sobre el escenario. ¿Crees que Dead Lord pertenece al directo?
Sí, por eso empezamos a tocar y por eso la situación de ahora es tan frustrante. Es como cuando hicimos esa cosa mirando a la cámara y tocando nuestras canciones… No sacas nada de eso como grupo. Estamos en esto para pasarlo bien. Y si lo estás pasando bien y haces feliz a la gente, es genial. Así que sí, tenemos muchas ganas de salir y tocar en cuanto podamos. Ojalá este otoño. Ya veremos. Quiero ver a gente sudada y borracha gritándome a la cara durante una hora.
-¿Tenéis idea aproximada de cuándo podríais tocar quizás por Suecia o algo así?
No lo sé, intentaremos hacer una fiesta de presentación o algo así este otoño, pero los planes que teníamos para este año, como festivales o la gira con Lucifer, se han pospuesto hasta el año que viene. Intentaré cerrar tantas cosas como pueda, pero creo que será como un atasco de tráfico con todos los grupos saliendo por fin. Pero veremos también cómo las salas…
-Ahora mismo todo es muy incierto.
Sí.
-Entonces, ¿qué planes tenéis ahora? No podéis girar y tenéis la promoción del disco pero… ¿Qué podéis hacer? ¿Internet?
(risas) Sí. Supongo que componer el próximo disco. Sería un buen momento para hacerlo. Intentaremos sacar algo antes de salir de gira el año que viene. Estábamos pensando en un EP o algo así. Quizás algunas versiones más. Algunas canciones que no entraron en el disco. Intentaremos mantenernos con eso. Y también tenemos que terminar un videoclip más. Así que nos estamos manteniendo ocupados. Hemos mandado muchos mails, lo cual es una parte fundamental del Rock ‘n’ Roll.
–(risas). Ahora que dices eso, ¿tenéis grabada alguna versión? ¿O alguna versión en mente para un lanzamiento?
Tenemos las dos versiones que son las bonus track del CD, una de Rory Gallagher y otra de Moon Martin. También hicimos demos de algunas canciones más progresivas de los 70 que nos gustan. Así que tenemos grabadas algunas cosas con las que nos gustaría hacer algo. Quizás una canción de Blondie estaría bien.
-¡¡Sí, por favor!!
Ya veremos.
-Pues esto es todo, pero si quieres añadir algunas últimas palabras, te gustaría recalcar algo, o algo que me haya olvidado…
A todos los metalheads de allí abajo: lavaos las manos y moved la cabeza.