CRÓNICA: Jared James Nichols con Montana Stomp

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Nos acercamos el pasado miércoles 15 de febrero a la Sala Wolf para ver a uno de los mejores guitarristas de la actualidad: el señor Jared James Nichols. Y es que, a pesar de caer entre semana, la amplia oferta que pueda haber y otros factores que podían jugar a la contra ese día, cabe decir que nos acercamos un centenar de espectadorxs para ver al guitarrista americano.

Lxs primerxs en abrir la velada fueron Montana Stomp, quinteto de Blues Rock donde la cantante y el guitarrista son de Elche y el resto de componentes son de Zaragoza. En cuanto a la actuación, Montana Stomp venían defendiendo su primer disco homónimo sobre el escenario. No se achantaron en ningún momento, demostraron fuerte calidad y pegaban muy bien en este cartel. 

Pudimos escuchar temas de su disco como «Broken Branch Blues», «Alice», «Mister» o la ya popular versión «Mississippi Queen» de Mountain. También cabe destacar su buen hacer sobre el escenario, en especial la frontwoman Susana Colt, que no se cortaba un pelo ante la audiencia y que iba bien acompañada de muy buenos músicos como Óscar la guitarra, Josete a los teclados y una base rítmica con Beto y Adrián, bajista y batería respectivamente, que no paraban quietos. Dejaron muy buen sabor de boca. Espero que su propuesta les lleve bien lejos en el futuro.

Tras un breve cambio, saldrían Jared James Nichols y su banda  abriendo con “Bad Roots”, seguida de la potente “Easy Come, Easy Go” de su último disco que publicó recientemente. Ya en los primeros temas notamos que algo no iba bien del todo, y es que la voz de Nichols no estaba al 100%. Suerte que es un artista que donde se le aprecia es precisamente a la guitarra más que a la voz, así que sería el bajista de su banda quien le apoyaría, bastante bien además, con las voces. No obstante, verlo tocar la guitarra es una maravilla, y es el atractivo más grande que tiene encima de las tablas.

Otra cosa que me llamó la atención es que el repertorio se basaba en temas de su último disco y de los singles “Nails In The Coffin” y “Threw Me To The Wolves”, algo que a un servidor no le importó puesto que me gusta muchísimo el último material, pero sí que eché en falta algunos cortes de sus anteriores trabajos. De todas maneras, “Shadow Dancer”, “Hallelujah” o “Good Time Girl” sonaron muy bien en directo. Y si todo fue un concierto bastante a piñón, Nichols dio la vuelta a la tortilla acabando con dos versiones: “War Pigs” de Black Sabbath y “Stranglehold” de Ted Nugent. Muy buenas ambas, pero considero que duraron demasiado.

Para concluir, he de decir que fue sin duda alguna un muy buen concierto, pero me quedo con la espina de que estoy seguro que en el futuro podremos verlo a pleno rendimiento. Solo con su forma de tocar y que cada disco que saca, a mi gusto siempre es garantía de calidad, merecerá la pena repetir. Ojalá lo tengamos pronto por aquí de nuevo.

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