LOS MUNDOS – La Fortaleza del Sonido
Aquellos que seáis seguidores de la psicodelia en sentido estricto, disfrutaréis como enanos con el discazo que os traigo hoy. Desde Monterrey, en México, se nos presenta este dúo musical, nacido en 2011 después de la disolución de la banda 60 Tigres. El multiinstrumentista Alejandro “Chavo” Elizondole envió al vocalista Luis Ángel Martínez la canción El sol no sabe, para que colaborara con él tanto en la parte vocal como en las letras. Aunque inicialmente este tema iba a formar parte del último álbum de su banda, tras separarse decidieron formar juntos un nuevo proyecto musical, para producir composiciones que siguieran un estilo similar a esa primera canción. Bajo el nombre de Los Mundos, Chavo se encargaría de todo el apartado instrumental, mientras que Luis se dedicaría a las voces y la lírica. Debutaron en octubre de ese mismo año con su elepé homónimo. Desde que sacaron el año pasado su último EP, Sistemas, no han tardado en lanzar un nuevo elepé, este La Fortaleza del Sonido, que representa una oda a lo lisérgico en su máximo esplendor. Han logrado mezclar con éxito influencias variadas, desde el rock psicodélico de clásicos como Hendrix o The Pretty Things, pasando por el stoner, doom o el krautrock alemán. Ha sido grabado en el Las Dunas Studio de Monterrey, por parte del propio Alejandro.
Empieza este viaje de manera muy trippy con Esferas Protectoras, con el sonido de la guitarra distorsionada, acompañada por las líneas de bajo y una especie de maracas en la retaguardia. Parecen querer sumergirnos en una extraña ensoñación desde el primer minuto. Nos invitan a resguardarnos en la armonía de las esferas protectoras y a seguir la frecuencia de nuestra propia ilusión. Continuamos con Frutos Rojos, el segundo de los sencillos que lanzaron como anticipo del disco, con un efecto inicial que recuerda al scratch propio del hip hop urbano. Su ambientación de ensoñación recuerda en esta ocasión a los lisérgicos himnos de finales de los ’60. Aquí el foco se centra en naturaleza de la lujuria humana, viéndose reflejado en pasajes como:“Romance visceral, tu boca es un canal hacia la gloria”. Un sugerente bajo nos introduce Cristalización, en otra clara referencia a los eternos viajes producidos por las drogas ácidas, como los experimentados por los protagonistas de Miedo y Asco en las Vegas. Termina el corte con un seductor solo de guitarra, bajo la onírica base instrumental.
Con un sonido que nos trae a la memoria al de un violín, siguen tejiendo su lisérgica telaraña en nuestro subconsciente con Boca Arriba, ante lo cual ya nos rendimos complacientes. Merece la pena mencionar también la incesante batería, como si tratara de intensificar las sensaciones descritas. Empieza de manera muy pesada la apocalíptica Prorroga Del Fin. Mientras que el narrador se encontraba en pleno éxtasis en la anterior composición, aquí parece que alguien le ha hecho abrir los ojos ante su cruda realidad de dependencia, tal y como se extrapola de versos como “Bombardéame con lo que yo no quiero escuchar”. Podría ser que se quisiera alejar con las sustancias alucinógenas de una situación presente desagradable, como si encontrara refugio en sus delirios.
Todavía más doom y lenta que su antecesora, se nos presenta Círculo de Aves, el primer sencillo promocional, con una contundente percusión marcando el ritmo. Resulta curioso el hecho de que, para lograr esa atmosfera casi opresiva, decidieron grabar la canción en una mina abandonada, con el objetivo de capturar el profundo eco del espacio natural: “Estas paredes gigantes producen amplificación” .Esto transmite a la canción una sensación de solemnidad, como si nos encontráramos frente a algo venerado. A continuación, podéis perderos en su desértico videoclip, dirigido por Gabriel Noriega:
Recuperamos revoluciones con Esqueletos Muertos, una oda a lo macabro, como la tradicional celebración del Día de los Muertos del 2 de noviembre, propia de México, así como de otras naciones latinoamericanas. Nuevamente, el dúo regiomontano logra hacer una auténtica magia musical, con la variada instrumentalización del Chavo perfectamente apoyada por el hipnótico apartado vocal y las letras de Luis. Con el martilleo de la batería inicia Manos Brillosas, donde por primera vez observamos la voz de Martínez rebosando rabia. Con la situación actual, seguramente no le haría mucha gracia a Fernando Simón escuchar el verso de: “No te laves las manos, estornuda en mi cara”. Llama la atención el curioso cambio de ritmo hacia la mitad del tema, en la que, tras un fulgurante inicio, deciden parar la base instrumental para dejar paso a Luis, aplicando diferentes efectos digitales a su voz.
En cierta manera, la ambientación de El Espejo del Tiempo me hace pensar en paisajes exóticos, en especial gracias a su percusión. Continuamos con Juego de Células, en la que pretenden seducirnos con un dulce sonido de sintetizador, que recuerda a una flauta. Los millones de células que conforman nuestro cuerpo parecen ver alterado su funcionamiento habitual, afectadas por este adictivo elepé. Termina este viaje musical con Luz Perversa, en la que destaca su parte inicial, como si se estuvieran golpeando varias copas de cristal a la vez. La distorsión en el teclado adquiere su máximo esplendor, en una de las mejores composiciones del disco. Nuestros protagonistas se preguntan si quien llena de vida a la Tierra es la luz del todopoderoso astro solar o, de lo contrario, las criaturas que habitamos el planeta azul.
Espero que hayáis disfrutado de este prolongado viaje astral tanto como un servidor. Está claro que no es un disco para todos los gustos debido a la complejidad de sus composiciones y a su clara apuesta por la psicodelia, si bien recomiendo encarecidamente su escucha. Sentaros en la silla de vuestro ordenador o en el sofá y sencillamente relajaros, dejad que vuestros oídos experimenten todos los matices musicales que se pueden apreciar en este enorme albumazo.
Abstrakt Muzak (2021)
Puntuación: 9/10
