Desde que escuché el single «Devil Man» de 2013 me rendí ante la exquisitez bluesera de la banda «internacional» BLUES PILLS, y también ante esa voz más Soul de Ellin. Y me moría de ganas ya por aquel entonces de escuchar o poder tener entre mis manos su primer álbum de larga duración… Y ya está aquí. De nuevo con Nuclear Blast y tras un más que justo y merecido revuelo y fama ganada a raíz de aquel, prácticamente, redondo «Devil Man». Su primer álbum se titula «Blues Pills», y con el nos vuelven a cautivar como ya lo hiciera n en 2013 y en 2012 con «Bliss».

Últimamente Nuclear Blast parece que está ampliando algo sus horizontes fichando bandas de un Rock más setentero tales como GRAVEYARD, ORCHID o KADAVAR entre otros y, si bien BLUES PILLS podrían pertenecer a esa familia, especialmente por ese sonido construido sobre unos claros cimientos anclados en los 60 y 70, ellos optan por un estilo más Blues, incluso Funk o Soul en algunas ocasiones. Y es precisamente eso lo que los desmarca del resto de bandas «vintage» que pueblan la escena hoy en día, que da la sensación de tener una personalidad más fuerte y, no sé si es por ello mismo o simplemente por su sonido, pero lo cierto es que resultan una de las bandas más atractivas dentro de este sonido «retro» de los últimos años. Y creo que no soy demasiado osada al afirmarlo.

De esta primera obra completa del grupo multicultural esperaba que mantuviera la esencia y elementos mostrados en «Devil Man», y estaba segura de que así sería. Pero me bastó escuchar «High Class Woman» para comprobarlo por mí misma. Un tema lleno de fuerza, con garra y pasión, perfecto para abrir el plástico. Pegadizo y con un groove del que no te puedes deshacer ni queriendo. «Aint No Change» es otro corte impregnado de un fantástico groove. «Jupiter» es un tema de distorsión que se convierte en psicodelia y, a su vez, en Funk, sin olvidar la raíz Blues. Esta canción es «Bliss», de su primer EP, pero regrabada y con letra en inglés (originalmente era en sueco). «Black Smoke» da comienzo de forma sutil y melódica, pero se convierte en un torbellino lleno de distorsión y velocidad (aunque con breves pasajes casi atmosféricos). Posiblemente la canción más rockera y setentera del disco. «River» ya es un corte conocido, perteneciente a «Devil Man» y, de nuevo, ha sido actualizada con un sonido más pesado y algún pequeño cambio en cuanto a letra. Tampoco falta «Devil Man», lanzada ya por tercera vez, y nunca sobra. Se trata de una de las pistas más fuertes y pegadizas del combo, y aquí cobra un sonido mucho más pesado y rozando la psicodelia.

Por otro lado, «Astralplane» es un impecable medio tiempo de sonido rocoso cautivador, casi sensual. Y le sigue la versión de «Gypsy», de CHUBBY CHECKER, que aquí ha cobrado nueva vida, adoptando al 100% la personalidad de BLUES PILLS. Tras ella, «Little Sun», una canción donde aparecen guitarras acústicas que se confunden con unas voces suaves, casi etéreas, prácticamente hipnóticas, mientras descarga alguna pincelada con regusto del oeste y una frágil psicodelia. Una enorme balada para cerrar un disco no menos enorme.

«Blues Pills» es una obra muy variada, pero sin alejarse de los 60 y 70, especialmente en cuanto a voz. La voz de Ellin es apabullante, muy Blues/Soul, muy cálida y llena de matices, capaz de descargar los registros más hipnóticos y los más fuertes. Siempre con mucha potencia y una manera magistral de romper su voz en cualquier momento. Por otro lado, los riffs son siempre enormes, y con diversas influencias, por no olvidar los interesantes ritmos y, sobretodo, la emoción que se plasma en absolutamente todas las canciones de la palca. Todo es impecable en este trabajo, se mire por donde se mire, de la composición a la ejecución, y de la honestidad al sentimiento. Parece que lleven en esto toda la vida.

 

Es difícil elegir un tema o un momento especialmente destacable de este «Blues Pills», porque temazos lo son absolutamente todos, y cada unos es un mundo sónico distinto que comparte el mismo espíritu, y momentos destacables lo son todos. No hay palabras para describir una obra tan exquisita como esta, todas las palabras del mundo no son suficientes. Así que, simplemente, escuchad este álbum y os aseguro que lo escucharéis durante el resto de vuestras vidas. Si estuviéramos en el 69 BLUES PILLS serían cabezas de cartel del Woodstock.

 

Nuclear Blast (2014)

Puntuación: 10/10

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

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