A SOUND OF THUNDER – 02/12/2017 (Factoria d’Arts, Terrassa)

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Els segadors reloaded, crónica de A sound of Thunder + Embellish

El 2 de diciembre hubo un evento bastante curioso. No sólo hacían un concierto remarcable en mi ciudad sino que venía un grupo estadounidense que se ha hecho conocido en nuestras tierras por haber hecho una versión metalera del himno de Catalunya, “els segadors” en su lengua nativa, al ser su vocalista, Nina Osegueda, hija de inmigrantes catalanes. La curiosidad y la proximidad me pudieron y decidí poner rumbo a la sala Faktoria d’Arts. Fue mi primera visita a ella y mi primera oportunidad para valorarla.

 

La organización del evento presentó un fallo importante. No había información sobre la hora a la que salía a escena Embellish, el artista invitado. Sus componentes quedaron relegados a ser llamados los teloneros y ni siquiera en taquilla nos los mencionaron. “Empiezan a las 22:30” me dijeron, pero se referían a “A sound of Thunder”. Eso hizo que me perdiera el principio del show. Todas estas circunstancias me dejaron cierto mal sabor de boca. Además de que me fue difícil obtener mi acreditación, ya que no estaba apuntada en la lista. Tuve que mostrar el mensaje que el manager de la banda nos había enviado para poder acceder al recinto en calidad de reportera.

Una vez dentro de la sala, pude ver que el sonido estaba muy bien ecualizado y Embellish sonaban limpios. Se escuchaba todo sin que ningún instrumento se solapase al otro. Llevaban el teclado pregrabado. Los asistentes sobrepasaban el centenar y comenzaban a despertar. Los catalanes hacen Love Metal, tienen un estilo que denomino “fiestero oscuro” con un toque trágico, pop y comercial fácil de asimilar para un público más general, que era lo que abundaba en Faktoría. Se notaba que a mucha de esa gente no les gustaba especialmente el metal y no les íbamos a ver en otra fecha del estilo. Iban por lo que iban.

Se notaba el tiempo que lleva en activo la formación por su dominio del escenario y su forma de llenarlo. Incluso el batería se ponía de pie y animaba el show, lo que me hizo recordar el comportamiento en escena de Jussi de The 69 Eyes. El sonido de Embellish se ve claramente marcado por HIM. David Incluso modula parecido la voz e imita algunos de los gestos que hace su vocalista Ville Valo. También “Valley of broken smiles” tenía una notable influencia de Korn. Dentro de su formato son muy correctos y proporcionan música para un espectro amplio de público una actuación muy fluida y profesionalidad en escena.

A David le encantaba hablar y, ¿por qué no decirlo? Lucirse también para buscar dar un componente estético y una actitud de rockstar. Resaltó sobre las tablas la larga amistad que le une a Ernesto, el bajista de la banda. Ese fue el momento más emotivo de su show.

Si hablamos de la parte de la set list que llegué a presenciar, puedo destacar “False illusions” que trajo tristeza y añoranza. “A thousand years from you” fue más contundente y rápida que la mayoría del set, que se caracterizó por tener poca variedad y complejidad.

Y tras un cambio de a penas 20 minutos llegamos al momento más esperado por el público, la salida a escena de A sound of Thunder. Y el peor momento para nuestros oídos, pues la limpieza acústica de la que habíamos disfrutado con Embellish desapareció. La batería estaba demasiado alta, el volumen demasiado elevado y durante toda la actuación se podían escuchar micro acoples. Nina incluso llegó a pedir que subieran la guitarra. No llegué a explicarme la gran diferencia de calidad sonora precisamente en los cabeza de cartel si me remitía a mi experiencia anterior.

Más allá del desafortunado incidente, A sound of thunder me gustaron. Nina  es pequeñita pero matona, desborda de energía, simpatía y potencia de voz. La puesta en escena fue muy dinámica. Todo en esta mujer es contundente. Sus temas eran de heavy clásico con pasajes de hard rock y algunos toques de blues. La guitarra en ocasiones sonaba sucia pero tampoco quiero incidir mucho en ese aspecto dadas las condiciones que hubo. La banda llenaba el escenario y transmitía. El público estaba efervescente y se notaba que los componentes de la banda se lo estaban pasando muy bien. El ambiente era tan intenso que era prácticamente imposible no contagiarse de la emoción general.

Entre los temas que tocaron, puedo hablar de “The day I died”, el tema más siniestro de su set que nos narró un amor de ultratumba. Deadside fue un grito de melancolía con un interludio lento y misterioso. “A sound of thunder” fue pesada y contundente como una estampida y provocó mucha reacción. “Kill that Bitch” fue enérgica y vengativa. Con “The reapers” la sala se inundó con el rugido de un público feliz y un mar de móviles grabando, lo cual no sucedió con otros temas. Los asistentes no tuvieron suficiente y pidieron un bis, que resultó ser “Day of the thunder”, rápida, trepidante y con percusiones marciales.

A pesar de ser una fecha que disfruté mucho me dejó un sabor agridulce. Puedo empezar por el ninguneo que se le hizo a Embellish por parte de la organización, que rozó lo desagradable. Además si bien es verdad que “A sound of thunder” llegó a ser conocida por su versión de “els segadors”, es un grupo que merece más que la fama momentánea por un tema y todo el “postureo” que ha rodeado esta gira. Se pudo ver que la situación política que vivimos había propiciado la asistencia en muchos detalles, como que le lanzaran una estelada a Nina o que todo el mundo quisiese grabar el conocido tema. Me pregunto si la respuesta hubiera sido la misma si hubiera versionado el himno una banda nacional. ¿Los hubieran ido a ver o hubieran pasado como tantas veces hacen? ¿Los habrían tildado de frikis? ¿Acaso no saben que a un grupo estadounidense le importa la independencia tres pimientos? ¿Lo de fuera es mejor?

Agradezco a la banda y a la sala Faktoria d’Arts la acreditación y el buen trato que me dieron. A grandes rasgos la organización fue buena y los tiempos estuvieron bien gestionados. La calidad del sonido en la primera mitad del show fue notable y eso me lleva a querer repetir en esa sala, un concierto que suena equilibrado deja muy buen sabor de boca.

 

Noelia Montalbán
Noe@queensofsteel.com

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