CRÍTICA: NINE ALTARS – The Eternal Penance

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Tras escuchar y disfrutar como una enana del EP debut de ENSHROUDMENT el año pasado, no sabéis las ganas que tenía de escuchar en 2023 el álbum debut de otro proyecto en el que está involucrada Kat Shevil, NINE ALTARS. Sobre todo teniendo en cuenta que el Epic Doom es mi subgénero preferido de Doom. Y, qué queréis que os diga, este primer ‘The Eternal Penance’ es toda una delicia para lxs amantes del género.

Aquí hay CANDLEMASS. Hay SOLITUDE AETURNUS. Un poquito de Heavy Doom también, como  SAINT VITUS. Y hasta algo de SABBATH. Epic Doom totalmente tradicional que se despliega en tres temas verdaderamente épicos. Una épica angustiada, apesadumbrada, y bella a su forma. Eso es lo que hace de este largo algo único. Y la manera en la que las voces están muy al frente en la mezcla, y en cómo se combinan de manera casi asonante, aportando un toque siniestro, con las guitarras. Unas guitarras que se centran mucho en las melodías. Las cuales, de nuevo, son de una gran belleza. Belleza triste y oscura, claro. Y de esta forma logran crear emociones. Transmitir. Y con las letras, que giran en torno a males muy reales (por ejemplo, el segundo tema, ‘The Fragility of Existence’, nos hace incluso reflexionar sobre lo volátil de nuestra existencia. Una pista, por cierto, que a pesar de transmitir esa fragilidad a la que hace mención el título, contrasta con unas guitarras terriblemente pesadas. Eso es algo que consiguen a lo largo de todo el disco básicamente, porque es una escucha muy potente a la par que tranquilizadora). En torno a la vida y la muerte. De hecho, si hay un género que se identifica por las emociones que debería transmitir, ese es el Doom. Así que, en ese aspecto, NINE ALTARS lo bordan. Así cómo con la forma que tienen de crear un todo y algo prototípicamente Doom –sin ser una parodia- se mire por donde se mire; del sonido general a las voces, de la fantástica portada a las letras. Y que sepan envolver eso por una atmósfera y llevarnos a un viaje emocional acorde, muestra la capacidad compositiva, instrumental y, en definitiva, creativa de lxs inglesxs.

Tres temas épicos que rondan (y en algunos casos sobrepasan) los diez minutos sin complejidad, sino en la mayoría de los casos manteniendo un ritmo repetitivo que resuena como un mantra, paulatinamente sumiéndonos en un trance y metiéndonos de lleno en la melancolía y bucle de tristeza de la obra. De hecho el último tema, ‘Salvation Lost’, es el que nos ofrece más cambios y momentos más rápidos. Más heavies. Con unos ritmos galopantes un poco ralentizados que nos pueden sonar a los antiguos IRON MAIDEN. De hecho, es una canción casi pegadiza en algunos momentos. Y con groove. Es que ya os lo digo; Doom y pesado, pero enfoque ochentero, así que la melodía juega un  papel primordial, sin restar un ápice de crudeza y pesadez al resultado final.

Vaya joya de Doom de la vieja escuela. Bien pensada, bien ejecutada y bien desarrollada. Pero, por encima de todo, es una obra emocional. Y eso es lo que hace que sea única. Que destaque entre otros trabajos del género. Y lo que hace que se quede contigo.

Good Mourning Records (2023)

Puntuación: 9/10

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