CRÍTICA: MORGUL BLADE – Heavy Metal Wraiths
Sin olvidarnos de la maravillosa nueva ola de black mezclado con thrash o speed (Midnight, Bütcher, Diabolic Night o Bewitcher entre muchas otras bandas), el blackened heavy suele preferir el heavy metal como base para influencias extremas. Podemos hablar de un claro pionero en Satan’s Host (banda donde recientemente ha vuelto el crack de Harry «Tyrant» Conklin de Jag Panzer, Titan Force y Cloven Hoof), ya que siempre he visto a Venom como más heavy/speed.
Recientemente dos grupazos destacan por encima del resto en esta combinación: los eslovacos Malokarpatan, que el año pasado publicaron el totémico Vertumnus Caesar, que tanto nos ha gustado en esta redacción, así como nuestros protagonistas de hoy. Naturales de Philadelphia, Morgul Blade fueron fundados en 2018 por el vocalista, guitarrista y teclista Rich Klaus “Klauf”, el baterista Rob Everett (quien poco más tarde fue sustituido por Will Mellor “Spectre”) y el guitarrista y teclista Jason Hiller. Junta al bajista Dan JD esa formación grabaría al año siguiente el EP Harbingers of Power and the World’s End y, ya en 2021, el enorme elepé debut Fell Sorcery Abounds. Ya en ese disco dejaban claras sus influencias líricas, donde homenajeaban el extenso universo de Lord of the Rings, creado por el polémico J.R.R. Tolkien y adaptado cinematográficamente por Peter Jackson, de manera magistral.
Tras varios cambios entre sus miembros, tan solo se mantiene Klauf como principal motor del grupo: Jim Viola sustituyó a Dan en las cuatro cuerdas y, con el objetivo de añadir mayor variedad en las líneas de guitarra, entró como solista Elyse NightHawk, quien también comparte banda con Spectre en Heavy Temple. Antes ya los había acompañado en varios de sus directos. Es en este contexto que verá la luz, el próximo 26 de abril, este esperadísimo Heavy Metal Wraiths, con motivo de su actuación en el festival alemán Keep It True. ¡Os contaremos a continuación qué nos ha parecido esta joyita del underground!
Con un atronador riff guitarrero inicia Eagle Strike. No tarda en sacudirnos la amenazadora voz de Rich, en una canción breve pero frenética. En clara contraposición, Beneath the Black Sails es un medio tiempo que se extiende hasta los seis minutos. Aquí la voz raspada es mezclada en ocasiones con una natural. La épica atmósfera se ve reforzada hacia su ecuador, cuando se desata un glorioso solo de guitarra obra de Elyse, acompañado en la percusión de Spectre con unos blast beats de pura oscuridad blacker. Termina con un ominoso sintetizador de Viola, como si la fantasmagórica embarcación del Holandés Errante estuviera condenada a navegar sin rumbo, por toda la eternidad.
Prosiguen con el pegadizo sencillo homónimo: los fantasmas del heavy metal dispuestos a arrebatarnos nuestras almas. Nuevamente un tema contundente y veloz, con un interesante cambio de ritmo hacia su final, donde parece como si un herrero se encontrara forjando metal incandescente. Frostwyrm Cavalry vuelve a dejar patente esa vertiente blacker de la formación, con su atronadora puesta en escena, si bien más adelante baja ligeramente revoluciones. Termina de manera melancólica, como la helada escarcha invernal.
Widow’s Lament es una breve instrumental, donde la preciosa voz de la viuda parece sumergirnos en un ritual pagano. Sirve como antesala para Spider God, que seguramente nos habla de Shelob: la peligrosa araña con la que se encontraron Frodo y Sam en LOTR, cuando estaban cruzando el montañoso paso de Cirith Ungol. O quizás de Ungoliant, su antecesora. Podemos observar un claro coqueteo con el speed/thrash, donde la voz de Klauf nos invita a entregarnos a sus malvados hechizos… momentos antes de un cambio de cadencia evidente, que nos indica que la voz del hombre ha fallado.
Afilada como una cuchilla se presenta Razor Sharp, si bien tiene momentos de ciertos matices doom, a los que contribuye la poderosa batería. Antes del cuarto minuto nos sorprenden con una faceta más onírica, como si terminara temporalmente la escabechina. Mención especial a las líneas de bajo de Jim. Prosiguen con un nuevo interludio musical en A Welcoming Heart, con claro protagonismo de un psicodélico sintetizador.
Neither Cross Not Crown inicia de manera perniciosa, como si nos acabáramos de adentrar en el inframundo. Sin lugar a duda de mis favoritas del elepé, por la épica poderosa que transmite, de nuevo con toques doom. Resulta evidente el impacto de Elyse “Sister Midnight” en las guitarras de este disco. Llegamos al final de esta oscura epopeya con The Last in a Line of Kings: la tercera de las composiciones instrumentales. Un teclado para terminar de manera enigmática el elepé.
Aunque ligeramente más escueto que su anterior lanzamiento, este Heavy Metal Wraiths suena más cohesionado y variado. Morgul Blade de nuevo entregan una grabación de alto calibre, que seguramente disfrutaremos en su directo por tierras alemanas. ¡Todavía es pronto, pero no descartaría que entrara dentro de mi top anual de producciones!
No Remorse Records (2024)
Puntuación: 8,5/10