CRÓNICAS: Girona aguarda la llegada de El Pájaro Fantasma

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Saber que Saurom toca en tu ciudad (o a 80km, que más da), es saber que tendrás una noche inolvidable; que te desgañitarás cantando, te doleran los pies de pasar la noche saltando y que posiblemente acabes metida en un gran circulo juglar riendo con decenas o cientos de desconocidos, pero resumiendo, pasando la mejor noche de tu vida, ¡asegurado!

El sábado 16 de noviembre, el sábado más frio hasta el momento, se daba cita en la Sala La Mirona de Salt una de las muchas paradas que está dando la gira de El Pájaro Fantasma. Gira que acompaña la presentación del nuevo disco de la banda de San Fernando, que una vez más nos ha dejado a los fans boquiabiertos con cada uno de sus temas, a cada cual mejor que el anterior. Se aprovechaba la ocasión para lucir las sudaderas y los gorritos de invierno del merchan de la banda.

Alrededor de las 19:30h, media hora antes de la apertura de puertas, ya se congregaban una cincuentena de personas en la puerta charlando y contando anécdotas de otros conciertos, de las canciones que van a escuchar o las que les gustaría escuchar. Fans acerrimos que incluso habían aprovechado la noche anterior para ir hasta la otra punta de la comunidad y disfrutar de ellos en la sala Zero de Tarragona.

Luego, a las 20h, todo bastante puntual y con mimo, se abrían las puertas de la sala y el público iba entrando cómodamente, paseando por el recinto, tomando las primeras bebidas de la noche, haciendo ya algunas compras en el Merchandising y los que no se quieren perder detalle, ocupando ya las primeras filas. La hora entre la apertura de puertas y el inicio del concierto se pasó bien rápida, y más cuando algunos ya tuvieron un momento para los primeros saludos o charlas con Santi y Joselito que se dejaron caer por la pista, y apenas pasaban unos minutos de las 21h cuando las luces se atenuaban y se escuchaba la introducción grabada mientras uno a uno, iban saliendo los miembros de la banda entre aplausos y vítores.

El pájaro Fantasma entraba con contundencia y la presencia de Migue cantando, rellenaba el gran escenario. Aunque nos estábamos empezamdo a acostumbrr a la presencia de Elizabeth Amoedo o alguna otra cantante femenina acompañándolo, aquí tuvimos que contentarnos con su voz grabada, cosa que no importó porque el público cantó bien gustoso también la parte femenina.

Llevamos casi un año desde la salida del disco, y aunque hayamos repetido concierto y repertorio (pudimos disfrutarlos al máximo este agosto en el Leyendas del Rock), cualquier canción que toquen se siente como si fuera la primera vez, y así fue el caso de «Amanecer» o la preciosa «La Hija de las Estrellas», ámbas de su anterior disco Música.

La calidad de sonido de la sala era impecable, estuvieras donde estuvieras se escuchaba de lujo y aunque a diferencia de otros conciertos, en lo visual, no tuviéramos el juego de la pantalla de fondo donde van proyectando imagenes diferentes relacionadas con el tema a sonar, no hacía falta. A Saurom no le hace falta nada que te amenice más el concierto que su propia presencia, y sobretodo, un Joselito que no para de correr, saltar e ir de uno a otro lado del escenario sin parar ni un solo segundo como hizo durante todo el concierto, abrazando y besando a sus compañeros. Una clase de cardio de tomo y lomo.

Los primeros acordes de «No Seré Yo» reanimaba de nuevo al público que se tiró a cantar voz en grito, y aunque aquí también echamos en falta a Isra Ramos y a Ramon Lage, el público llenó perfectamente esas partes junto con Migue, que se la cantó entera. Intentaría deciros que algunas canciones sacan más los aplausos que otras, pero os engañaría, pues el público está al 100% en finalizar cada tema

La entrada de batería de Antonio que se mete dentro del pecho clama a «La Leyenda de Gambrinus”. Con esta, comienza el bloque de canciones más divertidas de la banda y nos alejan de esos temas mas profundos que nos ponen los sentimientos a flor de piel. “Músico de Calle”, «El Queso Rodante» y «La Batalla con los Cueros de Vino».

No se si será cosa mía, pero parece que cada una de las canciones que hace Saurom pueden encajar en algún momento de tu vida, y te da un mensaje positivo y de apoyo cuando más lo necesitas, desde las más tristes a las más alegres, pero cuando escuchas a sus fans dedicarles unas palabras en algún momento que tienen de intercambio de firmas, o abrazos, te das cuenta de que a todos nos han ayudado en algún momento duro que hemos pasado y nos podemos identificar con ellas.

Narci cambiaba de instrumento, de sus flautas a la gaita , de la gaita al violín y del violín a la guitarra, pero es que como ya vimos en el Leyendas, ¡estos músicos saben hacer de todo! Así que ya no es novedad ver como Migue se cuelga su guitarra, y nos meten el temazo «Salta», del que obviamente, nadie es capaz de parar quieto en el suelo, y es el momento que más nos gusta, el de ver a Joselito volar.

La preciosa «Soñando Contigo» nos llevó a pensar en esos sueños que no quieres perder y que luchamos día a día por cumplir, como siempre, calando hondo con sus letras en nuestros corazones, y llenó el escenario de niños y niñas que saltaron y disfrutaron más que nosotros de poder compartir un momentito con sus músicos favoritos. Acabamos la canción cantando todos el estribillo a capela y se nos pusieron los pelitos de punta de lo bonito que fue.

“Cuando nadie nos ve” nos arrancó alguna que otra lágrima, pues no puede haber una voz más bonita para cantar semejante canción que la de Migue.

Con la guitarra colgada al cuello, las primeras palabras y acordes suenan para que una gran ovación recorra todo el público, y es que, a mi parecer, esta versión del tema popular “La Llorona” ha sido una de las mejores versiones de la historia que se puedan escuchar, y que mejor que de los mismisimos Saurom.

No puede faltar, como cada vez que pisan los Països Catalans, el escuchar “Dracum Nocte”, casi podría ser un himno de nuestra tierra o al menos la banda lo están convirtiendo en ello, y a su público le encanta que así sea.

En una pequeña pausa agradecieron la tarea de la gente que no se ve y que también son parte de Saurom, Antonio, que siempre está detrás de sus bombos y sus platos y pocas veces se le echa cuentas, si no fuera porque la batería lo es todo en una banda, (los baterías ¡ los grandes olvidados!) y los técnicos de luces y sonido que están currando como el que más de principio a fin del concierto para que todo salga bien.

Agradecidos de visitarnos, y remarcando que se han recorrido casi toda españa de una punta a otra para llegar hasta Girona y pasar la noche con nosotros, se van despidiendo y desgraciadamente se acerca el final del concierto, donde se recopilan en el último bloque de la noche las canciones más festivas, que vuelven a poner toda la sala patas arriba, “ El Carnaval del Diablo”, “El Circulo Juglar” donde no puede faltar, como la canción dice, un gran circulo que Migue pide que se haga en el centro de la sala, y que intenta que aguante sin cerrarse hasta llegar al estribillo, donde en ese momento se organiza un gran festival de saltos, de bailes y de gente riendo sin parar. Un espectáculo digno de presenciar y que Joselito nos pide inmortalizar desde encima del escenario, aunque a mi siempre me gusta ser participe, agarrando como puedo la camara y entrando a saltar y bailar con los demás compañeros juglares. Una fiesta no es una fiesta si una no acaba en un circulo Juglar.

La nueva “Fuego” de su último disco también entra de cabeza a la lista de los grandes éxitos en concierto y ocupa un lugar de honor en este final de concierto. ¿Quién no querría saltar y danzar en una hoguera junto a Saurom? Y sin irnos muy lejos del fuego nos metemos en el caldero con las pócimas y los hechizos para cantar “Noche de Halloween”, y dar por acabada la velada tomando una cerveza en “La Taberna” retrocediendo a su disco del 2006, JuglarMetal.

Duermedela va sonando mientras la banda se despide de todo su público y nos deja sonrisas de oreja a oreja, marca de una noche que va a ser muy difícil olvidar, como cada una de las que pasamos junto a Saurom.

Cŕonica y Fotografía por Ruth Gomez Garcia

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