SHAMELESS es un interesante proyecto de un alemán llamado Alexx Michael que ha reclutado dos de las voces más carismáticas del hard rock más divertido: Steve “Sex” Summers (PRETTY BOY FLOYD) y Stevie Rachelle (TUFF) aunque, para la mayor parte de la parroquia hard rockera, no creo que sea necesario presentar a esta banda que con su nombre lo dice todo.
Los ya mencionados vocalistas fueron el mayor atractivo para que un poco grupo de personas nos acercáramos a la sala KGB. " />

SHAMELESS – Sala KGB 27/04/2007

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SHAMELESS es un interesante proyecto de un alemán llamado Alexx Michael que ha reclutado dos de las voces más carismáticas del hard rock más divertido: Steve “Sex” Summers (PRETTY BOY FLOYD) y Stevie Rachelle (TUFF) aunque, para la mayor parte de la parroquia hard rockera, no creo que sea necesario presentar a esta banda que con su nombre lo dice todo.
Los ya mencionados vocalistas fueron el mayor atractivo para que un poco grupo de personas nos acercáramos a la sala KGB.

SHAMELESS es un interesante proyecto de un alemán llamado Alexx Michael que ha reclutado dos de las voces más carismáticas del hard rock más divertido: Steve “Sex” Summers (PRETTY BOY FLOYD) y Stevie Rachelle (TUFF) aunque, para la mayor parte de la parroquia hard rockera, no creo que sea necesario presentar a esta banda que con su nombre lo dice todo.
Los ya mencionados vocalistas fueron el mayor atractivo para que un poco grupo de personas nos acercáramos a la sala KGB.

Aquella velada que prometía grandes dosis de fiesta y diversión la comenzaron la banda local LIPSTICK, presentando su segundo álbum; “A Kind of Self-Destruction”. Los barceloneses demostraron tener tablas en el escenario, además ofrecieron un espectáculo del más puro estilo rockero, rozando la estética Glam setentera, y, ante todo, una enorme actitud. Creo que todos los asistentes quedamos más que satisfechos con su actuación y pudimos comprobar por qué ellos mismos dicen que son un grupo de directo y entendimos las buenas críticas que cosechó su trabajo debut, “Feedback Destroyer”. Por si todo esto no fuera poco, subieron a la perfección cómo ganarse al público y crear una buena conexión entre ellos y los que estaban debajo del escenario. Sin duda, una muy buena forma de comenzar una noche que apuntaba a que iba a terminar siendo toda una fiesta.

Y, por fin, saltaban a escena TUFF, con sus bandanas, su imagen estudiada y kilos de maquillaje (o purpurina en el caso del señor Summers). Los dos cantantes se fueron dando el relevo cada 3 o 4 canciones, cada uno mostrando su propia personalidad. De esta manera pudimos disfrutar de un Summers glamouroso y un Rachelle mucho más directo y, podríamos decir, que sencillo. Desde un primer momento me impactó la cercanía que tenían en todo momento con su público; cantando con ellos, compartiendo cerveza… No dejaron de cuidar esto hasta el último minuto de su actuación. Esto hizo que la gente allí congregada se mostrara mucho más entregada y animada al grupo, en respuesta por el genial espectáculo que estaban dando. No éramos muchos, pero hicimos ruido.
Fueron cayendo temas tanto de los álbumes de SHAMELESS, como la gran “Queens for a Day” y,l por supuesto, clásicos de PRETTY BOY FLOYD como “48 Hours” o “Set the Night on FIRE” entre otros (aunque creo que todos echamos de menos “Leather Boyz with Electric Toys”, su himno). Tampoco faltaron clásicos de TUFF, de su época más ochentena y no cuando el Grunge parecía haberse apoderado de su sonido. No se olvidaron de canciones como “The all New Generation” o “Good guys Wear Black” y, por supuesto, la cachonda “American Hair Band” casi como colofón.
Parecía que habíamos viajado en el tiempo y habíamos vuelto a la década de los 80, entre otras cosas, porque parece prácticamente imposible estar disfrutando en directo de estos dos cantantes y escuchando temas de sus bandas. Y, para terminar de confirmar esto, nos regalaron una versión de “Live Wire”, de MÖTLEY CRÜE con Summers a la voz.
Y, por si esto fuera poco, como fin de aquella enorme fiesta que estábamos presenciando, Rachelle y Summers subieron juntos al escenario para terminar con el más puro éxtasis: cantar, mano a mano, “Talk Dirty to Me” de POISON y el legendario “Shout it out Loud”, de los, también legendarios, KISS.
Durante todo el concierto pudimos comprobar el auténtico carisma de Stevie y Steve y las tablas del resto de compañeros que les respaldan, dando un gran espectáculo, con la mayor conexión con el público que jamás he visto, dando un espectáculo que, sencillamente, puede ser el significado de “Rock” y transmitiendo un buen rollo en todo momento como pocas veces he visto.

Noches como esta se tienen que disfrutar al máximo, ya que son experiencias prácticamente irrepetibles, especialmente viendo el sorprendente escaso número de personas que nos encontramos en la sala del barrio de Gràcia. De todas formas, el propio grupo ya se encargó de marcar esta fecha a fuego en nuestras memorias.

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