CRÍTICA: KATAKLYSM – Goliath
En su decimoquinto álbum, los canadienses Kataklysm alistan sus mejores armas para librar una nueva batalla. Los cañones apuntan contra el poder y la opresión. Pero mejor dejemos que su frontman, Maurizio Iacono, nos lo explique: “nuestro nuevo álbum ‘Goliath’ llega en un momento de nuestra sociedad donde la división y el odio están creciendo y esparciéndose a nivel mundial, donde las ideologías sobre cómo debería ser el futuro de la humanidad están chocando. Este es también un momento de estructuras de poder sin precedentes que luchan por el control de nuestras vidas. La historia de David contra Goliat nunca ha sido más importante que en estos tiempos modernos. El Metal siempre ha sido una voz de rebelión contra la opresión y a favor de la protección de nuestras libertades. El álbum también hace referencia al conflicto interno y a hacer lo que se debe hacer para confrontar a tus demonios íntimos”.
Ahora sí, clarificadas las motivaciones y concepto detrás de “Goliath”, demos un repaso a las canciones que integran la placa.
El disco abre con Dark Wings of Deception; tras una intro narrada, se despliega un escuadrón de riffs, machaques y una batería que suena como ametralladora. La voz de Mauricio Iacono se aprecia en muy buena forma, aplomada y filosa. Mientras que algunos arreglos le dan un tono épico a la canción, es muy interesante el pasaje al final de la misma, donde arremeten a toda velocidad.
Goliath es el tema que da título al álbum. Se trata de una dinámica y directa composición de casi 3 minutos de duración, en la cual se destacan algunos riffs intrincados.
Die As a King transcurre entre el potente machaque y la arrolladora batería. Aquí se permiten desplegar melodías y un estribillo con gancho y carga dramática. Tanto la letra de este tema como la del siguiente, Bringer of Vengeance, están basadas en la caída del rey inglés “Ricardo Corazón de León”; esta última canción combina un enfoque moderno con el sonido clásico del death metal, sumando algún machaque thrash incluso.
Combustion finaliza el lado A del disco. Entusiasma con su energía y es de suponer que es un tema de esos que puede funcionar muy bien en vivo. Posee un estribillo desquiciante donde Iacono demuestra maestría en el manejo de matices vocales extremos.
From the Land of the Living to the Land of the Dead da inicio al lado B. Es otro tema que no da respiro, con elementos de death metal melódico. Finaliza abruptamente.
The Redeemer posee una introducción melódica, la cual da paso a un caudaloso death metal, opresivo, con pasajes doom/thrash.
Por su parte, Heroes to Villains posee intensidad y guitarras melódicas, más el despiadado y ajustadísimo despliegue de James Payne en la batería, la nueva incorporación de Kataklysm en este álbum, reemplazante de Olivier Beaudoin.
En Gravestones & Coffins percibimos un aura de soundtrack de filme de terror; es un entretenido muestreo de virulento death metal con matices rockeros y cierto approach punk, donde además destacan los pasajes de bajo de Stéphane Barbe y los riffs de corte doom ejecutados por Jean-François Dagenais. Aquí Kataklysm resulta triunfante sin necesidad de recurrir a la velocidad y logra de esta manera uno de los mejores temas del disco.
The Sacrifice for Truth pone punto final al álbum. Marchoso y a medio tiempo, se erige como el cierre adecuado, con matices épicos, alternancia de pasajes veloces y partes donde la banda canadiense despliega el groove que la caracteriza. Otra pieza que es fácil de imaginarse en vivo, con los fans levantando sus puños en plena euforia.
De la mano de “Goliath”, Kataklysm ha comenzado a transitar con pie firme su tercera década de existencia. Más involucrados en un death metal melódico en la línea de Amon Amarth, ellos no bajan sus banderas. Saben que son una institución y un referente en su estilo. Y buscan sostenerlo.
Nuclear Blast Records (2023)
Puntuación: 7,5/10
