El dúo ambiental ANJOU regresa con su segundo álbum, “Epithymía”, tras editar en 2014 su álbum debut homónimo. En esta nueva entrega nos presentan seis cortes al estilo de su primer disco, con un sonido hipnótico tras un fino velo en el que la luz y la oscuridad se confunden y forman uno, con melodías que parecen líquidas y efímeras, y con unas atmósferas que varían de una pista a otra.

 

Es un disco denso, espacial, donde no faltan elementos de Post-Rock. Seis cortes variados, todos ellos retorcidos, con numerosos efectos digitales que realzan el impacto de la obra, y con deliciosas partes de sintetizador. Aquí todo parece flotar. Es música variada, bella, ambigua, y que fluye. Normalmente con “fluir” en mis reseñas hablo de la manera en qué se suceden las canciones, pero aquí ese verbo cobra un nuevo significado. Más real quizás. Y es que todo fluye, flota, en otro plano, con un halo cósmico entre ruidos asonantes y ambientales, con sensación etérea, atmósferas aéreas, siempre con sensación misteriosa y una emoción de melancolía que lo envuelve todo. Con matices de luz y también de oscuridad. Todo se funde, incluso a veces se hace opresivo.

En “Epithymía” no hay nada terrenal, t6odo es de ensueño, pero lejos de ser soporífero, como suele suceder con otras bandas del género. ANJOU lo hacen todo bien y te hacen viajar con una facilidad pasmosa.

 

Kranky (2017)
Puntuación: 7/10

 

Tania Giménez
Tania@queensofsteel.com

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