15 años de Queens of Steel: Alba Rodrigo
Seguimos con lo del 15 aniversario. Ya sabéis; que cumplimos quince años, que nos subimos al carro de hacer cosas especiales pero que en realidad queremos que sea una forma de atraer más lectores, y que estamos haciendo estas preguntas a peña del Metal como primera idea que se nos ha ocurrido y ya luego pensaremos más cosas. Sin prisa. Y hoy tenemos el placer de hablar con otra mujer dentro de la «escena», porque esa precisamente fue la idea de empezar con QoS hace quince años, dar visibilidad a la mujer dentro del Rock/Metal, y no solo a las que se suben en el escenario. Charlamos con Alba, redactora en RockZone y Goliath Is Dead, también formó parte de extinta Ovella Negra Rock, Goetia Media y empezó a poner en marcha Liquid Fire, que desapareció en 2017. Además nos va unas interesantes reflexiones sobre los cambios sociales que ha habido o está habiendo en el «mundillo» en estos años y sobre la situación precaria de la mayoría de redactores de la prensa especializada.
-Queens of Steel llevamos quince años dando por saco, que se dice pronto. En estos años han salido muchos discos. ¿Qué discos recuerdas especialmente o son tus favoritos de estos últimos quince años? Esos que ya casi has rallado.
¡Quince años han dado para MUCHÍSIMO! Personalmente tiendo a escuchar mucha música bastante más anterior, pero afortunadamente también han salido y están surgiendo artistas y proyectos muy interesantes que bien merecen hacerse un hueco en nuestra discografía. Es cierto que en ésta última década se han editado discos como churros debido a los nuevos hábitos de consumo y es imposible llegar a escuchar gran parte. Atrás ha quedado aquella época en la que ahorrabas para comprarte un disco y quizás era lo único nuevo que tenías para escuchar durante meses. Ahora muchas veces no me da tiempo de disfrutar un disco como tal, o bandas y/o álbumes que me han encantado se me olvidan durante una temporada por saturación e intoxicación hasta que por casualidad vuelven a resonar en mi cabeza… ¡Demasiado donde elegir! Pero bien, en estos momentos algunos de los que recuerdo haber rallado son:
Gojira – From Mars To Sirius (2005)
Opeth – Ghost Reveries (2005)
Amenra – Mass III (2005)
Cult Of Luna – Somewhere Along The Highway (2006)
Tool – 10.000 Days (2006)
Meshuggah – ObZen (2008)
Septicflesh – Communion (2008)
Karnivool – Sound Awake (2009)
Agnes Obel – Philharmonics (2010)
Graveyard – Lights Out (2011)
Hexvessel – Dawnbearer (2011)
In Solitude – Sister (2013)
Beastmilk – Climax (2013)
All Them Witches – Lightning At The Door (2013)
Carpenter Brut – Leather Teeth (2018)
-Incluso han salido nuevas bandas. ¿Cuáles son tus preferidas?
Me pasa un poco como con los discos, difícil nombrar sólo algunas. Además de varias de las que ya he mencionado más arriba, me quedo con Uncle Acid And The Deadbeats, Bölzer, Mantar, Oranssi Pazuzu, The Devil And The Almighty Blues, Year Of The Goat, Kvelertak, Zeal & Ardor… ¡Y muchas más!
En cuanto a bandas nacionales tampoco podemos quejarnos: The Wizards, Quaoar, Crisix, Obsidian Kingdom, The Mothercrow, Nami, Marthyrium, Malämmar, Moura, Eternal Storm… entre muchos otras, están haciendo un muy buen trabajo tanto en estudio como dejándose la piel encima de los escenarios. Desgraciadamente todavía arrastramos aquello de no valorar suficiente lo que tenemos en casa.
-¿Y la separación que más lamentas?
Parece que las separaciones se han vuelto un negocio, así que ahora ya no sabes cuándo tomártelas enserio. ¿Cuántas giras de despedida llevan según qué grupos?
Lamenté mucho cuando los suecos Graveyard o Vidres a la sang se separaron, ¡aunque por suerte ambas han vuelto! Lo mismo me pasó con Ghost Brigade y parece que ahora lo están retomando… ¡Ojalá! También me dolió la separación de Rush, Agalloch, In Solitude, Motörhead y The Brimstone Days, por nombrar algunos. Me dio pena la separación de Black Sabbath y de Aerosmith, aunque no sé si pondría la mano en el fuego por su adiós definitivo. El parón de Slayer creo que era necesario… Aunque a éstos últimos sí que me los veo apuntándose a lo de las giras de despedida interminables, el tiempo dirá.
-Todos aquí vamos a conciertos, festivales… En quince años hemos recorrido muchos kilómetros, a veces solo nos ha hecho falta coger el metro. ¿Qué concierto o festival recuerdas con especial cariño?
La verdad que en general he disfrutado de todos los festivales a los que he ido, con excepciones contadas. Por las bandas, por la compañía y por ser de los primeros festivales a los que fui acreditada, recuerdo con especial cariño Hellfest 2011 (cuando todavía era un festival de formato mediano). También las primeras ediciones del Be Prog! My Friend, varios Move Your Fucking Brain, Monsters Of Rock de 2007, Brutal Assault de 2013, Speyer Grey Mass de 2014, Cheapstock de 2017 (sólo quien estuvo allí lo entenderá), Sonic Blast 2019… Pero si tengo que escoger alguno actualmente, me quedo con el Roadburn Festival que año tras año se supera. Sabes que no es el típico festival que va a acabar contratando “lo de siempre”, puedes ir a ciegas y tienes la seguridad que vas a encontrar propuestas innovadoras y diferentes que te van a gustar (siempre dentro de los géneros que engloban, claro). Diría que cualquiera de sus últimas ediciones han valido la pena.
Por otro lado, pierdo la cuenta si me pongo a pensar a cuántos conciertos he podido ir en estos quince años, sobretodo porque en los últimos diez años he ido acreditada como periodista a muchos, muchísimos conciertos. Por decir algunos más recientes… Gojira en Bilbao, Orphaned Land en Bucarest, Trepalium en Perpignan, Karnivool en París, Pearl Jam en Madrid, Amenra y A Perfect Circle en Barcelona o Electric Wizard en Estocolmo.
-Son bastantes años si lo piensas. ¿Cuál sería tu momento(s) memorable(s)? Algún hito o logro de estos últimos años, a nivel musical o personal.
En estos años ha sido un placer poder colaborar en varios medios musicales y compartir mi tiempo junto a grandes personas y profesionales, como en el caso de la ya desaparecida Ovella Negra Rock o actualmente en RockZone y Goliath Is Dead. Disfrutar de la unión entre mi pasión y mi profesión ha sido algo muy enriquecedor. He aprendido mucho y tengo miles de anécdotas que siempre me llevaré conmigo, como entrevistar en persona a Rob Zombie, ver un concierto de Rise Against desde el escenario, charlar por Skype con Steffen Kummerer o ir en metro con Daniel Gildenlöw, por poner algunos ejemplos.
Desgraciadamente, me queda un poco el sabor agridulce de no haber conseguido ganarme la vida con ello, ni yo ni muchas de mis compañeras que han invertido tantísimo tiempo y esfuerzo en esto a cambio exclusivamente de la acreditación de turno. Los primeros años puedes vivir de la ilusión, pero después todo se vuelve más complicado… Bueno, tú misma lo sabes mejor que nadie después de mantenerte al pie del cañón de Queens Of Steel durante quince años. Me da pena que esto se haya ido cada vez más de madre y se piense que cualquiera sabe plantear una buena entrevista, escribir una crítica interesante o sacar buenas fotografías. Se publican miles de noticias y artículos con errores gramaticales, de ortografía o de contenido y aquí no pasa nada. Aunque en la era del SEO y el clickbait parece que nada de eso importa.
Pero en general, estoy muy contenta de haber llegado hasta aquí… ¡y quién sabe lo que deparará el futuro!
-Todo evoluciona (a veces involuciona) con el tiempo, también la «comunidad» metalera. ¿Cuál crees que ha sido el mayor cambio que se ha vivido o se está dando dentro del mundillo en este tiempo? Para bien o para mal. Es que si nos ponemos a pensar, ¡hace quince años ni existía Spotify!
Para bien, me quedo con que cada vez somos más las chicas que acudimos a conciertos de música extrema. Es triste, pero todavía a estas alturas me encuentro con personas que en según qué conciertos se creen que si eres chica y estás ahí es porque algún chico te ha llevado, que vas de acompañante. Por ejemplo, en el concierto que dio Iron Maiden en el Wanda Metropolitano de Madrid, estaba disfrutando de la actuación de Gojira y tuve que soportar una de comentarios machistas y actitudes paternalistas… Que parece mentira. Afortunadamente me encuentro más situaciones positivas que negativas, o eso quiero creer. Otro de los puntos que considero positivos es que parece que el mundo extremo también va abriéndose poco a poco a otras formas de ser y hacer. Por ejemplo, me encanta ver cómo Jonathan Hultén lo da todo en el escenario con Tribulation, cómo se expresa con total libertad pese a no actuar como un trve de la muerte.
Para mal, creo que seguimos con la asignatura pendiente de ver a más mujeres encima de los escenarios. Aunque en este punto soy bastante positiva al respecto, ya que tenemos muchas mujeres poderosas en activo creando música, y creo que la tendencia irá creciendo cada vez más. Si estás leyendo esto, te recomiendo hacer los deberes y escuchar algo de Chelsea Wolfe, Emma Ruth Rundle, Anna von Hausswolff, Maggot Heart, Maidavale, Maud The Moth, Agnes Obel, Lingua Ignota, Jess And The Ancient Ones, Lucifer, Blues Pills, Windhand, Blood Ceremony, Jex Thoth… ¡O de cualquiera de las que encontraréis por esta web o en el proyecto Rockin’ Ladies!
Y por supuesto, como punto negativo quiero destacar la gestión de temas de abusos de poder, violencia de género… Tanto por parte de músicos como de público. Hasta ahora “la escena” sigue haciendo la vista gorda a todas estas situaciones, y creo que debemos continuar luchando por destapar los casos, apoyar a las víctimas y señalar a los maltratadores sin importar lo mucho que nos guste sus habilidades como músico o su estatus.
-Mirando al futuro, ¿cuál sería el mejor escenario posible para ti si piensas en los próximos quince años?
La verdad que pocas cosas podemos plantearnos de aquí a quince años si no empezamos a asumir cambios de hábitos y responsabilidades individuales para detener el cambio climático. Mi mejor escenario es uno en el que no exista el especismo, el machismo, el racismo, la lgtbifobia, la pobreza, la explotación, el consumismo… Y cualquier otro elemento que atente contra el bienestar de todas. Mientras sigamos consintiendo que este sistema capitalista nos absorva, no veo un futuro prometedor ni para la música, ni para los artistas ni para nadie. Porque como diría el sabio Homer J. Simpson: «Tendrá todo el dinero del mundo, pero hay algo que nunca podrá comprar: ¡un dinosaurio!».