PAIN – Nothing Remains the Same (2002)

Quizás «Nothing Remains the Same» no sea el mejor disco de Pain puesto que con cada nuevo lanzamiento van dejando el listón todavía más alto y el maestro Tágtgren tiene demasiada experiencia en todo lo que tiene que ver con la música cómo para dejar de hacerlo. Quizás musicalment no esté a la altura de sus últimos discos, pero éste fue, sin duda, el que marcó un antes y un después en su carrera.

Siento repetirme en algo que digo en la mayoría de «Retroviews», pero la mayoría de grandes discos no lo son estrictamente por su calidad (que es algo inleudible y más que obvo), sino que permanecen durante años en la memoria de la gente por algo mucho más personal, el sentimiento. Toda esa música que no sabemos por qué pero nos acompaña en distintos momentos por mucho tiempo que pase, esos ritmos que tarareamos sin saber por qué… todo éso es mucho más que simples buenos slos de guitarra o cambios de registro vocales, todo ésto es, sencillamente, «feeling», algo que muy pocos saben hacer con su sonido. No todo el mundo es capaz de crear un disco que, a parte de bueno, signifique algo para el oyente a un nivel más personal.

Este fue el redondo que nos cautivó a todos, por el que algunos los conocieron y para otros muchos, el culpable de que empezaran a seguir a la banda de cerca. Nunca ningún otro disco suyo ha logrado que cada tema se convierta en imprescindible. Actualmente, después 7 años, es imposible dejar de emocionarse con temas como «Shut your Mouth», la versión de los Beatles «Eleanor Rigby» o ponernos la piel de gallina con «Just Hate Me».

Hasta entonces Pain había sido «el proyecto industrial del de Hypocrisy». Un proyecto del que todo se encargaba el polifacético Peter Tägtgren… y así era considerado. Peter es uno de los artistas europeos más respetados y tan sólo su nombre ha sido un handicap para el éxito de la banda y convertirla en una de las bandas de Metal con el público más variado; abriendo la mente de seguidores de otras bandas más extremas en las que ha militado Peter. No creo que ahora sea necesario hacer ni tan si quiera una breve presentación de este productor dueño de los estudios Abyss, de este frontman, compositor, guitarrista, vocalista…

Hasta ahora Pain tan sólo era Peter Tägtgren y músicos de directo que cambiaban con cada gira. Pero ahora, tantos años después de su debut y del éxito de este «Nothing Remains the Same», ya cuenta con músicos fijos a pesar de que Tägtgren, como es obvio, continúe siendo el cerebro tras el nombre del grupo. Y es que, cada vez está más claro qye Pain ya no es únicamente un proyecto paralelo a Hypocrisy, sino un grupo que se mantiene firme en la escena, cada vez con más adeptos y también ofreciendo algo de lo que muy pocos grupos pueden hacer gala: hacer que cada CD que sacan sea mejor que el anterior. Ya lo dijo el propio Peter; quiere hacer de Pain el grupo más grande del género, y lo cierto es que lo está logrando. Todos estos años trabajando tan activamente en prácticamente cualquier cosa relacionada con el mundo de la música, le ha dado buenas clases de cómo lograrlo: cuidando cada vez más la producción (incluso más de lo habitual), variando el sonido de sus temas y añadiéndoles más y distintos elementos a la vez que haciendo de su música un sopnido más fácil y apto para todo tipo de ùblico, rodeándose, como artistas invitados, de músicos archiconocidos… Ya hemos visto que no le falla la fórmula ni le falta ningún ingrediente de la receta del éxito. Han logrado que un género casi ajeno para la mayoría de los metalheads más «trues» no lo sea tanto aunque sea gracias tan sólo a Pain.

«Nothing Remains the Same» es sonido industrial, guitarras pesadas que lideran su música y máxima esencia Metal. Una de las múltiples virtudes del Sr. Tägtgren es que no le gusta repetirse y asume los riesgos que ello conlleva, precisamente éso ha hecho de su música algo especialmente dinámico y ameno… y lo cierto es que no le podría haber salido mejor. Lo único que se repite es algubna temático (como, por ejemplo, y como ya sabemos todos, los ovnis) pero no hacen sino darle máspersonalidad a lo que crea. ¿Qué sería de Peter sin extraterrestes? Una mezcla perfecta de agresividad (más que en su predecesor, «Rebirth») y partes melódicas (o temas melódicos, como el ya mencionado «Just Hate Me»).

Agresividad, ritmos y riffs pegadizos, melodía, voz particular, Industrial y Metal… ¿Qué más se puede pedir? Dad por seguro variedad no le falta y ésto, entre otras muchas cosas, hace de su música algo especial.

Para ser sincera, llevaba tiempo con esta «reseña» empezada en un cuaderno, todavía sin terminar, y es que me resulta prácticamente imposible intentar describir y hablar sobre uno de mis grupos y discos preferidos, me resulta prácticamente imposible describir un álbum que me parece tan completo, tan bueno, tan rico en absolutamente todo, tan único. Me resulta prácticamente imposible describir un redondo tan importante en mi vida (lo cierto es que, para mí, todas estas «Retroviews» están mucho más cerca de lo personal que de lo musical, ya que no podría, de ninguna forma, «homenajear» así a un trabajo que, simplemente, me gusta y que no ha pasado a formar parte de mi vida).

Con ejemplos como éste plástico es imposible no arrodillarse (interpretadlo cómo queráis) ante este genio sueco contemporáneo. ¿Realmente alguien puede dejar de ponerle un sobresaliente a cualquier cosa que salga de este incansable crack? Si es así, está claro que no seré yo quién lo haga.

Tania G.