Day of Doom Fest 2013
La tercera edición el festival barcelonés dedicado a los ritmos más lentos y pesados, el Day of Doom, arrancaba el pasado sábado 12 de octubre su tercera edición apuntando más alto que nunca. Y es que pocas veces se tiene la oportunidad de ver en nuestro país a dos percusores del Doom Metal, ese de inspiración Heavy y tomando el legado de la escuela SABBATH. Pero aún más complicado es tener a dos bandas prácticamente pioneras juntas, en un mismo cartel (de hecho era la primera vez que lo hacían en Europa), pisando el mismo escenario. La organización del Day of Doom lo hizo posible poniendo bajo el mismo techo a dos bandas que llevan al pie del cañón (aunque con sus innumerables cambios de formación) PENTAGRAM y TROUBLE, acompañados por SERPENT VENOM y las bandas nacionales HORN OF THE RHINO y CUERNO. Sin duda, una de esas citas imprescindibles y absolutamente irrepetibles. Parecía una de esas vistosas giras que nunca llegan a pasar por nuestro país. Acontecimiento histórico, sin duda. Y un pedacito de la historia de la música contemporánea en nuestra ciudad.
Por motivos ajenos a nuestra voluntad, llegamos al recinto del Fòrum pasadas algunas horas de la apertura de puertas pero, afortunadamente y para nuestra sorpresa, aún así (y gracias a que, por lo visto, la apertura de puertas y horario de todas las actuaciones se atrasaron una hora), pudimos ver parte de la actuación de CUERNO, quienes se encargaban de ir caldeando el ambiente. El grupo barcelonés, disuelto desde el 2010, se reunía especialmente para esta ocasión única. Para 
esta ocasión el trío sacó las telarañas a sus antiguos temas de su única grabación, su demo y con su Sludge asfixiante y oscuro, con esos cambios y giros inesperados que seguramente los hicieron más amenos para los que no estuvieran demasiado familiarizados con la banda catalana, supieron meterse al público en el bolsillo. Al menos al poco público que se encontraba a aquella hora tardía de la tarde en la carpa frente al escenario y no en el bar. Y aseguro que dio buena cuenta de la actuación, con pocas palabras pero eficaz, en todo momento con un sonido impecable, que dieron CUERNO. Aunque no podamos verlos más como tal (a no ser que se repita alguna otra ocasión tan especial como esta), podemos seguir disfrutando de su potente Doom en los proyectos que tienen en la actualidad sus componentes.
Con un público más abundante los londinenses SERPENT VENOM tensaban cuerdas y se preparaban para dar su primera actuación en España. Durante cerca de una hora los ingleses descargaron con potencia y sin tregua su sólido Doom Metal 
centrándose en temas nuevos y regalándonos tan solo un tema de su único largo, «Carnal Altar». Treinta minutos de actuación firme, segura, con un buen hacer propio de veteranos y unos temas que rezuman aroma clásico con regusto rockero y reminiscencias a lo SABBATH y SAINT VITUS. Además, ganan fuerza, y sobretodo pesadez sobre el escenario, haciendo que el bajo retumbe de manera prominente. Sin lugar a dudas, supieron meterse al público en el bolsillo, y a medida que iba pasando la actuación la audiencia allí congregada se volcaba más con la notable propuesta de los doomsters. SERPENT VENOM todavía se están haciendo un hueco dentro de la escena, pero apuesto que muchos que no conocían demasiado a los británicos, después de una actuación tan impecable, empezarán a seguir a estos chicos muy de cerca, tal y cómo se tienen merecido.
Otro grupo que solidifica su nombre dentro del panorama (en este caso sobretodo nacional) a pasos agigantados son los bilbaínos HORN OF THE RHINO. Tras cambiarse el nombre (anteriormente RHINO) han seguido sorprendiéndonos disco a disco, al igual o más que lo hicieran en 2007 y 2008 con «Breed the Chosen One» y «Dead Throne March» respectivamente. La fama les precede, y también la buena fama que se han ganado como banda de directo tras recorrerse las salas estatales, por ello pocas personas hubo que no se 
acercaran al escenario a perderse la actuación de los euskaldunes, que pintaba más que bien. Comenzaron con fuerza, y mantuvieron la intensidad hasta el ultimísimo riff que descargaron. Cautivaron con su Sludge/Doom y con esos cambios inesperados, y con las partes más rápidas, con regusto a Metal extremo, hicieron que nadie dejara de mover el cuello mientras ellos se centraban especialmente en su último disco, «Grengus», del cual dejaron caer trallazos tales como la propia «Grengus» y «Brough Back». Alrededor de una hora sirvieron para ver el potencial de estos chicos sobre el escenario y la facilidad para transportar al directo la enorme versatilidad y los numerosos matices de su música. Nos cautivaron a todos con una actuación soberbia. Una soberbia que supieron mantener del principio al final de la actuación, además de saber a la perfección cómo levantar por completo a todo el público. Apuesto que el amor fue recíproco. Impresionantes.
Aunque los tres encargados de abrir la velada fueran de altura, no nos vamos a mentir, una de las mayores atracciones, uno de los platos fuertes de la noche eran TROUBLE, que en la Ciudad Condal arrancaban su gira europea. Primera de dicha gira pero eso sí, apuesto que la más especial. Una gran atracción a pesar de los temores que hubo con su último disco respecto a los cambios de formación, manteniendo el gran combo guitarrero que forman Rick Wartell y Bruce Franklin con la incorporación de Kyle Thomas a la voz, Mark Lira a 
la batería y la última incorporación, Rob Hultz, al bajo. Con una carpa ya a rebosar de gente ansiosa por ver a estos veteranos del Doom más tradicional, con gran aroma Heavy como decía antes, TROUBLE salían al escenario encabezados por un Kyle Thomas que desbordaba pasión y ganas. Algo que mantuvo hasta el último momento y que, junto con una labor impecable, tanto a nivel cualitativo cómo en la forma en la que se adapta a la perfección a lo que requiere un grupo como TROUBLE, se ganó el respeto de los seguidores más escépticos. Mientras, Rick y Bruce atraían las miradas con esos riffs marca de la casa que plasmaban en todo momento su veteranía, por no hablar de los exquisitos riffs de raíz bluesera de Rick. La densidad estuvo presente en todo momento acompañada de la audible labor de Rob, su nuevo bajista, 
mientras que a nivel técnico sonaban también impecables. Dejaron ver su pesadez y calidad con clasicazos como «The Tempter», con el cual abrieron su actuación poniendo el listón muy alto. No bajaron el listón regalando a nuestros oídos títulos como el propio «Psalm 9» o los nuevos «Hunters of Doom» y «When the Sky Comes Down», de su recién estrenado álbum «The Distortion Field» (que, a pesar del tiempo, sigue siendo TROUBLE en estado puro). El público no dejó de corear todas sus canciones, pero si aún había algún escéptico se lo metieron en el bolsillo con clasicazos de la talla de «Endtime», de su debut, el cual precedía el final con «Sucker» (otra canción de su última obra). Mientras que pusieron el broche a una actuación de infarto con todo un imprescindible: «Revelation (Life or Death)». Forma insuperable de cerrar un concierto de esos que son imposibles de borrar de tu memoria.
Con una carrera musical que comenzó durante la década de los 70, los legendarios PENTAGRAM han pasado por todo: innumerables cambios de formación, desapariciones y resurgimientos, idas y venidas de Bobby Liebling con las drogas (más idas, eso sí). Con toda una extensa trayectoria plagada de altibajos, todos 
nos moríamos de ganas de ver a toda una leyenda viva como lo es Bobby y sus PENTAGRAM y, por qué no decirlo, también había curiosidad por ver al único frontman y eterno sobre el escenario, por ello quizás las expectativas no fueran demasiado altas… Y superaron cualquier expectativa, especialmente al ver la buena forma en la que se encuentra Bobby, tanto física como vocal, y ver que su peculiar interpretación es tan única y teatral como siempre, manteniendo 
intacto ese excéntrico carisma que siempre ha desprendido.
La banda (compuesta por el regresado y dinámico Greg Turley al bajo, Sean Saley a la batería y un enérgico Matt Goldborough a la guitarra, sustituyendo al gran Victor Griffin)se subió al escenario mientras sonaba una intro. Pocos segundos después Liebling subió al escenario con uno de sus singulares atuendos glam y sin dejar de hacer gestos obscenos. Empezaron fuertes con «Treat me Right», tema que abre su último álbum. Sin pausa siguieron con todo un clásico como «Forever my Queen». Es impresionante lo rockera y setentera que suena esta canción, y no solo en estudio, sino sobre las tablas. Mientras Turley no dejaba de moverse y animar a sus fans, el joven Matt hacía lo propio al otro lado del escenario con actitud y pose puramente rockera, manteniendo al público despiertos y sudando Rock n’ Roll de principio a fin. Uno a uno, con un inigualable Bobby al frente, siempre atrayendo todas las miradas, dejaron caer 
temas como «Sign of the Wolf (Pentagram)» o la imprescindible «Review your Choices», con un público completamente loco, que no paraba tampoco ni un segundo. Todo el público era headbanging y puños en altos, hasta «crowdsurfing». Pero la carpa retumbó aún más cuando sonaron canciones como «When the Screams Come», de aquel genial segundo disco «Day of Reckoning» (sorprendentemente, no cayó el tema homónimo de este álbum). Casi una hora de actuación la banda se marchó unos minutos del escenario para regresar con dos ases bajo la manga. Comenzaron los bises con «Be Forewarned», con la que el público allí congregado prácticamente llego al clímax. Pero el suelo se movió bajo nuestros pies con el broche final, que llegó en forma de un apoteósico «20 Buck Spin». No me cansaré de decirlo, el carisma de Bobby es impresionante. Es más, Bobby en sí es el mito. Y aquella noche el y sus PENTAGRAM trajeron aún más a la vida a la leyenda viva que son. Hicieron historia dentro de nuestras fronteras como lo han hecho en la música.
Evento histórico, épico, al igual que las dos bandas que lo encabezaban. Dos bandas sin las que no se podría concebir la historia del Doom Metal. Una de esas citas que perduran eternamente en la memoria de los afortunados que estuvieron presentes.
