CRÍTICA: TAROT – Glimpse of the Dawn

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Durante esta última década estamos disfrutando de un revival del sonido clásico setentero dentro del metal, en formaciones que apuestan por añadir elementos psicodélicos, progresivos o del hard rock de guitarra doble: Grendel’s Sÿster, Spell, Night, Tanith, Hällas, Iron Griffin o Flight están haciendo las delicias de los que adoramos estas propuestas musicales. Desde la lejana Tasmania, en Australia, nos llegan estos Tarot (no confundir con la banda finesa de power). Fueron formados en 2011 por el guitarrista, teclista y vocalista Will Fried, quien es la mente también detrás del grupazo de doom The Wizar’d, (se rumorea que asimismo de Black Magic SS, si bien todo lo que envuelve sus proyectos está plagado de misterio). Le acompañan David Walsh en el bajo y parte de las voces, Dave Harrington-George como teclista y organista, Felix Russell en las seis cuerdas, así como un tal The Magician en la percusión. Después de tres EPs iniciales en 2014 y el recopilatorio The Warrior’s Spell del año siguiente, publicaron en 2016 su primer elepé: Reflections. Un interesante disco que ya nos daba indicios del nivel que podían alcanzar. Después de una larga espera de ocho largos años salió al mercado, el pasado día 12 de este mes, este majestuoso Glimpse of the Dawn, que desengranaremos a continuación.

Con un sintetizador y guitarra acústica inicia el tema homónimo, que parece retrotraernos a una imagen pastoral, hasta que le percusión y la guitarra eléctrica deciden incorporarse, sin olvidarnos de un breve aunque precioso pasaje de piano. Ha sido inteligente Will de repartirse las tareas vocales con Felix y Dave, a sabiendas que su punto fuerte es la guitarra. Proseguimos con el sencillo promocional de la grabación: The Winding Road, que nos habla del esperado regreso a casa tras una ardua travesía. Precioso ese interludio, culminado con el solo de guitarra. Finaliza con un enérgico sintetizador, muy estilo Uriah Heep setentero.

Regresamos a su faceta más acústica en Leshy’s Warning, que desborda un aura medieval. Tras esa introducción, la composición alcanza un cierto cabalgueo épico, mientras el dueto vocal nos narra la historia de una especie de fuerza de la naturaleza, como Robin Hood al acecho en el bosque de Sherwood. Quizás de mis favoritas, si bien difícil escoger entre tanta calidad. Ese intercambio entre flauta, violín y teclado es el cénit de la excelencia. En absoluto contraste, se presenta muy guitarrera Echoes Through Time, con un potente riff. La combinación de hachas entre Russell y «The Hermit» Spectre es puro magnestismo. No resta protagonismo al omnipresente teclado, si bien es quizás más directa que otras canciones.

The Harrier es una instrumental dominada por una enigmática guitarra acústica, donde los teclados refuerzan el misticismo. Da paso al sintetizador de The Vagabond’s Return, donde un pueblo ansía liberar a su monarca. Bajan revoluciones hacia el ecuador de la canción, para regresar con un teclado de lo más lisérgico. Final cargado de epicidad, donde las guitarras vuelven a lucirse esplendorosas.

En las dos últimas composiciones podemos notar de manera evidente las influencias progresivas reminiscentes de la escena de Canterbury. Dreamer in the Dark cuenta con un interludio de marcados matices psicodélicos, como una ensoñación en la oscuridad. La parte acústica recuerda a la experimentación propia del folk británico de Pentangle. Llegamos al final de esta preciosa ruta por lo desconocido con Heavy Weights the Crown. Un órgano eclesiástico nos da la bienvenida, seguido por un sintetizador muy ochentero, como el que caracterizaba la obra del célebre Tino Casal. Me gusta esa cadencia que va tomando el tema conforme ganan protagonismo las guitarras y las voces se fusionan. Tremendo ese cambio de ritmo hacia su mitad, liderado por una poderosa guitarra, cuyo solo es seguido por el sintetizador en frenesí. Su trama nos narra cómo un rey actúa de manera tirana hacia su pueblo, sin darse cuenta de que sus oídos están siendo envenenados por un pérfido confidente que, como Yago en Otello, manipula su voluntad. Sensacional y nuevamente de lo mejorcito del elepé.

Mientras que Reflections, aunque era un buen disco, parecía totalmente concebido por parte de Will, este precioso Glimpse of the Dawn demuestra que Tarot ya es un conjunto compacto, con capacidad para que fluyan las ideas entre todos sus integrantes. Es evidente que tendrá un lugar de privilegio en mi clasificación anual, porque ha sido una delicia escucharlo en varias ocasiones. ¡Seguro que nos encantará su actuación, durante el festival Keep It True de Alemania, al cual asistiremos la semana que viene!

Cruz del Sur Music (2024)

Puntuación: 9/10

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