CRÓNICA: Lèpoka, el último baile en salas de esta gira

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El último sábado del mes de mayo hacía su despedida en la última sala de su gira la banda alicantina Lèpoka. A las 19.30 un puñado de gente hacía ya cola en la puerta de la sala barcelonesa, Wolf, que abrían sus puertas más o menos a tiempo.

Una vez dentro, la gente ya estaba tomando algo y haciendo sus compras en el merchan. Acercándome a la zona del escenario, los dos grandes monjes hinchables te recibían a uno y otro lado del espacio. Mientras parece que la espera se está haciendo larga en su primera parte de la tarde, que consistía en una actuación acústica, me doy cuenta que entre el público están algunos miembros de la banda, entre ellos, ambos Danis, voz y violín, andan tomándose fotografías con el público.

A las 20:05 suben la pantalla que cubre el escenario y un espacio totalmente vacío se abre entre banda y público.

Dani nos explica que el tema acústico vino a raíz se pandemia, pero no tardan en sacar el «Yo controlo» en la segunda canción y poner al público a cantar y saltar. «Pandemonium», elegida para arreglarla en versión acústica aprovechando que hace ahora un año que grabaron su videoclip es la siguiente en sonar, y para acabar esta previa de la fiesta Folkohólica lo hacen tocando «Contra Viento y Marea»

Media horita que ya deja al público contento y con el hielo roto para lo que vendrá en adelante, y cambio de guitarras acústicas por eléctricas.

Tocando las 21h la sala ya tenía un lleno considerable para casi lo que estamos acostumbradxs a ver últimamente en este espacio, y en seguida suena una intro atronadora que en nada se asemeja al volumen anterior. ¡Ahora s llega lo bueno!

Una a una vamos a ir escuchando gran parte ´de las canciones de su disco «El Baile de los Caídos», que sacaron hace ya para tres años y del cual es difícil dejar alguna canción fuera de un repertorio festivo, pues cada canción es mejor que la anterior. Así que, ni cortos ni perezosos, dieron inicio al concierto con la que le da nombre al disco.

Volamos a Nunca Jamás de nuevo con «Heavyátrico», esta vez a toda velocidad y electricidad. Difícil decidir si me gustó más esta o la versión acústica. Y sonó de nuevo «Pandemonium», pero esta vez una sala llenísima se puso a cantar y nos hicieron saltar a todxs con sus flautas y violines y sus cambios de ritmo más Ska.

La banda estaba que se salía y la energía de los chicos corriendo de un lado a otro del pequeño escenario se nos contagiaba a todxs, que ya no podíamos quedarnos paradxs en nuestros sitios.

No podía faltar que todxs con las cervezas en la mano cantáramos y bridáramos al son de «Skal». ¿Y qué pasa cuando te pasas de la raya de tanto brindar? Ellos lo saben y revolvieron dentro de la caja de recuerdos de su álbum del 2014 para recordarnos eso que te da al día siguiente, «Resakoff».

Homenaje a Saurom y agradeciendo a Migue que canta junto a Dani «Sombra de Libertad» y esta otra con la que colaboraron y con la que hicieron enloquecer al público solo con oír las primeras notas, «La batalla con los cueros de vino». Y es que bandas que van unidas de la mano solo pueden dar resultados exitosos. Esperamos poder verlos en algún momento juntos sobre el escenario interpretando estos temas.

Durante todo el concierto, las luces coloridas y con toda gama de colores invitaba a la fiesta y la diversión, y la única escenografía eran los cañones de humo de CO2 que dieron un toque más que mágico junto con una iluminación verdosa en La Huella del Dragon.

Llegando a las 22h aproximadamente, hicieron una pequeña pausa que no les dio para mucho más que cambiarse Dani de camisa y recogerse su melena empapada de sudor y como mucho dar algún trago más a su cerveza para volver a la carga con su último bloque de la noche.

Para ganar unos minutos más, Zaph y Zarach nos deleitan con una magistral muestra de Beatbox y gaita al son de un conocidísimo tema medieval (del que no diré el nombre porque creo que cada unx le llama como se lo aprendió jajaj) pero que puso al público ovacionando a este magnifico dúo.

Goliardos recupera la energía de la sala que, de nuevo, nos pone a saltar y a bailar. Incluso se arrancan a darse empujones entre el público y vamos todxs un poco de un lado a otro en el estribillo, y es que no es para menos.

Seguimos en Pie, la favorita del público, vuelve a sonar para lxs que antes no estuvieron en el pequeño concierto acústico, pero esta vez Dani interactúa con el público como a él tanto le gusta y hace poner a todo el público agachado y te das cuenta que llevas ya casi dos horas de concierto y que tus rodillas ya no son las de un chavalillo jaja.

Contra Viento y Marea desata la locura con sus pelotas hinchables, que empiezan a ir de un lado al otro de la sala y ponen en peligro los focos de la sala por sus bajos techos y algunas de las cabezas de los/las asistentes mas altos/as que son blanco fácil. Y con ellas aún dando vueltas y, como dice Dani, con la mentira más grande que todxs contamos, nos dan el gran final que la noche se merece con Yo Controlo.

Ahora empiezan los conciertos en los festivales y a la vuelta esperamos, como ya nos anunciaron, un próximo disco. Ansiosxs y con ganas de que ya llegue el momento, nos despedimos de la banda y ellos se despiden de su cálido público, que recibirían de nuevo gustosamente al reponerse un poco de su actuación en la zona del merchan para tomarse fotos y charlar un poco, en lo que la organización de sala nos hace salir a todos.

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