CRÍTICA: CAVALERA – Bestial Devastation (EP)

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Los hermanos Max e Iggor Cavalera, hace años al frente de su proyecto Cavalera Conspiracy –hoy acortado simplemente a Cavalera-, sorprendieron hace unas pocas semanas cuando anunciaron el fichaje con el sello Nuclear Blast y la regrabación de los primeros trabajos que realizaron junto a su antigua banda Sepultura: “Bestial Devastation” y “Morbid Visions”. Ambos títulos serán editados en simultáneo el próximo 14 de julio.

Me referiré en esta reseña al EP “Bestial Devastation”, cuya versión original data de 1985. Es el origen de todo el “Universo Sepultura”.

La versión 2023 de “Bestial Devastation” fue grabada en los estudios The Platinum Underground, localizados en Phoenix, Arizona (ciudad en la cual reside Max con su familia). En los créditos publicados hasta el momento, solamente figuran los dos principales protagonistas: Iggor Cavalera, en batería y percusión, y Max Cavalera, en guitarra rítmica y voz. No obstante, Gloria Cavalera (esposa de Max y manager) confirmó que Daniel González (Gruesome, Possessed, ex músico en vivo de Exhumed, Master y los propios Cavalera Conspiracy) se encargó de la guitarra líder; mientras, Igor Cavalera Jr. (hijo de Max y Gloria) ha posteado recientemente en redes sociales algunas fotos tocando el bajo en el estudio, en las cuales aparece junto a su padre y su tío, lo cual hace suponer que ha formado parte de este proceso de grabación.

Según han expresado Max e Iggor, la idea de regrabar este material primigenio fue de ellos. El motivo principal fue que no se encontraban satisfechos con el sonido de estos álbumes, ya que creían que el mismo no representaba lo que ellos eran capaces de tocar por aquellos años. Es por eso que decidieron recrear el material de la mejor manera posible y con el mejor sonido posible, aun así, tratando de mantener el espíritu crudo y agresivo original.

Tiene sentido que se trate de estos discos y no algún otro material de Sepultura. En “Bestial Devastation” y “Morbid Visions” aún no había ingresado a la banda Andreas Kisser –lo haría en el siguiente álbum “Schizophrenia” (1987)-. Por su parte, Paulo Jr., si bien estaba en Sepultura desde 1984, recién grabó el bajo en estudio por primera vez en “Chaos A.D.” (1993). Lo cual significa que en estos dos álbumes en cuestión no participó de la grabación ningún músico que actualmente se encuentre en Sepultura.

Con estos datos en mente, el concepto de recrear estas dos placas icónicas cierra por todos lados.

Nuevamente, la apertura del disco llega con The Curse, una intro con voz distorsionada y maligna, tal como se estilaba en los ‘80s.

Ahora sí, suena Bestial Devastation y es momento de juzgar la verdad. El filo está, la agresividad está, la locura está. Max Cavalera logra transmitir la esencia. Instrumentalmente está todo donde tiene que estar, aunque es imposible disimular la experiencia de los músicos. Incluso, Max e Iggor reconocen en las entrevistas promocionales la sabiduría adquirida tras décadas de grabaciones, conociendo diversos estudios y observando la labor de distintos productores, aprendiendo de ellos, de las giras, de los viajes, etc. Sabiduría que han volcado aquí y se nota. Lo que otrora era fruto de la creatividad y efervescencia juvenil, hoy es un material pensado para que sea de determinada manera y produzca determinado efecto. Lo cual tiene sentido, ya que se trata de una recreación de material muy añejo, compuesto hace casi 40 años. De hecho, “Bestial Devastation” fue la primera canción que Sepultura grabó en un estudio.

En tercer lugar, Antichrist explota en nuestros oídos. Una vez más, sobresale la voz furiosa, maldita, que escupe cada estrofa con hartazgo y odio. Max Cavalera suena creíble volviéndolo a intentar. Instrumentalmente, el tema no presenta fisuras.

La devastación sigue su curso y Necromancer lo confirma. riffs y batería enloquecidos caracterizan a este tema. Si bien la ejecución es perfecta, por momentos se nota la falta del furor del material original. Recordemos que los Sepultura no eran más que un puñado de adolescentes cuando grabaron “Bestial Devastation”, allá por agosto de 1985.

Warriors of Death es el tema que cerraba el EP original. Que en realidad no era un EP en sí, sino la mitad de un álbum split con la banda Overdose. Tenemos aquí una digna reinterpretación por parte de Max e Iggor, que jugaron a volver a ser por un rato aquellos chiquillos fanáticos del thrash metal más extremo y del incipiente death metal, que recorrían las calles de Belo Horizonte con cinturones de balas hechos por ellos mismos con pilas AAA. Han cumplido su propósito. Por un rato volvimos a escuchar a Igor Skullcrusher aporrear la batería y a Max Possessed vociferar desde las profundidades de su alma.

El EP finaliza con Sexta Feira 13. Es un tema nuevo, cantado en portugués, bastante en sintonía con el resto del material; y por ser una novedad es lo que encuentro más interesante. Quizá pueda ser una pista de la futura dirección que tome Cavalera como banda luego de esta profunda vuelta a sus raíces por parte de los hermanos. Todo es posible en este punto.

La experiencia de escucha de esta actualización de un material clásico superó mis expectativas, afortunadamente. Más por necesidad que por curiosidad, ya quiero ponerme a escuchar el nuevo “Morbid Visions” y comenzar a escribir la siguiente reseña.

Nuclear Blasst Records (2023)

Puntuación: 8/10

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