CRÍTICA: WARLORD – Free Spirit Soar
Nos encontramos ante el nuevo trabajo de los épicos legendarios de culto Warlord. Un disco homenaje a William J. Tsamis, miembro fallecido en 2021, del cual se rescatan muchas partes ya grabadas con el que toman forma los temas de este álbum.
Y bueno, estos Warlord con Giles Lavery a la voz no tiene el mismo sentimiento y nostalgia vocal que tenia Jack Rucker, alias Damien King, pero logra adaptarse a la cultura épica de Warlord haciendo un recorrido por todos los sonidos épicos del redondo notablemente.
Los demás componentes son Pihilip Bynoe al bajo, Eric Juris guitarra, Jimmy Waldo teclas y el legendario Mark Zonder a la batería.
Y así, con esto nos metemos de lleno en el plástico, que abre con ‘Behold a Pale Horse’, el cual dura casi ocho minutos, con un inicio pomposo, marcial, donde la épica coge forma de medio tiempo. Con una voz narrativa desembocando en unos riffs más duros, pero sin dejar el tempo épico de la canción, con unos cambios vocales de lamento a lírica, creando esa emotividad y ambientación guerrera. Le sigue ‘The Riders’ con un sonido más lírico/Power. Esta vez con un juego de teclas que le da ese sinfonismo épico. Una pista más dura y metalizada, con unos cambios de ritmo limpios, cristalinos, y unos solos muy clásicos. Mientras que en ‘Conquerors’ la historia coge velocidad con unos riffs muy NWOBHM pero del lado épico. Aunque vocalmente está más cerca de unos Stormwitch. Y no faltan esos pasajes clásicos de los Warlord de los 80. Un corte de esos que gustan y enganchan a la primera, con buenos estribillos coreables y felices.
También hay clasicismo en ‘Worms of the Earth’. Un título a la Antigua US Epic Metal, con ese tono y sonido entre medieval y épico, con cambios vocales siempre con esa expresividad hímnica adornada por pasajes y punteos ambientales, donde la épica transcurre con belleza y sonoridad.
De igual manera es ‘Free Spirit Soar’. El mismo estilo antaño US Epic pero con más pomposidad y lírica, donde la instrumentación va sonando limpia, adornada con coros suaves que le dan ese efecto misterioso y atmosférico. Además de unos solos muy profundos y nítidos.
En cambio, ‘The Bell Tolls’ adquiere un sonido más metálico. También con sus puntos épicos y coros, pero con más clasicismo ochentero, donde la voz es más metalizada, llegando a la agudeza en momentos. Y donde también los riffs adquieren secuencias más duras y potentes.
Lo mismo que en ‘Alarm, aunque aquí tienen puntos más potentes. Un estilo Manowar a la Power Metal, con algún efecto en las voces que le da un ambiente épico/futurista. Al igual que los riffs, que tienen un componente espacial. Aunque los estribillos son hímnicos y victoriosos.
Y acabamos con ‘Revelation XIX’. Otros ocho minutos donde se explayan con toda su esencia, descargando momentos épicos, medievales de gran gusto. De hecho, suena como estos temas actuales largos de Iron Miaden, con sentimiento y fuerza, donde se encuentran a gusto. Muchos más cambios de ritmo, rozando el Prog en ocasiones, con sus pausas y pasajes hipnóticos, narraciones y final guerrero.
En definitiva, no es un mal disco. De hecho, como comentamos al principio, muchas de las bases estaban escritas, y se aprecia el estilo de antaño con la épica más actual.
High Roller Records (2024)
Puntuación: 8/10