Saurom abrió su caja de música por fin en Barcelona

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Embriagada aún por lo que vivimos el sábado noche me dispongo como siempre a relataros lo que mi experiencia fue.  

Y es que a veces me cuesta encontrar las palabras cuando el concierto quizás no me ha llamado toda la atención que podía, pero también cuando dos días después sigues con la excitación de lo vivido, y es que hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación después de un concierto, pero es que ellos son especiales. Son capaces de parar el tiempo con sus melodías y hacer que dejes de tocar el suelo.  

Si no habéis leído el título de esta crónica, ellos son Saurom y si no los conocéis no sabéis todo lo que os estáis perdiendo en la vida.  

Por fin llegó el tan ansiado 1 de octubre, y según se iba acercando el momento cada vez me iba poniendo más nerviosa. Me sentí como una niña que va al primer concierto de su banda favorita, aunque ya llevé unos cuantos a la espalda cada uno es nuevo, es mágico, es especial. Así que hacia las 7 y media llegaba con mi coche a buscar aparcamiento por la zona y al ver la cola que había aún me puse más nerviosa. Aparqué al lado de otra pareja de asistentes al concierto sobre una acera y me fui corriendo a hacer la cola, que pensaba que ya estaba entrando en la sala, pero lo que hicieron es cambiar el sentido de la cola dado que los asistentes al estar aún todo cerrado cuando llegaron la habían hecho en sentido contrario.  

Así que yo me coloco en la cola y espero que abran las puertas ansiosamente. La apertura estaba programada para las 8 y solo tardaron unos pocos minutos más en hacer que la cola se fuera moviendo. Sobre las 8 y cuarto ya estaba dentro, la sala no tenía foso así que intenté hacerme con una buena posición en segunda fila y por suerte, detrás de un grupo de chicas a las que yo les sacaba un par de cabezas. Sin apreturas y la mar de cómodas esperamos que empezara el concierto, que, por poner una pega, tuvimos que esperar hasta las 21h en punto a que el concierto diera inicio, alrededor de tres cuartos de hora que se hicieron sumamente eternos y agotadores.

  

Pero a las nueve en punto la luz bajaba la intensidad, el escenario se llenaba un poquito de humo, las pantallas luminosas se ponían en blanco y un nuevo video comenzaba a proyectarse, un corazón latiente con las luces del escenario en rojo y el sonido del latido del corazón inundando la sala que estaba hasta arriba de gente. 

Salieron al escenario en cabeza Narci, Santi, Antonio y Jose, y esperaron apenas unos segundos para dar inicio al concierto con El Monte de las Animas y ya abrirnos la piel con la historia del pobre Alonso. De repente toda la sala se puso a cantar y saltar, los brazos arriba y a Miguel solo se le podía poner una sonrisa de oreja a oreja. Las primeras notas de Irae Dei le seguían.  

Narci, tímido, pero tan grande como es él, ocupaba la parte izquierda del escenario rodeado por su violín, su gaita, sus flautas y guitarra. Al lado Jose, y entre ellos, detrás, Antonio con su batería. En el centro Migue y a su derecha del todo, Raúl y detrás Santi con sus teclados.

 

Siempre me hace mucha gracia cuando Miguel empieza a hablar entre temas y aflora todo ese acento de Cádiz que tanta arte le hace desprender y contrasta tantísimo con la magnífica pronunciación limpia y sin escapársele ni una letra que tiene mientras canta.  

Su repertorio de algo más de dos horas de duración tocaba canciones de todos sus álbumes, desde las más nuevas como Música o Cuando nadie nos Ve hasta las más antiguas como La Taberna. 

 

Perfectamente seleccionadas, después de un bloque de canciones que todos saltábamos como locos, aparecían las canciones lentas, el momento de ponerse ñoños, de esas que te ponen los pelos de punta con solo escuchar las primeras notas y que todo el público ovaciona y acto seguido se hace el silencio en la sala. Soñando contigo, 3,2,1… ¡La Tierra! Y Cuando Nadie nos Ve fueron parte de este bloque de la noche y poco a poco le siguieron las que son menos lentas, igual de bonitas pero su estribillo te permite volver a saltar, como Vida y portando su guitarra Migué, Memorias de un Héroe.

 

Todas las canciones llevaban una serie de videos grabados que se iban proyectando en las pantallas traseras, ya fuera la portada del disco, algunas partes de los videoclips o ilustraciones seleccionadas para cada tema.  

Tuvieron la ocurrencia de comenzar a tocar La Batalla de los Cueros de Vino y llenar la sala de globos de colores enormes, lo que convirtió a Narci en un maravilloso bateador con su gaita, a Miguel le costaba concentrarse y aguantó el tipo entre risas y Raúl descubrió a última hora que con los cables de su guitarra podía ir acabando con la existencia de estos según iba terminando la canción al ver que no dejaban de volver los globos al escenario.

 

Una vez terminada y entre muchas risas de todos, Miguel pidió que desaparecieran los globos de la sala ya que necesitaba concentración para la canción siguiente.  

Se escucha ese sonido de los dedos deslizándose por las cuerdas del mástil que solo puede significar que van a tocar una canción… Aquel Paseo sin Retorno.

 

Llegaba la traca final de la última parte del concierto, La Musa y el Espíritu, El Carnaval del Diablo y la hora de hacer un gran circulo en el centro de la sala, en la que un pobre muchacho le tocó ser el punto central… todos fuimos bienvenidos al Circulo Juglar y saltamos y bailamos sin parar durante toda la canción.  

La Fiesta de la Cerveza y La Taberna daban apenadamente el fin del concierto. La banda saludó a todos los que se arremolinaron chafándonos a los que ya estábamos en la primera fila, se tomaron fotos y videos con el público de fondo y se retiraron, pero todos empezamos a gritar que queríamos otra más, no nos podíamos ir sin escuchar una más… y es que la tradición de la banda es la de tocar Dracum Nocte cuando llegan a nuestra ciudad, y aunque no la tenían ensayada se lanzaron a tocárnosla de bis. Como en todas las anteriores el público nos pusimos a cantarla y a corear el estribillo, y esta vez sí, se terminó el concierto. 

 

Sobre las 23.20h la banda se retiró definitivamente.  

A los pocos minutos, aún empapados en sudor y casi sin descansar, bajaron a la pista de la sala a abrazarse a su público, a tomarse fotos y a firmar autógrafos. Aunque nos resistimos, la organización de la sala acabó echándonos, pero nos invitaron a acercarnos a la puerta trasera para desalojar la sala, donde un rato más tarde ya que los pobres tenían que desmontar el escenario, enfundar sus instrumentos y empezar a cargarlos en la furgoneta, salieron y siguieron volcándose con sus fans. 

 

Un sonido increíble, una selección de lujo y una banda espectacular hicieron de la noche del 1 de octubre la más mágica y feliz del año.  

Setlist:

  • Intro
  • El Monte de las Animas
  • Irae Dei
  • Amanecer
  • La Hija de las Estrellas
  • La Leyenda de Gambrinus
  • Músico de Calle
  • El Queso Rodante
  • La Noche de Halloween
  • ¡Vive!
  • Salta
  • Soñando Contigo
  • 3,2,1.. ¡La Tierra!
  • Cuando Nadie Nos Ve
  • Vida
  • Memorias de un Héroe
  • Música
  • La Batalla de los Cueros de Vino
  • Aquel Paseo sin Retorno
  • El Lazarillo de Tormes
  • La Musa y el Espíritu
  • El Carnaval del Diablo
  • El Círculo Juglar
  • Fiesta de la Cerveza
  • La Taberna
  • (bis) Dracum Nocte

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