CRÍTICA: ROTPIT – Let there be Rot
Se llaman ROTPIT, su álbum debut se titula ‘Let there be Rot’ y cinco de estas nueve canciones tienen la palabra «rot» en su título. Nada de esto puede llevar a equívoco (ni el hecho de que la banda esté fundada por el hiperactivo Jonny Pettersson de Wombbath o Massacre entre otros y Ralf Hauber, de Revel In Flesh, etc). Lo que tenemos en este debut es Death Metal. Un Death Metal podido, mugriento, crudo, simple y tremendamente pesado.
Aquí vemos inspiraciones de la antigua escena finlandesa y británica, además de guiños a la americana, con sus toques de Punk, Crust, D-beat y algo de Doom, sobre todo en la velocidad, ya que en líneas generales es un álbum bastante lento, aunque pasan de súper lento a la velocidad de la luz con una facilidad pasmosa (tal y como podemos escuchar en ‘Beastfeaster’, un tema de aroma BENEDICTION). Por otro lado, el tema título, ‘Let there be Rot’ tiene unos riffs que recuerdan a los primeros MORBID ANGEL, mientras que ‘The Serenade of Rot’ de nuevo tiene un sutil toque Doom, con reminiscencias a los PARADISE LOST de las demos. Esta es la línea general de la obra, y aún así consiguen que nada deje de resultar interesante a lo largo de esta media hora. Quizás sea por el sentido de melodía que tienen (las dotes compositivas son obvias).
‘Let there be Rot’ es un disco de Death Metal de la vieja escuela bastante lento pero muy entretenido. Muy sucio y con un groove realmente denso y potente. Una obra de canciones cortas con guitarras muy memorables y, cómo no, con una producción acorde. Una sorpresa positiva, ya que sí que no esperaba nada nuevo, pero en absoluto esta inmediatez y tantos momentos pegadizos.
War Anthem Records (2023)
Puntuación: 7,5/10
