YEAR OF THE GOAT – The Unspeakable
Los suecos YEAR OF THE GOAT regresan con «The Unspeakable», su segundo álbum de larga duración tras «Angel’s Necropolis» en 2012, y lo hacen creando magia, con una obra que es difícil de explicar con palabras, una de esas que tú mismo tienes que experimentar porque es mucho más que música, mucho más que nueve canciones maravillosamente creadas. Hay que navegar en el universo paralelo de este álbum, y vamos a intentar sumergiros aunque sea un poco en el, aunque sea tocarlo con las yemas, en esta crítica.
Desde el inicio con «All He Has Read» (con una larga intro) queda claro que aquí YEAR OF THE GOAT, van un paso más allá. Aquí la banda se luce con una bestia épica de 13 minutos que nos da pistas de lo que encontraremos a lo largo de todo el compacto. Un tema con una elegancia enorme a la guitarra y a la voz. Uno de esos temas lentos, con partes épicas, con muchos toques de Rock progresivo por encima de una base de Rock puramente setentero (e incluso de los 60), conjugando cómo solo ellos saben un Rock pegadizo, accesible, pero terriblemente oscuro. Una canción que te transporta, de esas que, no sabes ni cómo ni por qué, pero crean cuadros en tu mente. Un corte bello pero siniestro, oscuro, y sin perder la pesadez. Oro tema lento es el que cierra la obra, «Riders of Vultures», con una composición elaborada que plasma muchos detalles y giros en la estructura. Cortes más Doom, más Metal son «World of Wonders», mientra que no faltan pistas directas, rockeras, pegadizas, como si acabaran llegar de llenar estadios en los 70, como «Vermin». Pegadiza, con mucho platillo y grandes coros. Coros que se repiten a lo largo de todo el redondo y lo hacen más accesible, pero no por ello menos pesado, oscuro, o con menos ambiente ritualista. También hay sorpresas, como la que se esconde bajo el título de «The Wind», con mucha influencia del Rock gótico y una voz de Thomas muy grave. Para contrastar «Black Sunlight», con guitarras de toque sureño.
Así en «The Unspeakable» tenemos 9 temas ricos, variados, pero con la oscuridad, la melodía y los momentos pegadizos como factor común, llenándolo también de contrastes. Una exquisita comunión entre la melodía de guitarra y la gran aportación del órgano Hammond, ayudando a realzar5 su ambiente único. Hay momentos progresivos, momentos Doom, momentos de estética gótica, más groove que nunca, pero en todo momento hay algo extrañamente cautivador y majestuoso. Quizás los elementos no sean nuevos, pero la forma de combinarlos sí lo es, y de esta forma crean algo único, fresco, y sin perder la honestidad.
Napalm Records (2015)
Puntuación: 9/10