HAUNT & SEVEN SISTERS – 20/02/2020 (Sala Monsaterio, Barcelona)

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Foto: Ruth Gómez

NWOTHM (New Wave of Traditional Heavy Metal) es una «etiqueta» en auge hoy en día. ¿Estúpida? ¿Útil? Hay opiniones para todo. Lo que está claro es que esta categoría engloba cierta nostalgia que parece casi inherente al Metal. Simon Reynolds podría estudiarla más en pronfundidad, porque es un claro ejemplo de ese culto a lo retro, de esa retromanía de la que él hablaba hace ya 10 años y que parece estar, al menos en el Metal, hoy más viva que nunca. Hay muchas bandas y muy dispares que se podrían colgar esta etiqueta; más agresivas, más melódicas, más rápidas, más lentas, de los últimos 10 años o de los últimos 2… Como los ingleses SEVEN SISTERS y los americanos HAUNT. Quienes nos vistaban a finales de febrero para ofrecernos una noche de tradición y dos formas distintas de interpretar el Heavy Metal.

Foto: Ruth Gómez

La barcelonesa sala Monasterio es pequeña. Ambientada como si fuera (obviamente) un monsaterio: halo oscuro, paredes de cartón piedra… Esa típica sala pequeña que da un aire íntimo idóneo para conciertos de este tipo. Y ahí pudimos disfrutar en primer lugar (nos perdimos a STREAMER) de los ingleses SEVEN SISTERS. Estos chicos bien vestidos -amor eterno por esas camisas- empezaron su concierto con «Highways of the Night». Así. A todo trapo. Pegadizos y, básicamente, saliéndose desde el primer tema. Ya con toda la banda dándolo todo. Un poco de inspiración NOWBHM entre cabalgadas y velocidad y guitarras dobladas de aire más rockero. Y esa voz eternamente «teenager» (que combina potencia con melodía y, sobretodo, tiene personalidad) de Kyle, que le da una frescura especial a su propuesta.


Entrega y decisión podrían ser dos palabras que definieran su actuación, quizás también dinamismo, pero sobretodo calidad. Y es que estos chicos te ofrecen el pack completo: un buen sonido, una ejecución exquisita, te llenan el escenario… ¡Hasta cuidan la parte visual! (en ese aspecto, era como estar viendo a unos jovencísimos DEF LEPPARD. A esos DF de cuando aún hacían Heavy Metal). Básicamente, han entendido lo que es el entretenimiento. El espectáculo. Y te lo plantan en la cara como si nada. Como si no se esforzaran. Como si hubieran nacido para esto. Debe ser algo genético. Algo de su ADN. No sé.

Foto: Ruth Gómez


Lección de Heavy Metal. De diversión. De lo que debe tener un buen concierto. Así de sencillo. Y también incluso de elegancia con temas como «Turning of the Tide». De hecho dieron un buen repaso a su discografía, rescatando incluso aquel «The Crystal Temple» de su split con HAUNT. Se paseaban con total facilidad por esos temas que beben tanto de la música de su país de finales de los 70 y principios de los 80, con melodía, ritmos galopantes, pero también por terrenos más Speed. Estos últimos fueron los que mejor funcionaron en directo, aunque las dos partes de «The Cauldron and the Cross» tampoco dejaron frío al respetable. Final épico. Literalmente. Hipnótico.


Qué decir. SEVEN SISTERS me enamoraron. Y creo que no soy la única. Desde el primer instante. Y, para qué mentir, se ganaron un lugar aún más especial en mi corazón con ese «fuck the tories».

Foto: Ruth Gómez

Llegaba el turno de los americanos HAUNT. Ese grupo que ve a dos de los tres miembros de BEASTMAKER desquitándose, pisando el acelerador y haciendo un Heavy Metal puro y clásico. Eso sí, de alta factura.
Es una banda con una enorme producción discográfica. Su corta trayectoria ha sido fructífera; tres álbumes de larga duración en tres años y otros varios lanzamientos de distintos formatos. Pero fue su reciente «Mind Freeze» la obra que los trajo por primera vez a España. Y, ¿cómo son en directo? Arrolladores. Compactos. Su Heavy Metal de corte potente y más bien claro, gana crudeza sobre las tablas.


Y, también arrolladores, asolaron la barcelonesa Monasterio. Arolladores, pero salieron tranquilamente; bebida en mano, saludando, y colgándose los instrumentos con parsimonia. Parsimonia que se rompió cuando empezó a sonar «Burst into Flame», con velocidad y ese sutil aire épico. Si empiezas así un directo, está claron que no vas a hacer contemplaciones.

Foto: Ruth Gómez


Desde el primer instante los de Fresno mostraron y descargaron mucha garra. Sonaron compactos, como una máquina bien engrasada, clavando cada uno de los temas del primer al último riff. Pero esto solo iba in crescendo paulatinamente a lo largo del concierto. Y es que, si al principio la mayoría de miradas recaían sobre su frontman, Trevor William, que transmitió buen rollo, energía y sobre el que caía gran parte del peso de su directo, sus compañeros, que en un principio se mostraban casi retraídos, se fueron desenvolviendo cada vez más y mejor, culminando en un directo con mucho rollo ochentero se mire por donde se mire: mástiles en vertical y mucha pose. Una puesta en escena muy de estrella del Rock de los años 80. Pero eso es lo que queremos ver si vamos a un concierto de este tipo: actitud. Haunt se iban creciendo. Se iban gustando cada vez más.

Foto: Ruth Gómez


Con Heavy Metal de partes con inspiración NWOBHM, pinceladas de épica y ritmos veloces cercanos al Speed que se combinan con medios tiempos sin despeinarse (y, todo hay que decirlo, una voz a la que le falta un poco de musicalidad y dinamismo), Haunt fueron desgranando temas de toda su discografía a piñón fijo, casi sin pausa. De hecho, hasta bien entrados en su repertorio no nos ofrecieron cortes de su último trabajo, que cayeron en forma de tripleta. Seguidos. Sin que esa energía sin pulir aminorara en ningún instante. Quizás toda esta velocidad y esta manera sublime de contener toda la energía en una actuación que pasó fugaz, se debiera al retraso en las actuaciones que se fue arrastrando a lo largo de toda la noche, haciendo que una parte considerable del público que dependía del transporte público tuviera que marcharse antes de que los yanquis. De hecho eso dejó con un sabor agridulce, ver a una banda crecida sobre el escenario, con una ejecución rozando la perfección, terminar su concierto entre una sala medio vacía.


HAUNT demostraron que ya no se les puede considerar una promesa del Heavy Metal. Sino que son una realidad. Una realidad con potencial. Una de esas bandas que saben convertir algo antiguo, que ya se ha hecho y reproducido miles de veces, en algo relevante. En algo que también pertenece al 2020.

Tania Giménez
tania@queensofsteel.com

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