CRÍTICA: SPELL – Tragic Magic

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El Hechizo nos vuelve a atrapar. Y de manera mágica. Bueno, dejémonos de juegos de palabras y tonterías. Que los canadienses SPELL están de vuelta. Con su cuarto álbum (“Tragic Magic”). Y el primero como dúo (formado por los hermanos Cam y Al). Y en el continúan perfeccionando esa receta tan única que han ido perfilando un poquito más con cada nuevo lanzamiento.

La mezcla de influencias, o toquecitos que puedo notar o cosas que evocan, es interesante: BÖC. KING CRIMSON. RUSH de los 80. VOIVOD. Algo de CANDLEMASS. Un poquito de IN SOLITUDE en la mística. Mucho de los 60. Una atmósfera gótica. Mucho Prog sin llegar a ser un disco progresivo y mucho Hard de los 70 y algo de Heavy. Sobre una base muy rockera, que se pasea por distintos tipos de Rock y de diferentes épocas, inyectan la energía del Metal.

Si hay algo que destaca en todo momento, de hecho ya desde el primer tema, es la excelente base rítmica, con un bajo muy prominente. O la forma en que los sintetizadores acompañan todas las canciones, dándole un toquecito de ensueño y realzando el ambiente. O la buena composición; desplegando una obra no ambiciosa, sino aventurera. Rica sin ser técnica o caótica. Una obra con cohesión (estética y aural). Con breaks y cambios de ritmo que, lejos de hacer algo sin sentido o demasiado complejo, mantiene nuestra atención despierta. O la manera en que a lo largo de la placa se van desarrollando de una forma interesante buenos pasajes instrumentales. O el modo en que pasan de partes pesadas y veloces a otras más atmosféricas y casi espaciales. Porque, si algo tiene “Tragic Magic” es que es un trabajo de contrastes. Incluso la forma en que narran letras duras dentro de sonidos no tan trágicos y en un ambiente general que transmite calma. Que da una sensación de apacibilidad. De hecho, creo que en eso ayuda la suave voz, y los bastante animosos coros, siempre muy melódicos y corales y a veces místicos, casi rituales.

Por otro lado, ante todo es un disco de melodías. Melodías por todas partes. En el centro de cada pista. Buenas. Efectivas. Pegadizas.

Las formas van cambiando y se van moldeando a lo largo de estos 30 minutos. Todo fluye de manera casi seductora. Encantadora. Cautivadora. Nos llevan a un viaje de cambios con temas como “Sarcophagus”, que es uno de los que pone el punto más Heavy en el disco. Y sin pasar por alto el potente estribillo. O esos coros que recuerdan a HÄLLAS. Otros como “Water of the Seas” saca a relucir la vertiente más Prog de SPELL. Muy sententera. Con muchas capas. Al igual que “Ruined Garden”, pero este es menos Prog y más experimental. Por otro lado, “Ultraviolet” es muy hard rockera. Con un toquecito épico. Muy clásica. Es suave. Destaca el bajo, lo que contrasta con las guitarras afiladas. De lo contrario a “Hades Embrace”, que tiene unas seis cuerdas mucho más densas.

En definitiva, “Tragic Magic” pinta imágenes de ensueño. No terrenales. Todo aquí es old school, pero el sonido y la estética son únicos. A la vez que puros y auténticos. Un álbum encantador en el sentido más literal de la palabra. Una escucha y sensación (o atmósfera) general bastante más mágica que trágica.

Bad Omen (2022)

Puntuación: 8,5/10

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