La verdad es que no sabía qué esperarme cuando nos llegó el debut homónimo de MDXX, por lo que ha resultado ser una muy agradable sorpresa. Como el disco cuenta con el apoyo del sello griego No Remorse Records, pensé que tenía que darle una oportunidad. La mente detrás de este proyecto de metal épico, que bebe claramente del sonido que popularizaron en su día los pioneros Candlemass, paisanos suecos, es el enigmático V. Él ha compuesto todas las letras y música, si bien ha contado con la colaboración de T, C y A (no especifican de qué instrumentos se han encargado cada uno de estos misteriosos entes).

Con un fantasmagórico sintetizador inicia Gasbreather. Va ganando dinamismo en cuanto se incorporan la guitarra y la percusión. Como si llegara del más allá, nos sorprende una voz llena de sentimiento. Como si de un satánico credo se tratara, quedan grabadas en el fuego infernal las palabras: “Don’t call the angels, cause they don’t exist”. Nuevamente protagonismo en el teclado para empezar Oblivion, donde el aroma a doom añejo se torna más intenso. Mención especial a esa tralla final en forma de poderoso solo de guitarra.

En una ambientación propia de las primeras demos de los igualmente escandinavos Sorcerer, nos sacude Enforcer como un martillo pilón. Curiosamente, el apartado coral de varias de estas canciones me recuerda a la mejor época de Virgin Steele, con ese toque casi de orquesta. Llega el turno del sencillo promocional, así como la primera canción que escuché de ellos: la mágica Decimation. Os aseguro que cantaréis hechizados su: “There might be something in the air tonight”. Bien avanzada la composición, la batería parece las campanas del juicio final.

Interlude es, como su nombre indica, un precioso interludio a piano. Una tenebrosa voz nos anuncia el nacimiento del Gasbreather de la primera canción: la semilla del mal, que terminará con la humanidad. Sirve como presentación para la aniquiladora Submission. Es innegable la intensidad que nos transmite este doom épico. Nuevamente disfrutamos de una percusión que anuncia la destrucción. Blåkulla es un homenaje al folklore nórdico: nos narra el viaje de las brujas, durante el aquelarre, hacia la isla donde el Diablo albergaba su corte terrenal. Cierra con un sintetizador, como si el vuelo de las escobas hubiera llegado a su apócrifo destino.

Esta misteriosa banda pone el punto final con Sanctum, donde disfrutamos de un psicodélico solo de sintetizador. Adquiere también un cierto protagonismo el bajo, algo ahogado durante el resto del elepé. Realmente lo poco que podría criticar es que se echa de menos algo de variedad, porque estamos, sin lugar a duda, frente a un candidato a mejor disco de metal épico del año.

No Remorse Records (2023)

Puntuación: 8,5/10

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