Evergrey calando hondo en su gira española

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Nos encontramos un miércoles por la tarde con un buen cartel anunciado para esa noche del 19 de octubre. Los inconvenientes que le veo a los conciertos en días entre semana son que a veces es imposible llegar a tiempo por motivos laborales, otro es que quizás la banda no tiene todo el público que se merece, y eso es lo que les pasó a Evergrey.

Llegando sobre las ocho y media a la sala me encontré sobre las tablas con los últimos minutos del directo de Fractal Universe, con un escenario lleno de humo y poca luz.

En lo que sacaba la cámara y miraba de tomarles algunas fotografías, uno de los integrantes de la banda bajaba del escenario y se mezclaba entre el público con un saxofón tocando la parte instrumental más electrónica del tema. En acabar, el grupo se despedía de su público y comenzaba a retirar los instrumentos del escenario.

A las 21:15 en punto, como estaba marcado en el horario, las luces de la sala se atenuaban y salían al escenario Jonas Ekdahl, para colocarse en su batería, Johan Nieman que ocuparía el lado izquierdo del escenario con su bajo y Henrik Danhage a la derecha, junto a su colección de guitarras. Segundos después sale Tom con una ovación aún mayor a la de sus compañeros y empiezan a sonar las primeras notas de lo que espero sea su nuevo gran éxito en los conciertos y pase a ser parte del bloque de bises algún día, Save Us. Una de mis canciones favoritas de su nuevo disco, A Heartless Portrait, pero que nos coge un poco en frío y no pudimos disfrutarla quizás como se merece, además de que durante el tema se vieron los típicos problemillas de reajuste de sonido para que luego todo siguiera sonando perfectamente.

A este le siguió Weightless, donde persistían los problemas de sonido en la voz, pero que finalmente se acabaron solucionando.

Hacía tres años que esperábamos la vuelta Evergrey a la ciudad, y así también nos lo recordaba Tom. Lo bueno, entre comillas, de su retraso fue que pudimos disfrutar de otros temas de su nuevo disco como Call Out the Dark, Midwinter Calls y Blindfolded.

Durante el concierto Tom estuvo conectando con el público, que empezó completamente pegado al escenario pero, poco a poco, se fue recolocando y empezamos a tener un poquito de espacio entre unos y otros. Nos pedían que aplaudiéramos, que al unísono gritáramos “Hey” o que iniciáramos con nuestra voz a coro la tonadilla de guitarra de la canción A touch of Blessing, momento en el que tuve que girarme porque parecía que había mil personas cantando a coro, y descubrí que la sala estaba mucho más llena de lo que pensaba y que llegaba la gente mucho más allá de la mesa de sonido. Fue un momento bastante emocionante ver a todo el público disfrutando del concierto.

La actuación tuvo cabida para todo; desde las canciones más potentes hasta el momento más emotivo con In the Absence of Sun, donde Rikars Zander pudo desplegar toda su maestría frente a las teclas y dejar al público embobado.

Tras más de media hora se retiraban del escenario entre aplausos y ovaciones. Y, mientras el público gritaba y silbaba para que volvieran, ellos aparecieron de nuevo sobre el escenario vestidos con unas camisas blancas con dos rallas negras en su brazo izquierdo.

Ponía punto final a la noche su último bloque de bises con las canciones Blindfolded, Recreation Day y King of Errors, en esta última sacaron una gran bandera que Rikard ondearía dando un efecto más efusivo al final del tema. Una forma de acabar por todo lo grande el gran concierto que nos ofreció la banda sueca de Metal progresivo.

Según salía de la sala y me dirigía al metro, podía escuchar a los fans que, ilusionados, salían comentando la jugada de la noche. Y tenían razón con todos sus comentarios; Evergrey o te gustan o no te gustan, pero si lo hacen te calan hasta el fondo.

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