Pensando en discos que han signifcado algo para mí, realmente pocos, me he visto obligada a homenajear, de alguna forma, mi disco preferido de los suecos Katatonia.

A estas alturas, tras varios larga duración, EP's, las veces que hemos podido disfrutar de ellos en directo (a pesar de los conciertos más desafortunados) y una carrera tan extensa, no hace falta recordar su gran calidad y profesionalidad.

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KATATONIA – Tonight’s Decision (1999)

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Pensando en discos que han signifcado algo para mí, realmente pocos, me he visto obligada a homenajear, de alguna forma, mi disco preferido de los suecos Katatonia.

A estas alturas, tras varios larga duración, EP’s, las veces que hemos podido disfrutar de ellos en directo (a pesar de los conciertos más desafortunados) y una carrera tan extensa, no hace falta recordar su gran calidad y profesionalidad.

Pensando en discos que han signifcado algo para mí, realmente pocos, me he visto obligada a homenajear, de alguna forma, mi disco preferido de los suecos Katatonia.

A estas alturas, tras varios larga duración, EP’s, las veces que hemos podido disfrutar de ellos en directo (a pesar de los conciertos más desafortunados) y una carrera tan extensa, no hace falta recordar su gran calidad y profesionalidad.

Gran calidad que han demostrado del primer al último disco a pesar de su evidente evolución que ha supuesto diversos cambios en su sonido, haciendo de su discografía un gran abanico de diversidad que la hace amena, un elenco de himnos, fantásticas melodías y letras personales acompañadas de la, no menos característica, voz de Jonas. Todo ésto rodeado del buen hacer de toda la banda en todos los aspectos.

Desde sus principios Doom Death hasta que cambiaran de logo para hacer su sonido más melódico, o en su álbum más distinto, quizá menos metalero y de los más aclamados, «Viva Emptiness», no han dejado de demostrarnos por qué sobreviven a la difícil industria musical después de tantos años, sobretodo conociendo el escepticismo de los «metalheads» a los cambios, y por qué son uno de los mayores referentes del Doom.

No se puede pasar por alto ni despreciar absolutamente ningún álbum de Katatonia aunque seamos más afines a una u otra época de la banda. Diferentes trabajos con distintos matices y elementos, distintos conceptos. Pero, si hay algo que tenga este «Tonight’s Decision» que no tengan los demás, es el feeling que desprende.

Cuando se trata de un grupo de la talla de los suecos, no es algo difícil ni sorprendente conseguir que esa calidad y experiencia se haga partícipe en su música, de cualquier forma, en cambio, pocos discos pueden gozar del privilegio de poder transmitir tanto y hacerse irrepetibles justamente por ello. Pocos CD’s son capaces de satisfacerte por completo a la primera escucha, de escucharlo una vez tras otra, de hacer que cada canción sea única y distintas entre ellas; distintas atmósferas, ritmos, matices… distintos sentimientos. Pocos discos son capaces de hacer que cada tema que lo compone termine siendo un himno. Pocos discos son capaces de ponerle música a tu vida.

Soy consciente de que también se trata de un álbum injustamente criticado por algunos, especialmente por los que se quedaron anclados en la primera época de los suecos.

Este «Tonight’s Decision» podría considerarse el segundo disco tras el importante cambio que dieron en su música, siendo un trabajo más «claro» que su predecesor, «Discouraged Ones», en el que exploraban su nuevo sonido sin dar nada por hecho, en cambio, en el álbum que hoy trato se veía de forma más clara el camino que la banda quería tomar.

Seguramente muchos de vosotros penséis que es una herejía no dedicar estas líneas a «Dance of December Souls», «Brave Murder Day» o incluso «Viva Emptiness» y, lo reconozco, «Tonight’s Deicision» no se puede comparar a los anteriormente mencionados musicalmente (ni por la acogida que tuvieron por parte tanto de los fans como de la crítica) a pesar de la carrera intachable de los chicos, pero en sentimiento les supera y, simplemente, a veces en la música busco algo más que sea buena o que tenga una increíble técnica, es todo un mérito cuando un plástico, además de su calidad, llega un paso más allá y sobrepasa la barrera de lo simplemente musical.

Quizás no pueda ser objetiva tratándose de este trabajo ya que fue el primero que escuché de Katatonia, y éso conlleva unos recuerdos y sentimientos hacia él que me hacen tenerle un cariño especial. Aunque, posiblemente, en ningún caso pueda ser del todo objetiva tratándose de ellos.

Ya no creo que sea necesario explicar que siempre he sido una gran seguidora de estos muchachos y, lo cierto es que no me recuerdo escuchando Metal sin escuchar Katatonia, aunque tan sólo fuera un tema, aunque tan sólo fuera, concretamente, «For my Demons» que es, precisamente, el que abre este redondo.

Recuerdo descargarme de aquel lejano Napster el tema poco después de que el álbum viera la luz. Lo cierto es que me quedé totalmente prendada de aquella preciosa canción y su melodía pero, todavía no sé por qué, no fue hasta años después cuando me bajé el disco al que pertenecía y el resto de su discografía. Me sorprendió la maestría que tienen para mezclar esas características y preciosas melodías que sólo ellos pueden componer, con el sonido pesado y crudo de sus guitarras, lo bien que eran capaces de envolver sus atmósferas y, por unos instantes, hacerte olvidar del mundo. Y, a las pocas escuchas, ya se habían convertido en uno de mis grupos preferido pero, paradójicamente, nunca le había prestado una atención especial a «Tonight’s Decision» aunque ya fuera uno de mis grandes preferidos.

Lo cierto es que mi «obsesión» por él nació hace tan sólo unos meses, cuando me hice con una copia original y aprendí a escucharlo y no únicamente a oírlo. Es increíble lo que puede llegar a cambiar la música escuchándola en un viaje largo en el coche, en la cama sin hacer nada… y cómo te pierdes los detalles cuando la oyes en el ordenador con el MSN encendido y escribiendo en tu Facebook.

Precisamente fue en un viaje largo dónde aprendí a valorar este disco, a percibir la gran cantidad de detalles y matices que lo forman, a escucharlo una y otra vez todas las horas que pasé en el coche sin cansarme, a perderme por completo en él y en sus ricos, siempre pesados y oscuros, ambientes.

Ahora, empezando a analizar el disco y dejándome de sentimentalismos y subjetividades, comenzar diciendo que la producción es mucho mejor que en «Dance of December Souls» y el sonido de la banda más definido. La voz de Jonas en esta ocasión también es muy variada a lo largo del disco pero, tras dejar de utilizar guturales, fue su voz más limpia que habíamos escuchado hasta el momento.

Algunas de las estructuras de ciertos cortes son más complejas que en discos anteriores, aunque no sean predominantes. En general, se trata de un álbum en el que no dejan de experimentar, aunque lo que más lo demuestra y el cambio más importante sean las voces. Tal vez ésto lo convierta en un trabajo extraño, en ocasiones algo difícil de digerir y seguramente algunos de estos «experimentos» no nos convenzan fácilmente.

Bajo mi punto de vista, dónde más podemos percatarnos de ésto, es en el tema más extraño del álbum, me refiero a la versión de Jeff Buckley, «Nightmares by the Sea». Los primeras veces me pareció demasiado diferente y no me convenció en absoluto pero, después de muchas escuchas, experimenté una sensación que todos hemos sentido alguna vez, y es que en cuanto más lo escuchaba más me gustaba, tanto es así que se ha convertido en uno de mis cortes preferidos del disco, supieron cómo adaptar perfectamente la versión a su estilo.

Puede resultar extraño el ritmo, es una canción lenta pero con el estribillo rápido, el tema más rápido del CD, también es más pesado de lo normal pero, a la vez, más «pegadizo» y «fácil». Es curioso utilizar la palabra «fácil» para describir su ritmo cuando se trata, posiblemente, de la canción de escucha más difícil de todo «Tonight’s Decision». También tiene matic
es, como un sonido por el final de la canción, muy «goth rockero», que podría haber salido del teclado de bandas de los 80 como Sisters of Mercy.

Temas como «Right into the Bliss» todavía se asemejan bastante a la etapa «Discouraged Ones», en cambio, otros temas más similares al presente de la banda como puede ser «A Darkness Coming», nos recuerda a los Anathema de hoy en día.

En este trabajo el artwork también es distinto, en esta ocasión azul (la banda ha comentado varias veces que llaman a los CD’s por su color), pero igual de «oscuro» y efectivo.

La mayoría de cortes son simples y directos, y únicamente pueden sonar a Katatonia. Utilizan también, para sorpresa, algunos tímidos elementos electrónicos que cubren, casi por completo, las habituales guitarras pesadas. Es difícil encontrar en este estilo un disco tan pesado, que represente tan bien el principal concepto del álbum; la noche, que orqueste tan bien la tristeza y melancolía y que la música encaje tanto con sus letras como con el artwork en general. Seguramente, si la nostalgia fuera música llevaría el nombre de Katatonia.

Un disco redondo si valoramos además aspectos no musicales. Cómo es habitual, una vez más una mezcla perfecta de preciosas melodías y riffs pesados. Encontramos un claro ejemplo de ello en «For my Demons» o, en las más pegadizas, «I am Nothing» y «Nu Good can Come of this». Las melodías en este disco deslumbran por sí mismas, algo que sólo pueden crear estos chicos.

La batería suena mejor y más fuerte que en todos los CD’s anteriores, siendo invitado el polifacético Dan Swanö para tocarla y así Jonas concentrarse por completo en las voces. Hasta entonces, si algo fallaba de manera casi imperceptible en la banda, era la batería, que sonaba demasiado floja para su música aún así, hay que valorar el mérito de todos los artistas que, además de tocar la batería en su banda, son la voz.

Es increíble cómo suena todo de controlado, de precioso a la vez que pesado. A diferencia de muchos, es un redondo que realmente encaja en cualquier momento y puede entrar en uno mismo. Es difícil que un disco, por perfecto que sea o por mucho que nos guste, pueda pasar de ser un gran disco a formar parte de nuestras vidas o incluso ser, en ocasiones, una parte de nosotros.

«Tonight’s Decision» es genialiad hecha música.

Tania G.

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