CRÍTICA: CLOVEN HOOF – Heathen Cross

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Siempre que una leyenda de la NWOBHM del calibre de Cloven Hoof publica disco nuevo es motivo de celebración. Formados en 1979 por el incombustible bajista Lee Payne, nos han dejado para la posteridad auténticas obras cubres del género como Dominator (1988) o A Sultan’s Ransom (1989). Durante la pasada edición del festival de nuestra Associació Metalcova, pudimos disfrutar de la magnífica actuación de los británicos, donde resaltó la novedosa presencia de una de las mejores voces del género: Harry «The Tyrant» Conklin. Conocido por su trabajo en otras bandas como Jag Panzer, Titan Force o Satan’s Host, su incorporación permitió elevar hasta el máximo exponente el nivel del grupo, en un extenso repertorio donde disfrutamos de canciones poco habituales.

Lógicamente, las expectativas generadas para un nuevo disco con Harry eran inmensas, por lo que la confirmación del lanzamiento de este Heathen Cross, el 31 de este mes, nos hacía relamernos los dientes frente a semejante caramelito. ¡Pasemos a desmenuzar esta esperada grabación!

Una tenebrosa percusión, unido a un sintetizador casi eclesiástico introducen la breve instrumental Benediction. No tarda en sacudirnos las cabezas el primer trallazo: Redeemer. Medio tiempo heavy con la característica voz de Conklin y un coro muy pegadizo. El dueto a las seis cuerdas de Luke Hatton y Chris Coss nos dará muchas alegrías. Como la más oscura de las magias se presenta Do What Thou Wilt, algo más amenazadora. Me gusta ese cambio de ritmo hacia el ecuador de la canción, donde reluce el omnipresente teclado de Chris Dando, bien respaldado por el bajo de Lee Payne.

Seguimos con el primer sencillo publicado del disco: Last Man Standing, con un inicio contundente, tanto en la percusión de Ash Baker como en las seis cuerdas. Seguro que será de las favoritas de los seguidores, en sus propios directos. Darkest Before the Dawn inicia muy power, con unas vibrantes líneas de guitarra. Me recuerda en cierta manera ese comienzo a su clásica Highlander. Deliciosa combinación de solos. Es seguida por Vendetta, que inicia con un interesante trabajo en las cuatro cuerdas. Escuchar el vozarrón de «The Tyrant», junto a la incesante percusión de Ash Baker es impagable, como un asesino clamando por su venganza.

En absoluto contraste, Curse of the Gypsy se introduce de manera delicada y acústica, hasta que las guitarras eléctricas y la percusión deciden romper brevemente el embrujo. Power ballad clásica, con un inesperado cambio de ritmo hacia el ecuador de la canción, donde se desatan nuevamente las seis cuerdas. La maldición de la reina gitana se apodera de la atmosfera. Frost and Fire, cuyo título nos recuerda irremediablemente a otras leyendas como Cirith Ungol, nos ofrece un corte de puro heavy clásico, con un final muy emotivo.

Con una cadencia que coquetea con el doom de Black Sabbath, prosiguen con la apropiadamente llamada Sabbath Stones. Nuevamente tienen cabida pasajes más enternecedores, intercambiándose con otros tenebrosos. Curioso que las dos últimas composiciones sean las más largas, con ambas extendiéndose alrededor de los seis minutos de duración. The Summoning empieza misteriosa, gracias a la brillante labor en el teclado de Dando. Sumergen al oyente en esta especie de invocación pagana, para la cual deberá hacerse un sacrificio sangriento. Terminan por todo lo alto, un discazo con todas las de la ley.

Heathen Cross es, sin lugar a duda, el mejor disco que nos ha ofrecido Cloven Hoof en mucho tiempo. Me parece que supera incluso a Who Mourns for the Morning Star? (2017). ¡Un encomiable trabajo coral, que quedará grabado a fuego en el legado de esta célebre agrupación de la NWOBHM!

High Roller Records (2024)

Puntuación: 8/10

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