Acheron son, posiblemente, uno de los grandes infravalorados del Death Metal. Ni el hecho de que hayan pasado por sus filas músicos de Morbid Angel, Nasty Savage, Incantation, etc. ni que el líder de la banda, Vincent Crowley, fuera reverendo de La Iglesia Satánica sucediendo al fallecido Anton Lavey, les han dado más publicidad. De todas formas, éstos deathmetaleros americanos celebran su veintena musical tras 6 años desde su último trabajo de estudio, "Rebirth: Metamorphosing into Godhood" con este "The Final Conflict: Last Dayd of God".

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ACHERON – The Final Conflict: Last Days of God

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Acheron son, posiblemente, uno de los grandes infravalorados del Death Metal. Ni el hecho de que hayan pasado por sus filas músicos de Morbid Angel, Nasty Savage, Incantation, etc. ni que el líder de la banda, Vincent Crowley, fuera reverendo de La Iglesia Satánica sucediendo al fallecido Anton Lavey, les han dado más publicidad. De todas formas, éstos deathmetaleros americanos celebran su veintena musical tras 6 años desde su último trabajo de estudio, "Rebirth: Metamorphosing into Godhood" con este "The Final Conflict: Last Dayd of God".

Acheron son, posiblemente, uno de los grandes infravalorados del Death Metal. Ni el hecho de que hayan pasado por sus filas músicos de Morbid Angel, Nasty Savage, Incantation, etc. ni que el líder de la banda, Vincent Crowley, fuera reverendo de La Iglesia Satánica sucediendo al fallecido Anton Lavey, les han dado más publicidad. De todas formas, éstos deathmetaleros americanos celebran su veintena musical tras 6 años desde su último trabajo de estudio, «Rebirth: Metamorphosing into Godhood» con este «The Final Conflict: Last Dayd of God».

En éstos veinte años su cantante y bajista, Vincent Crowley, ha roto la banda más de una vez y ha habido numerosos cambios en la formación, pero sólo han servido para hacerles volver cada vez con más fuerzas. Quizá uno de los factores por el que nunca se les haya tenido demasiado en cuenta sea porque es demasiado fácil relacionar a la banda y prejuzgarlos por hechos ajenos a su música, ya sabemos lo polémico que puede llegar a ser en algunos casos el satanismo o el anticristianismo y la poca credibilidad que le puede otorgar a algunos grupos o, quizás, simplemente es que nunca han querido salir del underground y se sienten cómodos con la base de fans tan sólida que han logrado formar durante todos estos años a base de esfuerzo y que les son tan fieles.

Si seguimos hablando del aura satánica que ha tenido siempre el grupo, probablemente no sea precisamente una casualidad la fecha de lanzamiento de su nuevo trabajo. Salió el 30 de abril, el mismo día en que se celebra la Walpurgisnacht, una tradición de origen vikinga y difundida por celtas que en algunos lugares se adoptó para usos de brujería y a la cual se le asocian orígenes relacionados con un supuesto cumpleaños de Satanás. Y el 30 de abril también fue el día en que Anton Szandor Lavey fundó, en 1966, la ya mencionada Iglesia de Satán.

Pero vayamos a lo que en realidad importa; su música. El redondo abre con una intro realmente extraña para más tarde dar paso a lo de siempre (su música no ha cambiado prácticamente en nada): Death Metal con toques de Black, brutalidad mezclada con unas refinadas y fantásticas melodías y su habitual halo de oscuridad y «maldad». La voz también continúa como todo este tiempo; sin cambiar el tono en ningún corte, y las letras tan básicas como siempre y lo cierto es que espero que continúe así, ya que ambos elementos son la mayor parte de la distinción de Acheron.

Unos blasts furiosos, unas guitarras destructoras e increíbles solos y un Vincent muy potente con una producción muy buena (el disco fue grabado en Mars Recording Compund con Bill Korecky y fue remasterizado por West West Side Music en New Windsor, Nueva York), todo el conjunto suena como una auténtica apisonadora, en especial en algunos temas que sorprenden por su brutalidad y rapidez, no demasiado habitual en los americanos. Sus ritmos varían de los más rápidos a medios tiempos en cuestión de segundos sin hacer para nada que suene extraño. Su «blackened» Death Metal similar al sonido de grupos como Incantation (cómo no) brilla con luz propia en este álbum, con unas estructuras sólidas en todos los temas, todos ellos y cada nota envueltos por su habitual atmósfera satánica (tan sólo hay que escuchar sus letras o ver su artwork para percatarse de ello).

Y no olvidar los invitados y colaboraciones especiales de este CD: Wayne Richards (Nunslaughter, Soulless…) presta colaboración con su guitarra y tanto Aaron Werner (Further Lo, Soul Destruction) como Bill Korecky hacen lo propio con el teclado. También el guitarrista de sesión Ash Thomas (Estuary) pone voz al tema «A New Age».

Sin duda, uno de los mejores discos del grupo y de más fácil escucha, imposible de defraudar. Una buena pieza de brutalidad para cualquier colección.

 

Displeased Records (2009)

Puntuación: 8,5/10

 

Tania Giménez

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