Tras lanzar su primer álbum directo hace escasas semanas, ahora OTEP, liderados por Shamaya, lanzan su último disco tras una década de sólida trayectoria, «Hydra». Como todos sus seguidores sabréis, Shamaya no es tan solo vocalista y compositora, sino que es una gran activista y también aficionada a otras ramas artísticas como es la pintura y la escritura, tal es así que este nuevo disco se basa en el concepto de una novela que la artista lleva dos años escribiendo.

Es un concepto centrado en la psique de una chica corrompida por el mundo, por un entorno enfermizo, en el que destacan las metáforas y el uso de recursos literarios, a pesar de tratarse de un CD. Sin duda, Shamaya ha conseguido crear una novela sónica manteniendo ese halo poético que siempre ha caracterizado al grupo. Ha logrado llevar su novela a la música a la perfección. Ha transportado su literatura a la música a la que nos tienen acostumbrados OTEP.

Empezando con la intro «Rising», casi instrumental en su totalidad (el álbum termina igual, con el outro “Theophagy“), después nos llega el fiero y potente medio tiempo «Blowtorch Nightlight» en el que, como siempre, destaca la brutal voz de Shamaya, tan característica como siempre. Dicho esto, lo cierto es que en este trabajo abundan los medios tiempos y la voz más agresiva de Shamaya, aunque en canciones como «Quarantine» descarga esas voces más melódicas que pareen verdaderos tormentos del alma y lamento, crudos lamentos que se convierten en, prácticamente, agresivos susurros. Aunque, siguiendo con la tradición de plásticos como su anterior «Atavist», también hay voces habladas, como en el interludio «Voyeur» (y, dicho esto, también hay más interludios como el instrumental llamado «Hematopia»). También hay momentos para descargar toda tu ira con la tralla de cortes como la enorme «Hag», con esos riffs tan densos 100% Nu Metal (aunque en esta placa hay también alguna que otra pincelada de Metal Industrial). Esos riffs tan contundentes que parecen retumbar dentro de ti.

 

Siempre he creído que la contundencia, seguridad, firmeza y, sobretodo, honestidad de OTEP es arrolladora, y lo cierto es que en este plástico incluso se hace mayor, con unas letras mucho más trabajadas, personales, tan poéticas como siempre, describiendo una mente atormentada y totalmente corrompida por lo que nosotros mismos hemos creado, desafiándolo. Es la personalidad habitual de OTEP pero haciéndote pensar un poco más, con más solidez y variedad. Sin duda, OTEP se marcha por la puerta grande, dejando un gran legado tras de sí y una última placa impecable. Muchos grupos quisieran poder haber tenido la oportunidad de despedirse de una forma tan digna y sin haber perdido un ápice de su esencia, de eso que les ha hecho ser quiénes son y por lo que serán recordados por sus seguidores.

 

Victory Records (2013)

Puntuación: 7,5/10

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

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