Nuevo disco de la legendaria banda inglesa SATAN que, después de aquel fantástico “Cruel Magic” de 2018, vuelve a la carga con un álbum impecable en el estilo que los caracteriza. Y, para prueba, temas como “Ascendancy”. Toda una declaración de principios en lo que a la NWOBHM se refiere, en su lado más speedico, con esos tonos y riff rápidos y controlados en bucles sonoros muy británicos. Al igual que la voz de Brian Ross, siempre con ese arte británico de los 80: armónico y teatral. Además de contar con unos solos muy armónicos y muy recreativos.

Del mismo modo temas un par de cortes más, “A Sorrow Unspent” y “The Blood Ran Deep”, pero con más contraste épico-metálico. Y vocalmente es más versatil, controlando momentos más rápidos con otros más lentos y líricos. Por otro lado tenemos “Luciferic” y “Poison Elegy”. Son canciones a medio tiempo pero con una fuerza mayor. Más heavies. Pistas de mucha instrumentación y recreo sonoro con partes más místicas e hipnóticas. Aparecen también coros y unos solos más técnicos y elaborados y puntos hard melódicos en alguna ocasión. Otro medio tiempo es “Earth we Bequeath”, pero esta sí que decelera en un tiempo más lento, denso y oscuro. Con mucha más épica ambiental y una voz teatral y lírica con muy buena interpretación de agudos. Además posee unos cambios más bruscos, con sus cabalgadas con otros con juegos más técnicos, e incluso algún toque bluesy o progresivo. “Burning Portrait”, por el contrario, se tira al estilo SATAN más Power US. Y es que no hay una banda que mezcla tan bien la NW de UK con el Power US. Un corte al estilo PARIAH. Riffs más cabalgantes. Con mucha técnica y elaboración en los cambios de ritmo. Con solos más técnicos y virtuosos. Pasajes más épicos, con esa dureza mística y oscura donde Brian juega con su voz en momentos más interpretativos y ceremoniales. También de este palo podrían ser “Twelve Infernal Lords” y “From Second Sight”, pero estas alternan esos momentos NW con el Power US combinand melodías británicas con riffs más Power. Con una voz muy elegante aportando esa tesitura teatral inglesa en estrofas y estribillos que enganchan a la primera. Y cambios de ritmo más heavies y frenéticos. Y acabamos con “Mercury Shadow”. Una instrumental de poco más de 2 minutos pegadiza y metálica, con armonía y melodía.

En definitiva, hay grupos que con los años consiguen sacar casi mejores discos que al principio, y eso es otro nivel.

Metal Blade Records (2022)

Puntuación: 8/10

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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