CRÓNICA: Ripollet Rock celebra su 30º Aniversario con la asistencia más multitudinaria de la historia del Festival

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Un año más nos damos lugar en el festival veraniego gratuito Ripollet Rock, emplazado dentro de las fiestas mayores del pueblo pero donde ellos mismos se autogestionan gracias a las ganancias de los asistentes que consumen en sus barras y compran su merchandising. Este año cumplen 30 años y lo hacen por todo lo alto.

Una gran cantidad de gente ocupaba ya un gran tramo de las calles cortadas adyacentes al recinto alrededor de la hora fijada para la apertura de puertas y puntuales las abrían. Poco a poco todo el parque se iba inundando de camisetas negras y un ambiente festivo, y no es para menos; una vez más la organización del Ripollet Rock nos traen un cartelazo de infarto lleno de rock.

Largas colas en las casetas de tickets y los primeros ansiosos que ya se iban arremolinando en las primeras filas del escenario. Un escenario que este año a más de uno nos pareció exageradamente exageradamente alto, aunque quizás ya era así el año pasado.


A las nueve se baja la música de fondo y sobre el escenario salen los culpables de que este festival esté cumpliendo en esta edición 30 años, junto con el alcalde que otorgan una pequeña guitarra electrica como placa conmemorativa por su labor y aprovechan para explicarnos todas las mejoras que intentan hacer año a año, como en este caso el uso de la App para poder comprar ya las bebidas online sin tener que ir a sacar los tickets en las casetas y otro que os contaremos más adelante, así que te toca seguir leyendo esta crónica hasta el final.

Enseguida salen al escenario Dry River, la banda de Castellón de la Plana con su rock ecléctico. Ellos son dos guitarras, bajo, teclado, batería y voz, muy bien distribuidos por el escenario que hacen ver el escenario completamente ocupado sin necesidad de ningún tipo de escenografía más que el telón de fondo, con el cual Angel hace la gracia de decir que ellos son «DRY-ER» pues es lo único que se alcanza a ver por culpa de la batería.

Aún no suena ni una sola nota cuando haciendo su papel de frontman, Ángel ya está pidiendo a todo el público asistente que ruja a lo heavy metal, no una, ni dos, sino hasta tres veces bien fuerte con lo que al acabar entra la música directa.

Sigue disfrutando de su posición y se pasa parte de las dos primeras canciones dirigiendo una clase magistral de cardio ya que no para de saltar en ningún momento.
El sonido y las luces son extremadamente buenas y aunque cada uno de los miembros no se mueve de su lugar, a excepción de su guitarra que toma posesión de vez en cuando de la parte delantera de su micro para acercarse más al borde del escenario.

Culpable, de su último disco que aprovechan para promocionar su venta en los stands de merchan, el tema más progresivo e instrumental de la banda entraba en tercera posición y para dar fin a sus cincuenta minutos de concierto nos brindan la canción de Camino y Me va a faltar el aire, y que maravilla cuando la gran mayoría del público corea el estribillo de la canción.

Dry River se ve obligado a recortar su actuación y quitar la última canción de su setlist para evitar que Persefone se retrase.
Tras el cambio de instrumentación y últimas pruebas de sonido, a las 22.17h empieza a sonar la intro que da inicio a su concierto.

Los andorranos Persefone hacen death metal progresivo desde 2001, cuentan con unos cuantos discos y una formación ya bien consolidada aunque quizás el público del Ripollet no estaba preparado para el contraste de death metal en la noche, aunque el festival siempre junta varios estilos, ya sea trash o black metal en el cartel, quizás a mi parecer en esta noche, Persefone los hubiera disfrutado más en otro tipo de ambiente, en una sala con el público que sea más exclusivo en el género del death metal o un festival que pueda contener más bandas de este género, ya que pasados los primeros temas de la banda la asistencia disminuyó un poquito y además el público parecía algo frío, y parecía que aprovechaban la ocasión para ir a las barras o a buscar la cena que los foodtrucks ya contaban con una larga cola.

Así que aunque ellos lo dieron todo sobre el escenario, y se estiraron otros cinco minutillos más en su actuación podría decir, que fue el concierto que pasó más desapercibido en la noche aunque por las camisetas, había mucha gente que había asistido para apoyar a su banda favorita.

Ya llevamos acumulado algo de retraso de cada actuación, pero son apenas unos minutos que se aprovechan para ir a dar una vuelta por el recinto, a pedir algo de consumición, que pese a agilizar el pago con una app, sigues tardando horas en que te lleguen a servir en las barras. Puedo entender que todos los que están son voluntarios y no se les puede exigir nada, pero muchos se pasean por las barras y solo ves a un par de héroes de un lado a otro corriendo para servir al máximo posible de gente y evitar las acumulaciones en la zona.
Otro punto negativo es que después de tardar más de 3 canciones de la banda que estaba actuando en ese momento en conseguir una consumición, en acabarla encontré escaso en servicio de papeleras, o más bien nulo, teniendo que acabar haciendo una pelota con el vaso y guardándolo en la mochila.

Poco más de las 23.30h llega el turno de las neerlandesas Cobra Spell. Hale sale a escenario y se coloca de pie en su batería, mientras suena la intro y va señalando a cada lado del escenario donde aparecen Sonia Anubis a la guitarra, Roxana Herrera al Bajo y Noelle dos Anjos a la guitarra a la derecha del escenario.
Por último, y la más aclamada sin duda Kris Vega, nuestra voz catalana favorita.

Se nota que el público quiere heavy-rock por que ahora si que cantan, gritan y disfrutan como locos.

Estas chicas son pura energía, no paran de moverse por el escenario, Kris no para quieta de ir de un lado a otro, y de gritar y animar al público, cosa que hace que si la noche ya era calurosa, ayudase a subir aún más la temperatura. Todas se divertían sobre las tablas y daba gusto verlas.


Ellas vienen de hacer gira por europa en furgoneta, como nos cuenta Kris, se han pasado más de 20h para llegar hasta Ripollet, pero eso no hace que se mermen, todo lo contrario, contagian su energía al público y el del público se les contagia a ellas.

Entre su repertorio podemos escuchar Addicted to the Night, The Midgnight Hour y Accelerate para acabar sus cincuenta minutos de pura adrenalina.

Son una banda muy joven pero juntas son una apuesta segura, y esperamos que tengan muchísimo éxito y puedan gozar de una larga carrera musical.


Cada vez cuesta más moverse por el recinto, no se si por el poder femenino o el público está cogiendo posiciones para el plato fuerte de la noche.

Todo se va retrasando cada vez más. Mientras montan el escenario para Stratovarius la gente está tranquila, pero una vez parece que deja de haber movimiento, los fans se empiezan a impacientar y empiezan a escucharse los primeros silbidos.

Son más de la una y aunque estamos ansiosos, también el cansancio empieza a aflorar, ya que el parque apenas cuenta con una decena de bancos en los que sentarse y están más que ocupados.

Una vez sale la banda al escenario suenan las primeras notas de Survive. Más de siete mil personas enloquecen al tener a la banda de la noche ante sus ojos.

Stratovarius sacaron disco en 2022, y lo defendieron a capa y espada mezclando sus temas nuevos con los clásicos que no pueden faltar para una cita de diez, así que no faltaron temas como Holy Light, Paradise o Black Diamond donde el público enloqueció totalmente y dio el punto final a la primera parte del concierto, cuándo retirándose apenas un minuto entre aplausos y vítores para que la banda vuelva a salir, lo hace por todo lo alto, con sus tres últimas canciones de la noche.

Con Delalma el tiempo de espera ya se fue de las manos, haciendo que el recinto se quedara a medio gas y empezara su actuación casi una hora mas tarde de lo que marcaban en el programa.

A diferencia de hace quince días, que pudimos verlos en el Leyendas, esta vez no tenían escenografía, solo un telón con su nombre al fondo tras la batería, pero esta vez la iluminación del escenario era perfecta.

Como ya explicamos, DELALMA es una banda jovencísima en formación, formada en 2022, que cuenta con un solo disco, pero eso no quita que puedan ofrecernos conciertos de calidad y una mediana larga duración como es el caso de tocar alrededor de una hora, y que mejor oportunidad que la de presentarnos al completo su disco y también algún que otro cover.

Suena por los altavoces la intro que utiliza la banda para abrir sus actuaciones, mientras que una interprete de signos hace el trabajo de compartir lo que se dice para los discapacitados auditivos. Esta es otra de las innovaciones de este año, y es que DELALMA fue la única banda que durante toda su actuación tuvo esta intérprete representando cada uno de los temas. Gran labor la de estas personas que quieren acercar la música a realmente, todos los públicos.

Acto de fe con un Manuel a los teclados da inicio al concierto, también disfrutamos de temas como Mañana vuelve a oscurecer, Ritual, El Mirlo, o la que se está volviendo más conocida y una de las más escuchadas en plataformas también por ser de las primeras que vieron la luz, Cárcel de Cristal.

La energía y el buen rollismo de esta banda sobre el escenario, las melodías pegadizas y la bonita voz de Ramón Lage hace de esta banda la que quieres que sea tu banda sonora del día a día.

Un año más dejamos atrás el Parc dels Pinetons, agradecemos encarecidamente a la organización y a la asociación su labor con este festival y nos vamos con una sonrisa en los labios y muy buen sabor de boca.

Ahora nos toca esperar otros 365 días y aguardar ansiosos para ver cuáles serán las bandas que formarán el cartel de la 31ª edición de Ripollet Rock.

2 pensamientos sobre “CRÓNICA: Ripollet Rock celebra su 30º Aniversario con la asistencia más multitudinaria de la historia del Festival

  1. La actuación de Dry River fue de 46 minutos en lugar de los 50 que había previstos precisamente para no perjudicar a los demás grupos del festival ya que el speech de la organización al inicio del festival retrasó unos 10 minutos el inicio de las actuaciones como es lógico. Incluso se dejaron una canción sin tocar, así que no me parece bien que en la crónica se diga que se pasaron de tiempo provocando el retraso de la actuación de Persefone porque fue justo todo lo contrario.

    1. Vaya, pues fui mirando todo el rato el reloj, quizás no conté con los 4 minutos que estuvieron sobre el escenario los organizadores del evento y fue que se fuera retrasando todo durante toda la noche.
      Como no se que setlist tenía la banda programado no puedo saber si se dejaron un tema por tocar, pero agradecemos muchisimo tu comentario y cambiaré esa parte de la crónica.
      gracias por leernos!

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