OVERKILL – Razzmatazz 2 (30/10/2014)
Cuando te juntan en un mismo cartel a DARKOLOGY, ENFORCER, PRONG y OVERKILL, o te encanta si eres abierto de mente a nivel musical, o te resulta extraño y no demasiado atractivo ver a bandas tan dispares compartiendo escenario en una misma noche. De todas formas, sea cual sea tu caso, es imposible negar que se trata de un cartel completo, con exponentes de géneros distintos entre ellos. Aunque, en mi caso, me resultó extraño ver en un mismo cartel a OVERKILL y ENFORCER (las dos razones por las cuales asistía al concierto) con los progresivos DARKOLOGY y los ya no tan thrashers y más industriales PRONG. Interesante iba a ser, eso seguro. Y la cita se daba en la sala Razzmatazz 2, y prometía llenarse.
Desafortunadamente, nuestra entrevista con ENFORCER se alargó más de lo esperado y solo pudimos presenciar el final de DARKOLOGY, los encargados de abrir la velada e ir caldeando el ambiente. Para los que no los conozcáis, se trata de una joven banda (venían presentando su reciente segundo álbum, «Fated To Burn») yanqui de Metal melódico progresivo, con una puesta en escena sencilla pero con una gran técnica instrumental, aunque les costó animar al escaso público que poblaba la sala Razzmatazz. Posiblemente el horario fuera demasiado temprano, comenzando la primera banda alrededor de las 18:30 de la tarde y tratándose de un concierto entre semana. Un mal horario si se pretende que el público pueda disfrutar de todas las bandas.
Y el temprano horario se alargó hasta ENFORCER, juzgando por la poca gente que se encontraba todavía en la sala en el momento en que los suecos pisaron el escenario. Ellos eran el gran motivo por el que me 
acerqué la tarde del pasado jueves a Razzmatazz, ya que aún apreciando enormemente la calidad de sus tres álbumes hasta la fecha (y con ganas del próximo, que ya está todo grabado según nos comentó Olof), jamás había tenido la oportunidad de verlos, aunque sabía que en un concierto como este, siendo el segundo grupo, me sabría a poco. Y así fue, y apuesto que nos supo poco a la mayoría que allí estábamos. Y es que los suecos subieron al escenario como un auténtico torbellino, aún siendo 4 llenando el escenario de una forma pasmosa y con total facilidad. Poses, ropa, música… En absolutamente todos los aspectos nos devolvieron a los 80, dando la sensación de estar presenciando uno de esos conciertos de la época en grandes estadios.
Alrededor de 30 minutos fueron suficientes para que ENFORCER movieran al, hasta entonces, frío público, les hiciera cantar, y también fueron suficientes para ofrecer un repertorio bastante
variado y con un sonido impresionante en todo momento. Comenzaron su descarga de ese Heavy Metal cada vez más Speed tradicional derrochando energía, regalándonos temas como la arrolladora «Live for the Night», de su segundo «Diamonds» (de hecho este álbum está lleno de temazos pegadizos que no pueden faltar en directo), del cual también dejaron caer y la pegadiza «Midnight Vice», que el público no dejó de corear. También viajamos de vuelta a su álbum debut con cortes como «Scream of the Savage» y, cómo no, canciones de su más reciente obra, «Death by Fire» como «Mesmerized by Fire» y «Take me out of this Nightmare». Entre medio del set Olof pidió ayuda al público para cantar un tema, con Joseph a las voces, y no fue otro que la versión de «Countess Bathory», de VENOM, que recibió una respuesta abrumadora. Una grata sorpresa, pero apuesto que algunos que, como yo, no habíamos podido ver nunca al grupo o realmente tenía ganas de verlos, preferirían haber escuchado algún tema más de ENFORCER (¿»Katana» quizás?) si solo teníamos una escasa media hora para disfrutar de ellos. Fuera como fuere, si despidieron rápido, prometiendo que volverían pronto. Y que así sea, ojalá como cabezas de cartel con su próximo álbum, con el tiempo que una banda como esta necesita.
Calentaron motores y nos dejaron a todos con una gran sabor de boca con un actuación que fue un torbellino de pasión hecha Heavy Metal. Calidad y actitud a partes iguales.
He de reconocer que nunca he sido una gran seguidora de PRONG, de hecho tampoco he escuchado demasiado material suyo, pero desde luego entiendo que para muchos eran un gran atractivo del cartel de esta gira.
El veterano trío americano, que a lo largo de los años ha pasado por una obvia evolución musical, se subió sobre el 
escenario barcelonés con mucha fuerza. Mostrándose como una banda sólida y firme sobre las tablas, con un sonido aplastante, una agresividad innata, una interpretación soberbia y una puesta en escena dinámica. Mostraron las tablas que dan tantos años de carrera musical, y sus seguidores disfrutaron con una actuación de alrededor de 45 minutos que se podría definir con una única palabra: fuerza. Yo no soy de esos seguidores del combo, y como tal puedo entender que PRONG no fueran del agrado de muchos que acudían a la velada buscando un sonido más clásico y menos moderno (en el caso del trío casi Industrial), de la misma forma que comprendo que para algunos el concierto pudiera hacerse eterno y aburrido. Pero, fuera como fuere, y gustos personales al margen, no se puede decir que PRONG no hicieran una descarga impecable y llena de energía e intensidad.
Aunque después de haber visto a ENFORCER servidora perfectamente podría haber vuelto a casa encantada, legaba el palto fuerte de la noche: OVERKILL. Según nos comentaba Bobby en una entrevista pocas horas antes del concierto, sus expectativas eran altas, y apuesto que las del público también. T más si habían visto alguna vez a los thrashers sobre el escenario; convierten cualquier sala en una auténtica fiesta.
Los legendarios OVERKILL, ya con una sala llena y con total puntualidad (sorprendentemente en nuestro país, pero cada vez más habitual), subieron al escenario mientras entonaban las primeras notas de “Armorist” tras la intro “XDM”. Segundos más tarde se unió al resto de la banda, como un remolino arrasando con todo, el incansable Bobby Blitz. Enorme frontman por el cual los años no pasan, ni a nivel vocal ni físico. Y es que su forma física es impresionante; no dejó de moverse ni un solo instante, incluso se colgó en más de una ocasión de las vigas del techo de Razzmatazz, y todo ello con una potencia vocal igual de incalculable.
Como nos Adelino antes del concierto el propio Blitz, el set Liszt estaba repleto de temas nuevos, pero al haber lanzado con “White Devil Armonry” uno de los discos Thrash del año, no supuso ningún inconveniente. Es más, el público reaccionó increíblemente bien a 
cada uno de los cortes que iban sonando. La audiencia se volvió loca desde el primer instante y coreó absolutamente todos los temas que tocó el grupo, antiguos y nuevos. Aunque algún que otro clásico imperdonable cayó pronto, como “Overkill” o “Rotten to the Core”. Igual de bien se recibieron títulos recientes como “End of the Line”, “Pig” o la casi Doom y con regusto SABBATH “Bitter Pills”. No faltaron tampoco los momentos de solos, ni un Blitz animando al público sin tregua y mostrándose agradecido en todo momento al respetable. Porque es precisamente eso, la humildad y cercanía, y también la pasión por lo que hacen, lo que los hace grandes. Desprenden un entusiasmo contagioso que se traduce en buen rollo y que es lo que convierte cualquier concierto suyo en una fiesta, lo que crea un vínculo especial entre la banda y el público. Y lo que hace que el público español siempre les haya recibido tan bien. Pero, obviamente, que claven cada nota mientras logran entretener al público (porque una actuación suya la 
disfruta cualquiera, no solo sus fans) y no falle el sonido ayuda, pero más ayuda ver cobrar fuerza en directo trallazos como “Elimination”, preludio del fin con la canción, el himno, que debe cerrar todos y cada uno de sus bolos: “Fuck you”.
Incombustibles OVERKILL, y una especial fiera Bobby. Toda una explosión y lección de Thrash Metal. Y es que son conciertos como estos los que hacen que vayas a ver a cierta banda cada vez que tienes la ocasión, sin importar cuántas veces repitas. Son conciertos como estos los que te hacen sentir orgulloso de escuchar Metal y sentir esa especie de hermandad que existía hace décadas entre los “metalheads“.
