CRÍTICA: PALANTYR – The Ascent & The Hunger

Palantyr está de vuelta con un disco que no solo resucita la esencia del metal de velocidad clásico, sino que también infunde vida a su propio espíritu de venganza y ambición. The Ascent & The Hunger no es solo un mini-álbum, es una declaración de intenciones, un retrato de la lucha interna entre el deseo insaciable y el implacable ascenso hacia el vacío. Después de renacer de las cenizas de DESTRUKT, la banda francesa ha dado un giro hacia una forma de metal aún más feroz y épica. Este trabajo es un cóctel de furia y melodía que te deja sin aliento, y su carácter desbordante se siente en cada acorde, en cada grito.
Con un total de seis canciones, The Ascent & The Hunger es una obra compacta que destila energía, coraje y una fuerza titánica. La mezcla de speed metal con un toque de épica y un vigor casi punk en su forma de ejecutar cada tema nos transporta directamente a una dimensión paralela donde la velocidad y la fuerza son las únicas reglas. En este álbum, Palantyr no tiene miedo de mirar al pasado, pero también se atreve a ir mucho más allá.
El disco arranca con Shan E Sorkh, un tema que establece el tono con una potencia avasalladora, donde la voz de Athena corta el aire como un rayo. Su registro, enérgico y agresivo, parece desafiar las mismas leyes de la física mientras la guitarra de Atlantès no deja de correr como un torrente imparable. La combinación de su voz y los riffs afilados deja claro que este no es un álbum para oídos flojos.
Broken Mirror sigue con una atmósfera más melancólica al principio, solo para explotar en un riff veloz y desgarrador que te atrapa y no te suelta. Hay algo de lucha interna en esta canción, como si la banda se enfrentara a sus propios reflejos rotos, buscando su verdadera esencia mientras mantiene su velocidad y agresión como una bandera de guerra.
Con Son of the White Mare llega una de las canciones más épicas del disco. Aquí, Palantyr deja fluir todo su talento para crear un himno de metal en el que la combinación de la velocidad vertiginosa con estribillos melódicos casi majestuosos es pura magia. El tema refleja una dualidad constante: la sensación de estar atrapadx en la lucha, pero al mismo tiempo avanzar hacia algo superior, casi divino.
Uno de los momentos más sorprendentes del álbum es la versión de Nosferatu de Paul Roland. Palantyr toma esta canción, que originalmente jugaba en un terreno más gótico, y la convierte en una bestia de velocidad, con una reinterpretación que parece arrancarle los dientes al original y reemplazarlos con colmillos de acero afilado. El resultado es una pieza fresca, vibrante y llena de energía, pero que aún conserva la esencia oscura de la original.
A medida que avanzamos hacia los últimos temas, Ravenous y Graveyard, el disco se despliega en una intensidad brutal. Ravenous es pura adrenalina, una pieza donde la banda da rienda suelta a su agresividad sin perder la esencia melódica que caracteriza su sonido. Y Graveyard es una especie de cierre simbólico, oscuro y evocador, que no solo es un tema, sino una declaración de lo que el disco representa: la eterna lucha, la insaciable hambre por algo más grande y el ascenso hacia la oscuridad.
Palantyr, con The Ascent & The Hunger, ha conseguido un equilibrio perfecto entre velocidad, agresividad y emoción. Este mini-álbum no es solo para lxs amantes del speed metal, sino para todxs aquellxs que buscan algo con una energía casi primordial, algo que sea capaz de llevarte a un trance y dejarte marcadx. La capacidad de la banda para fusionar el vigor de Mystik, la épica de Smoulder, y la crudeza de Blood Star es algo que realmente se siente en cada canción.
La portada del disco, con sus tonos oscuros y su estética casi mitológica, refleja perfectamente lo que el álbum busca transmitir: un viaje hacia el abismo, una ascensión que, aunque aterradora, resulta ineludible. Las letras, llenas de simbolismo, nos hablan de la lucha interna y de una hambre insaciable que, por mucho que busque saciarse, nunca lo logra.
En resumen, The Ascent & The Hunger no solo muestra a Palantyr en su mejor forma, sino que también redefine el metal de velocidad moderno, combinando brutalidad, melodía y una energía desbordante que no te deja indiferente. Este es un disco que se hace escuchar en todo su esplendor, desde su primer acorde hasta su último suspiro. Si te gustan las bandas como Iron Griffin, Tower, y Blood Star, este mini-álbum definitivamente es para ti.
Jawbraker Records (2025)
Puntuación: 7,5/10