MANILLA ROAD – The Courts of Chaos/Spiral Castle (reediciones)

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Después de la muerte del amigo Mark Shelton y el final de la banda, no llegan las reediciones de dos discos, el “The Courts of Chaos”, de 1990, y el “Spiral Castle”, de 2001. Dos magníficos trabajos los cuales es un placer poder volver a revisar y dar a conocer de nuevo. Así que empezaremos por “The Courts of Chaos”, de 1990. Un viaje alucinante que comienza con “Road to Chaos”, una larga intro que te introduce en el mundo místico-cósmico de MANILLA ROAD con una atmósfera única y envolvente, capaz de oír y visualizar a la vez, con un cambio de ritmo al final tan épico como sinfónico a base de riffs y punteos mágicos y, sobre todo, el juego de teclas, que en este álbum adquiere especial protagonismo a lo largo del mismo.

Le sigue “Dig me no Grave”, con una secuencia épico-thrasher al estilo de compactos como “Mystification” y “Out in the Abyss”. Riffs rocosos con pausas, como si arrastrara piedras con, también, esos momentos de épica ambiental. El siguiente tema, llamado “D.O.A (Bloodrock cover)” es una versión de BLOODROCK, un grupo proto-Metal, donde el protagonismo está en las teclas, dándole esa atmósfera épico-sinfónica con tanta elegancia. Un corte dulce y duro por momentos, y donde Mark se sale en las estrofas y estribillos, brindándole esa tonalidad nasal tan épico-melancólica. La canción título, “Into the Courts of Chaos”, tiene todo lo que gusta en MANILLA ROAD: momentos acústicos con vocales épico-narrativas, unos teclados con un aura cósmica, cambios y sonidos distorsionados, solos monumentales con feeling y esos cambios vocales donde Mark destapada toda su melancolía. En cambio, “From Beyond” te cautivará de una manera especial. Una amalgama de sonidos misteriosos te a introduciendo en un viaje que va in crescendo hacia una sucesión de riffs caóticos y dramáticos, además de unos solos muy atmosféricos y envolventes. Lo mismo ocurre casi en “A Touch of Madness”, con una atmósfera enigmática. El sonido parece estar enterrado. Resulta extraño hasta que pisan el acelerador con unos riffs esquizofrénicos, dramáticos, y unos solos que se alargan pareciendo infinitos, lo que provoca escalofríos. Con “(Vlad) The Impaler” vuelven a mostrar ese lado Thrash de álbumes pasados, pero Thrash según MANILLA ROLAD, con esa manera de hacer riffs, punteos caóticos, y con ese complemento de voz nasal de Mark que no existe en ningún otro planeta. Y, para acabar, dos temas. Uno es “The Prophecy”. Otra pasada de pista. Otro viaje al más allá. Los teclados son mágicos. Los riffs tienen ese sonido mágico y surrealista, con esa distorsión tan Heavy, como solo ellos entienden y saben cómo hacer. Y terminamos con “The Book of Skelos”. Otro temazo lleno de partes acústicas que van creciendo a un guitarreo más agresivo y demoledor, convirtiéndolo en un temazo de Thrash Metal rápido y violento.

En definitiva, quizás el disco más sinfónico y cósmico de la banda, pero con esos matices épicos y salvajes que los hacen únicos.

Puntuación: 9/10

Y del “The Courts of Chaos” pasamos al “Spiral Castle”, de 2001. Otra gran obra épica de esta gran banda, la cual comienza con “Gateway to the Sphere”. Una intro con atmósfera sinfónica y mágica envoltura que nos lleva a “Spiral Castle”. Un tema que va progresando lentamente con unos riffs sublimes y épicos. Mark está pletórico a las voces, dando esa melancolía que solo él sabe, pero también poniéndose gutural cuando se requiere. Los solos son de una belleza alucinante que, sin llegar a ser extraordinarios, saben cómo meterlos para crear esa atmósfera tan auténtica.

Le sigue “Shadow”, que continúa con esa densidad sonora en un tono más Doom, pero manteniendo el aura de misterio y Protometal. Aquí las voces de Mark y Patrick se van alternando. Más lírica y narrativa, en un tema acompañado de tonos lentos y dramáticos y unos solos a nivel espacial. Por otro lado, en “Seven Trumpets”. Tenemos momentos exquisitos con un orden musical absoluto. La sección rítmica es envolvente, con un sonido tenue pero audible, de un bajo y golpes suaves de batería mientras la guitarra dibuja bellas armonías y Mark pone el punto de melancolía con unos versos llenos de magia y unos solos increíbles. En “Merchans of Death” nos encontramos once minutos de viaje alucinante bajo una atmósfera demoníaca, con unos tonos vocales con más desgarro y agresividad, pero con el final de las frases metiendo el tono nasal, aportándole identidad al corte y al grupo, mientras que los solos te hipnotizan mientras crecen en bucles. Llegando al final un par de temas. Uno es “Born upon the Soul”, que mantiene la línea épica del trabajo. Una canción a fuego lento. Con ambiente misterioso y matices más míticos instrumental y vocalmente, que te transportan al antiguo Egipto a base de notas ambientales y enigmáticas. Y acabamos con “Sands of Time”, una instrumental de nueve minutos con una precisión musical llena de magia y divinidad. Uno de esos temas donde se van sucediendo notas, dibujando países y donde hay lugar para el clasicismo con unos violines que lo envuelven todo de una manera ceremonial.

En definitiva, otra lección épica de esta gran banda que tanto queremos.

Puntuación: 9/10

High Roller Records (2021)

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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