HARDCORE SUPERSTAR – Apolo 2 (23/10/2014)
Muchas han sido las veces que he intentado ver a HARDCORE SUPERSTAR a lo largo de varios años, pero por motivos siempre ajenos a mi voluntad, jamás había podido verlos. Parecía que me perseguía una especie de maldición, o que por algún motivo el destino e intentara decir que no debía ver a los suecos sobre el escenario. Por lo que prácticamente estaba segura de que el día que finalmente pudiera verlos, una gran tragedia sucedería. Pero me gustan los riesgos y, con nuevo single ya online y acompañados por sus compatriotas de SISTER SIN, no quise perderme a estos rockero-metaleros en acción el pasado jueves 23 en la Ciudad Condal. Y es que si realmente sucedía alguna tragedia a la altura de las clásicas griegas, no había un lugar mejor para que tuviera lugar que una sala llamada Apolo.
Puntuales a la cita, tras la sorprendentemente también puntual a la apertura de puertas, subían sobre el escenario SISTER SIN, que venían presentando su recién salido del horno “Black Lotus”. Saltaron todos los músicos sobre las tablas mientras sonaba potente “End of the Live”, hasta que se unió como un torbellino su vocalista, Liv. Y así arrancaba la primera fecha de la gira europea.
Continuaron descargando su Heavy Metal moderno con “One out of Ten” y “Chaos Royale”, con la agresividad melódica que les caracteriza. En todo momento el sonido fue excelente, y el público respondió entregadísimo (como no se suele ver en una banda telonera) desde el primer instante, pero se volvió aún más loco cuando interpretaron la versión de “24/7”, de UDO. De hecho Liv en algún momento del tema incluso lograba recordar al cantante germano.
No dieron tregua, y siguieron regalándonos títulos como “Sail North”.
Sin duda, gran sonido, gran interpretación y un buen repertorio que satisfaría a cualquier seguidor del combo. Pero si algo destacó especialmente, eso fue la energía arrolladora de la frontwoman. Derroche de energía absoluto y actitud imponente. No dejó moverse en ningún momento, y tampoco de interactuar y animar al público, al cual se metió en el bolsillo y coreó todos y cada uno de los cortes que tocó el grupo sueco hasta que terminaron su fiero concierto con “Better than Them”.
Actuación sensacional para caldear el ambiente y dar la sensación de ser unos cabezas de cartel. Gran concierto para los seguidores de la banda, y así lo dejaron ver en su entrega ciega, pero la única pega es que, si no eres fan del combo escandinavo, a pesar de su indudable buen hacer y de su dinámica puesta en escena, la mayoría de pistas terminan resultando igual.
Las banderas de SISTER SIN desaparecían del escenario y tan solo colgaba ya del fondo una gran bandera de HARDCORE SUPERSTAR, el plato fuerte de la noche.
Barcelona siempre ha sido una buena ciudad para la formación. De hecho en la entrevista que hicimos a Jocke minutos antes de dar comienzo su actuación, confesaba que, no sabía por qué, pero por primera vez en su vida estaba nervioso. ¿Afectaría esto en algo a su actuación? Aún estaba por ver.
El escenario se teñía de oscuridad y se cubría de humo, mientras la intro “This Worm’s for Ennio” daba la bienvenida al grupo sobre las tablas, que salía a por todas. Y más tarde, ya con los primeros acordes de “Moonshine” en marcha, como un huracán dispuesto a arrasar con todo y a revolucionarlo todo, un Jocke con las pilas cargas al máximo. El solo hecho de ver a la banda llenando el escenario de esa forma, con tanta facilidad y energía, de ver su dinamismo y lo compacta que se muestra a formación, ya te llena de entusiasmo y te empieza a indicar que esa va a ser una gran noche. Es una extraña sensación, difícil de explicar, pero apuesto que el público sabe a lo que me refiero, porque el entusiasmo de HCSS parecía contagiarse, con una sala (no solo las habituales primeras filas) que no dejó de saltar y dejarse los pulmones. Un público que se sabía todas las letras al dedillo.
Con este ambiente ya desde el principio cargado de buen rollo, continuaron con la social “Kick on the Upperclass”. Como todas las de la noche, muy bien recibida. Jolgorio máximo de aire rockero con pinceladas Thrash que siguió hasta la más reciente “Into Debauchery”. Pero, aunque la entrega por parte de la audiencia fuera máxima, siempre hay momentos de una especie de clímax, esos donde ves cuáles son los eternos preferidos. Y uno de esos momentos llegó con “My Good Reputation” y su pegadizo estribillo. Otro buen momento nos llegó con la infalible e imprescindible a partes iguales “Dreamin’ in a Casket”, y hubo muchas como esta en el set Liszt.
La banda se mostró en todo momento como una máquina perfectamente engrasada y sincronizada, con todos los engranajes funcionando con total precisión. Y eso da como resultado dos cosas: una interpretación meticulosa fantástica y un sonido tan compacto como se muestra la agrupación. Una banda sólida que lo transporta a su sonido. Un combo que no solo obtiene un gran sonido, sino que transporta al directo la intensidad que plasman en el estudio y la elevan al cubo. Además su dinámica puesta en escena hace que un concierto suyo resulte ameno para cualquiera, no solo para sus fans.
Continuaron, esta vez haciéndonos viajar al pasado, con “Liberation”, contrastando con la descarada “Guestlist”, la cual Adde, siempre elocuente tras su kit, presentó como: “esta canción no va sobre Barcelona. En absoluto.” Dicho esto, Jocke elocuente también, y sobretodo cercano, Jocke en todo momento, mostrándose agradecido ante tal respuesta y levantando y haciendo cantar a todo Apolo. Eso por si no tuviera suficiente con saltar, no dejar de moverse en ningún momento y de bromear con el resto el grupo. Totalmente inagotable. Enorme frontman, de esos que acaparan todas las miradas, y no sin motivo. D esos que convierten el concierto, en una enorme fiesta. Y no hay mejor banda sonora para una buena fiesta que se precie que HARDCORE SUPERSTAR.
Y para fiesta “Wild Boys”, con un público que cantó muchísimo, animado por Jocke (aunque realmente la gente no parecía necesitar ningún empujó para ello). Le tocó entonces el turno a la festiva “Last Call for Alcohol” (el título lo dice todo), hasta que a mitad del tema Jocke preguntó si había ahí una fiesta, y si alguien quería subir al escenario. Al recibir como réplica el más absoluto silencio, el vocalista hizo parar la música y tuvo que formular la pregunta dos veces más hasta que escuchó algo. Una decena de personas (la mayoría mujeres, todo hay que decirlo), subió al escenario para brindar con chupitos de Jagger y terminar de bailar y cantar el tema sobre el escenario. Por si todavía alguien dudaba si esto era o no una fiesta.
Pero no quedaba la cosa ahí, una vez despejado el escenario, otro vistazo atrás en el tiempo con el emocional medio tiempo “Someone Special”, que precedió a “Above the Law”.
Tras esta la banda se bajó del escenario. Pero no todo había quedado ahí. Escasos minutos después Jocke volvió solo al escenario para entonar la balada a piano “Run to your Mama”. Y ahí dejó claro que es incansable, porque a pesar de la tralla física que se estaba dando desde el mismo instante en que había empezado la actuación, su potencia vocal estaba intacta.
Pero suficiente melodía y sentimentalidad. La gente quería más de su “Street Metal”, y la respuesta de HCSS al reclamo cayó bajo el título de “Glue”, su nuevo single. Era la primera vez que lo tocaban en directo pero, a pesar de que la gente aún no estaba familiarizado con el, pareció funcionar bien. Una pista muy pesada, densa y contundente. Ya llevaban más de una hora de actuación, aunque estuvieran igual de frescos y aunque parecía que tan solo hubieran pasado escasos minutos, y todavía algo grande estaba por llegar. Faltaba su bombazo por antonomasia. Su himno. Ese hit atemporal que todo grupo esconde en su discografía. Esa canción que toda banda ha compuesto por la cual todo el mundo la reconoce. Y en HCSS no es otra que “We Don’t Celebrate Sundays”, del su álbum que, aunque no fue el primero, sí fue el que supuso un nuevo punto de partida. Con este trallazo el público se volvió loco por completo. Y es que vaya forma de terminar por todo lo alto una verdadera fiesta. Qué manera de cerrar un concierto de sonido impresionante, temazos enormes y una energía incalculable.
En todo momento los componentes no dejaron de bromear entre ellos, incluso durante una canción (no recuerdo cuál), Jocke se arrodilló ante Martin para tocarle el bajo) el de 4 cuerdas). Y posiblemente ese sea precisamente el secreto: la pasión, la honestidad y el buen rollo, altamente contagioso además. Si crees en lo que haces, si lo vives, lo respiras, OR algún lado tiene que salir. Y en HCSS no dejó de brillar.