KREATOR + MORBID ANGEL – Sala Salamandra 11/11/2012
El pasado domingo 11 de noviembre los metaleros barceloneses tenían una cita ineludible en la Sala Salamandra con el Thrash y Death Metal. Y es que se dejaban caer en la sala de Hospitalet nada menos que los jóvenes FUELED BY FIRE, los veteranos y técnicos NILE, todo unos abanderados del Death Metal (aunque últimamente precisamente se hayan apartado de ese camino) como son MORBID ANGEL y los thrashers germanos KREATOR. De hecho, tan atractivo era el cartel que, a pesar de ser domingo y de las otras fechas que habían tenido en nuestro país, que las entradas llevaban ya varios días agotadas, aunque algunos se aventuraron a acercarse a la sala sin entrada para ver qué tal los astronómicos precios de la reventa.
Como era de esperar, la cola incluso una hora antes de que abrieran puertas era considerable, y no hacía otra cosa que llegar gente. Tal es así que el gentío dentro de la sala antes del inicio de la actuación de FUELED BY FIRE llenaba prácticamente todo el recinto. Y, mientras todavía iba llegando gente, los californianos salieron al escenario con ganas y presentándose en español para comenzar su corto set con «Rising from Beneath», de su último «Plunging into Darkness». Tampoco faltaron trallazos como «Within the Abyss» o «Unidentified Remains». Lo cierto es que fueron todo auténticos trallazos, puro ataque Thrash sin miramientos y casi sin pausa, aparte de las habituales palabras cordiales hacia el público. Un público que, por cierto, a pesar de ser abundante, no se mostró demasiado entregado a la implacable actuación de los yanquis. De todas formas ellos siguieron con pasión dejando caer «Dreams of Terror», de su álbum debut o la potente «Thrash is Back». Finalmente se despidieron del público catalán (aunque parecía haber asistentes de toda la geografía española) con «Eye of the Demon». A pesar de los esfuerzos de su frontman por animar al público, este se mostró distante, algo injusto ante la buena actuación de FUELED BY FIRE en la que no dejaron de descargar tralla. Sin duda, una de esas bandas que gana en directo, sobretodo en intensidad. Concierto corto pero intenso, ideal para ir caldeando el ambiente.
Si ya con FUELED BY FIRE nos resultó tarea imposible acercarnos al foso a hacer buenas fotos, no hablemos de cómo se encontraba la sala en el momento de la actuación de NILE, que venían a presentarnos su último «At the Gate of Sethu». Sin duda, teniendo en cuenta el enfoque más directo y brutal de esta última obra, muchas de sus canciones podrían funcionar muy bien en directo. Y así lo dejaron claro con «Supreme Humanism of Megalomania» hacia el final del repertorio porque, sorprendentemente, ese fue el único tema que NILE tocaron de su más reciente disco. Parece que querían satisfacer a sus seguidores, y desde un inicio con la brutal «Sacrifice unto
Sebek» lo lograron, metiéndoselo en el bolsillo desde el primer instante, animando al público con tan solo un tema como no lo habían conseguido los californianos en todo su concierto (corto, eso sí). Con dos grupos todavía por tocar, los de Karl Sanders tenían poco tiempo, así que quisieron aprovecharlo al máximo y dar lo mejor de sí, tanto en técnica, brutalidad y profesionalidad como en selección de cortes, y no dudéis que lo hicieron. En los (aproximadamente) 45 minutos de su actuación no dieron tregua y repasaron toda su trayectoria descargando sin piedad títulos como «Kafir!», la densa y añeja «Sacorphagus» o «Ithypallic», para después despedirse de su público con la arrolladora «Black Seeds of Vengeance». Una forma de cerrar su impecable concierto por todo lo alto, posiblemente con su mejor exhibición de brutalidad y técnica. La precisión instrumental por parte de absolutamente todos los miembros del combo fue excelente. Un concierto en el que no les hizo falta interactuar demasiado con el público porque el público se entregó a ellos y a su calidad desde el momento en que pisaron el escenario. Teniendo poco tiempo por delante, se centraron en su música y en dejar el mejor concierto posible, y así lo hicieron. Lo cierto es que NILE nunca han sido santo de mi devoción, pero parece estar comprobado que es imposible que defrauden en directo.
Y por fin llegó el momento que, personalmente, con más ganas esperaba desde hacía semanas, incluso meses, sobretodo después de pasar tiempo mirando setlists y viendo que de su último disco apenas tocaban dos canciones. Sí, por fin volvían a pisar nuestro país de gira MORBID ANGEL, y ahora podríamos verlos, aparte de con nuevo álbum, esa aberración infernal titulada «Illud Divinum Insanus», con el guitarrista Destructhor (quizás lo conozcáis por formaciones como ZYKLON) y el batería Tim Yeung, cubriendo el puesto del lesionado, y apuesto que anhelado, Pete Sandoval. Pero presentaciones aparte, los míticos death metaleros se plantaron sobre el escenario (afortunadamente sin Vincent embutiendo sus firmes pectorales en estrafalario-satánicos atuendos de vinilo) para empezar a dar cera nada menos que con «Immortal Rites» (ya sabéis, de su impecable debut, «Altars of Madness»). Empezando así la cosa pintaba bien, de hecho siguieron por ese buen camino, puesto que el siguiente corte en sonar fue incluso mejor que el anterior, la densa y contundente «Fall from Grace». Después cayó «Rapture» para ser seguida de la mítica e imprescindible «Maze of Torment», seguida de «Sworn to the Black». A este ritmo el público se volvió loco rindiéndose a tal retahíla de clásicos… Hasta que llegó el momento que todo el mundo quería evitar, cuando les tocó el turno de presentar algo de su último
trabajo. El primer título de su último disco fue «Existo Vulgoré», una de esas canciones mediocres, pero de Death Metal que hay en «Illud…» pero, como era de esperar, no fue una de las mejor recibidas, ni tampoco la siguiente, «Nevermore», aunque el ambiente tampoco decayó. Afortunadamente el trago pasó rápido y Vincent
y los suyos siguieron dejando buen sabor de boca con pistas como «Chapel of Ghouls». Lo cierto es que fueron numerosos los guiños a su primer disco, algo que a buen seguro agradecieron todos sus seguidores, y de hecho lo demostraron con una calidísima recepción. 
Tampoco faltó algo de la época sin Vincent, como «Bil Ur-Sag», pero después volvieron a «Covenant» para rescatar «God of Emptiness»,
posiblemente una de las canciones más asfixiantes con las que nos obsequiaron. Finalmente, tras más de una hora de un gran concierto compuesto por grandes clásicos, cerraron con el mítico «World of Shit». Gran concierto, sin duda, tampoco hicieron falta demasiadas palabras para que el público demostrara su entusiasmo ante tan buena actuación y, sobretodo, ante tal arsenal de clásicos que los yanquis llevaban escondidos bajo la manga.
Tras una larga pausa de cerca de media hora, llegaba otro de los platos fuertes de la noche y la banda cabeza de cartel. Si en la sala con MORBID ANGEL no cabía ni un alfiler, hacia el final del concierto la gente se agolpaba incluso en las escaleras. Con un telón blanco, aparecían diversas proyecciones mientras sonaba la versión de Johnny Cash de «Personal Jesus» a modo de intro. Y finalmente, ahí estaban KREATOR, descargando toda su furia en forma de Thrash Metal con la canción que da nombre a su último disco, demostrando
la potencia y agresividad que tienen temas de su último «Phantom Antichrist», como lo reafirmaron también con una de las más bestiales de esta última obra, «From Flood into Fire». El público comenzó a mover la cabeza y a hacer mosh sin parar desde que sonaron los primeros riffs de la banda, pero KREATOR es una formación que no deja de maquinar clásicos, de crear himnos atemporales sin importar la época en la que se hagan. Un ejemplo de ello es «Enemy of God», que hizo que el suelo de Salamandra temblara. Tras el, otro clásico de la misma talla, «Phobia». Sonido excelente, precisión y tablas, sin duda, y entrega igual de excelente, con la banda sin dejar de moverse por el escenario, además de un Mille que no dejó de derrochar palabras de agradecimiento a todo el público allí congregado, logrando caldear todavía más el ambiente y que toda Salamandra se convirtiera en una enorme fiesta thrasher.
Y tras «Phobia» la gente siguió enloqueciendo con «Hordes of Chaos». Comienzo melódico para dar paso a la tralla 100% KREATOR, a una batería arrolladora por parte del incansable Ventor y ese estribillo casi pegadizo que los asistentes no dejaron de cantar. Todo 
como la seda hasta que, de repente, hay un apagón. Un apagón que la gente se toma a risa, hasta que van pasando los minutos. Silbidos, vitoreos a la banda. Un calor asfixiante inunda la sala en la que nos encontrábamos alrededor de mil personas, mientras dos coches de policía que se encuentran en la puerta creen que se supera el aforo. Y los minutos siguen pasando hasta que, tras después de nada menos que media hora, «se hizo la luz» (sí, en esta ocasión literalmente). Muy triste que se tengan qué ver cosas como estas en una sala que, supuestamente, está equipada y más que preparada para eventos como estos. Esperamos que KREATOR no se marcharan con mal sabor de boca, y seguro que no lo hicieron con respecto al público, ya que estuvo entregadísimo, pero sí que Mille dedicó con un gran «fuck you» y el siguiente corte, «Extreme Aggression», a la sala y a los promotores, por supuesto, también diciendo que jamás volverían a tocar ahí. Todo siguió con normalidad, como si nada hubiera pasado, con una enorme entrega por parte de público y grupo. Y entre un éxtasis eterno llegó «People of the Lie», seguida de un nuevo corte y de los mejores de su último álbum, sin duda, «Death to the World». Después volvieron a «Coma of Souls» para regalar a nuestros oídos la canción que da nombre al disco y unirla con «Endless Pain» (lo cierto es que a esas alturas del concierto servidora ya ansiaba por escuchar algo de su debut). Tras este combo volvieron a enloquecer al público de la Ciudad Condal al volver al pasado con «Pleasure to Kill».
Tras algunos minutos, al escuchar «The Patriarch» ya todos enloquecíamos al saber lo que ahora nos esperaba (y lo cierto es que, de aquí al final, fue el verdadero nirvana para los amantes de KREATOR, una ristra de temas que son el auténtico clímax, la locura máxima), uno de sus himnos por excelencia, «Violent Revolution». Después llegó «United in Hate» y tras el, un tema dedicado a todos los «rip off» de la escena y de la música en general, «Betrayer». Tal fue la locura que era prácticamente imposible escuchar a Ville en el estribillo. Y también sabíamos lo que nos esperaba cuando Petrozza sacó al escenario (con una decoración excelente) una gran bandera de la banda: «It’s time to raise the flag of hate». Y
empezó a sonar «Flag of Hate» tras Petrozza hacer que el público gritara el título del corte y comprobar qué tal nuestras cuerdas vocales. Gran canción de su debut, la cual se unió con el otro único corte que faltaba por escuchar aquella noche, el implacable «Tormentor», donde el publicó se desgañitó por completo. Final apoteósico a una actuación prácticamente perfecta. Inyección de adrenalina en vena, de esas que te dejan con ganas de más. Chapeau por KREATOR, por su esencia, magnetismo y carisma (porque su buen hacer a estas alturas es algo más que indudable). Chapeau también por su facilidad para cambiar por completo el ambiente de la sala y convertirlo todo en diversión y ganas. Lo cierto es que consiguen algo que va mucho más allá de un buen concierto, y solo se puede vivir viéndolos en directo (así que si tenéis la oportunidad, no lo penséis dos veces).
Lo cierto es que el domingo iba predispuesta a enamorarme con MORBID ANGEL y quedarme indiferente con los teutones, pero lo que se vivió con KREATOR fue una auténtica fiesta, una verdadera locura (sobretodo, como he dicho, desde que sonara «Violent Revolution» y pusieran la guinda con «Tormentor»), con un Mille berreando como un poseso cada uno de los cortes. Hacía tiempo que no hacía headbanging de tal forma. De todas formas, todas las bandas fueron verdaderas triunfadoras en su propio campo. Una suerte contar en la escena con grupos así: buenos, con entrega y profesionalidad pero, por otro lado, lástima que hoy en día tengamos que encontrarnos también con problemas como el del apagón.
