European Bloodshed Rituals Tour – Sala Apolo 2 (02/11/2016)
No se puede empezar noviembre de mejor manera. Después de un octubre cargado de conciertos y un noviembre que se presenta prácticamente con la misma actividad para nuestro bolsillo, llegaba a Barcelona la gira Bloodshed Rituals, coencabezada por INQUISITION y ROTTING CHRIST acompañados de los brasileños MYSTIFIER y los jóvenes SCHAMMASCH.
Últimamente en nuestro país han llegado los «horarios a la europea» por lo que, por motivos ajenos a nuestra voluntad (sí, laborales), no llegamos a tiempo de presenciar la Night mare de los suizos SCHAMMASCH, banda que ponía el contrapunto a una noche de bandas legendarias con su Black de corte más experimental y de mentalidad moderna. Habría sido interesante ver cómo traducen sus atmósferas al directo y esa puesta en escena que parece retratar su temática ocultista. Esperamos poder verlos en directo en otra ocasión.
Tras ellos llegaba el momento que más esperaba la noche, el del infernal trío brasileño MYSTIFIER, (solo con Beelzeebubth como único miembro original), que volvían a nuestro país a escupir su blasfemia sin más armamento que su cuero, sus tachas y sus cinturones de bala. No les faltó munición para destrozarnos con su primitivismo desde el primer instante en que saltaron al escenario sin miramientos. Comienzo fuerte con cortes «The Realm of Antichristus». Tema que nos hacía viajar atrás en el tiempo a su enorme «Göetia». Y seguimos en una máquina del tiempo mientras seguía corriendo la pólvora con «The True Story About Doctor Faust’s Pact With Mephistopheles». Todo apuntaba a que iba a ser una noche old school, al menos en el rato en que estuvieran MYSTIFIER sobre las tablas, y así fue. Casi todos los temas, para euforia del público, fueron de sus dos primeros trabajos, «Wicca» y el ya mencionado «Göetia». Y, hacia final, si ya el headbanging no cesaba, gracias tanto a un enorme repertorio, como al buen sonido y, sobretodo, esa actitud tan Rock n’ Roll de los brasileños, la locura se desató con «Nightmare», la versión de sus compatriotas SARCOFAGO, que precedió al cierre definitivo con «Osculum Obscenum». Repertorio poco variado pero, a mi gusto, inmejorable. Actitud honesta y simple, directa, como su música. Si hubiera sido un cartel formado por bandas similares a MYSTIFIER, los siguientes lo habrían tenido difícil, pero con esta variedad es odioso hacer comparaciones.
No era la primera vez que veía a los griegos comandados por los hermanos Toli, ROTTING CHRIST, y lo cierto es que no soy una gran apasionada de sus últimos discos, pero de todas formas, tras darle varias escuchas a «Rituals», tenía mucha curiosidad por ver cómo transportaban a la puesta en directo esos cánticos ritualistas y esas atmósferas casi primitivas. Abrieron su actuación de una forma que no engancha demasiado, con «Ze Nigmar», uno de los temas más lentos y pesados de su última obra. Siguieron con «Kata ton Demona Eautou», con ese sonido tan tribal que resulta muy atractivo en directo, pero se repitió con «Athani Este» y el interés acaba desvaneciéndose poco a poco. Lejos de crear una atmósfera fuerte, de esas que te envuelven y te atrapan, te consiguió el efecto contrario. Igual que con la puramente ritualista «Apage Satana». Es una de esas canciones que en directo te sumen en un profundo trance, se convierten en un auténtico cántico y la atmósfera no podría ser más ritualista. La repetición actúa como mantra. Pero en directo es solo aburrimiento y repetición sin sonido. De hecho ROTTING CHRIST no utilizan demasiados pregrabados, y eso les da un sentido más honesto, más natural, pero gran parte de la magia de sus últimas obras está precisamente en esos efectos, es prácticamente lo que les da sentido, y en directo se pierde. Se pierde así el concepto, la idea. Se piedre el ambiente. De todas formas, su interpretación jamás deja de ser apabullante, tienen fuerza pero en otros aspectos, y una perfecta cohesión entre los componentes. En fin, que ROTTING CHRIST se centraron, de lo contrario a MYSTIFIER, en sus más recientes trabajos, hasta que descargaron seguidos tres temas de sus comienzos, «The Sign of Evil Existence», «The Forest of N’Gai» y la versión de THOU ART LORD «Societas Satanas». Hasta que cerraron con el himno absoluto «Non Serviam». Una hora de un concierto del que los seguidores de los primeros trabajos de ROTTING CHRIST no quedarían demasiado satisfechos, pero a estas alturas de su carrera sería absurdo ir a un concierto suyo esperar encontrarse con mayoría de canciones del «Thy Mighty Contract», pero como banda en directo los griegos son griegos son infalibles.
Llegaba el turno de los cocabezas de cartel INQUISITION, que venían presentando «Bloodshed Across the Empyrean Altar Beyond the Celestial Zenith». Un trabajo enorme. Mucho más directo que sus últimas obras, y más adictivo, aún con esa enorme influencia del BM escandinavo. Sin cambios drásticos pero geniales una vez más, así que tenía muchas ganas de ver cómo defendía el dúo esos temas sobre el escenario, y ver cuál era la reacción del público. La sala Apolo se llenaba de humo, de luces oscuras, para recibir a los yanquis, aunque prácticamente colombianos de adopción. Valieron pocos minutos de la intro de «The Force BEfore Darkness» y «From Chaos they Came» para ver que los temas de la nueva obra ganan en intensidad en vivo. Y parece que el público opinó lo mismo. El humo cubría casi por completo las siluetas de Dagon e Incubus. Una escena saturada, siniestra, para hacer la experiencia más fuerte. Durante una hora casi sin pausas siguieron descargando su Black Metal versátil, con atmósfera, con BM arrollador, partes Doom, momentos Thrash (como en los momentos en que daban un repaso a sus obras más antiguas, como con «Dark Mutilation Rites») y esa asonancia tan característica del grupo coronada siempre por la singular y reconocible voz de Dagon. Un repertorio completo, repasando su discografía, dejando tan solo a su disco debut sin representación. Buen sonido, cohesión perfecta entre los dos componentes y, sobretodo, honestidad. Sería muy fácil buscar miembros de directo y llevar sobre las tablas una formación completa, pero INQUISITION se plantan como dúo, descargan su genialidad durante una hora sin concesiones ni interrupciones, optan por regalarnos una recreación fiel de lo que son, y de lo que son también en disco, y lo hacen como nadie. Una lección de verdad y de Black Metal .