IN SOLITUDE – The World. The Flesh. The Devil

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Tras el enorme álbum debut homónimo que estos suecos lanzaron en 2008, no creo que IN SOLITUDE necesiten presentación alguna. Y es que con aquel primer compacto demostraron ser una banda de Heavy Metal/Doom clásico cómo pocas se pueden encontrar hoy en día y, además, a pesar de que no lo parezca por sus influencias, producción, etc., se formaron en 2002.
3 años después de aquel primer trabajo ahora IN SOLITUDE regresan con "The World. The Flesh. The Devil", editado por su nuevo sello discográfica; nada más y nada menos que Metal Blade. Sin duda, un álbum esperado por los que quedaron encandilados con aquella obra homónima y que, tras darle varias escuchas, cumplirá (o incluso superará) las expectativas de todos ellos.

Tras el enorme álbum debut homónimo que estos suecos lanzaron en 2008, no creo que IN SOLITUDE necesiten presentación alguna. Y es que con aquel primer compacto demostraron ser una banda de Heavy Metal/Doom clásico cómo pocas se pueden encontrar hoy en día y, además, a pesar de que no lo parezca por sus influencias, producción, etc., se formaron en 2002.
3 años después de aquel primer trabajo ahora IN SOLITUDE regresan con «The World. The Flesh. The Devil», editado por su nuevo sello discográfica; nada más y nada menos que Metal Blade. Sin duda, un álbum esperado por los que quedaron encandilados con aquella obra homónima y que, tras darle varias escuchas, cumplirá (o incluso superará) las expectativas de todos ellos.

En este trabajo siguen con la línea de su antecesor. No puedo decir que hayan mejorado en exceso, ya que aquel primer compacto rozaba la perfección, pero sí puedo decir que han mejorado en un aspecto que, yo personalmente, eché de menos en aquel «In Solitude», y es que esta vez la producción va acorde con su actitud, sentimiento y sonido. Esta vez han optado por una producción mucho más ochentera, éso sí, da el sonido adecuado a cada instrumento sin que suene borros, en algo se tienen que notar los medios con los que contamos hoy en día, pero no ha restado feeling a esa música tan llena de emociones que descargan los suecos, sino todo lo contrario.

Y es que, esta vez, han producido el álbum en los nuevos estudios de Nicke Anderson y la producción ha corrido a cargo del afamado batería y productor Fred Erstby quién, a pesar de ser más conocido por el Death Metal, creo que sabe a la perfección cómo capturar el sonido de bandas cómo IN SOLITUDE.

Yendo al sonido del grupo, continúan con esa mezcla entre Heavy Metal y Doom, con una enorme influencia de MERCYFUL FATE, incluso a las voces, aunque Pelle, obviamente, no tiene tanto «falsete» y tiene un tono de voz más grabe que el de King Diamond. En esta onda, también encuentro cierto rollo a lo CANDLEMASS, especialmente en algunas atmósferas realmente lúgubres y, también, en algunas voces. A peasr de ello, Pelle tiene su propia forma de cantar y encaja a la perfección con este estilo.
Por otra parte, parecen mezclar lo mejor del Heavy Metal de varias escenas. Tenemos ciertos riffs (la verdad es que los riffs es de lo mejor del disco, todos ellos diferentes entre sí, con personalidad y pegadizos) a lo NWOBHM o, más concretamente, que podrían recordarnos a IRON MAIDEN (un ejemplo de ello podría ser el corte «Serpents are Rising). Pero hablando de NWOBHM, también podemos notar algo de feeling ANGEL WITCH. Por otro lado, también toman lo mejor de la escena Heavy Metal de Suecia de principios de los 80, de la NWOAM a lo MANILLA ROAD (incluso nos topamos con ciertos tintes épicos, aunque sútiles y poco habituales). Y, finalmente, también podemos distinguir algunos pequeños toques de Power/Speed Metal americano. Todo esto no es nada nuevo en ellos, pero esta vez incluso han incluído ciertos toques de Black Metal o algunos matices que podrían recordarnos a bandas cómo HELLHAMMER, algo que tan solo refuerza esa importante atmósfera que siempre mantienen de la primera a la última nota.
Todos estas inspiraciones que no son sino lo mejor de cada casa, solo IN SOLITUDE saben mezclarlas de forma que quede personal y, sobretodo, con unos ambientes que pocas bandas logran y, ésto, hace que su sonido sea realmente expresivo, con muchísimo sentimiento. Por no mencionar, que todo está envuelto por una especial melodía, y una prueba sonora de esto bien puede ser «To her Darkness», el tema más melódico, fácil de digerir y pegadizo del plástico, con un ritmo y estructura bastante sencilla lo cual es, también, un ejemplo de sus grandes composiciones.

En el campo compositivo, han incluso mejorado su receta, madurando esas estructuras complejas (pero no penséis en cosas técnicas o progresivas) y tan dinámicas que, entre otras cosas, hace que cada tema sea realmente interesante y ameno. Porque, cómo ya sabéis, estos chicos descargan idea brillante tras idea brillante de una forma absolutamente natural, en la que todo fluye por sí solo.
En esta ocasión también parecen haberse centrado en la voz, siendo mucho más variada, tanto en el balance entre tonos más graves y algunos más agudos (aunque en ese aspecto no encontramos realmente una gran diversidad), cómo en mezclar eso con algunas guturales que dota de más impacto al resultado final.

Cómo podréis imaginar tras leer ésto, no hay nada de repetición en este compacto pero, al mismo tiempo, todo fluye por sí mismo y el resultado final es ameno y entretenido cómo pocos; hace que el oyente se enganche y esté interesado durante los 58 minutos que dura este «The World. The Flesh. The Devil». Además, a pesar de las influencias clásicas, algo que también demuestran con sus letras, títulos, imagen, etc., no se puden decir en absoluto que es uno de esos grupos que intenta copiar sino que, de su amplio abanico de inspiraciones, escogen lo mejor de cada una para crear su propio sonido. Ese sonido oscuro y cautivador. Ese que nos fascinó en su anterior compacto y que incluso han mejorado en este nuevo.
El sonido IN SOLITUDE.

Metal Blade (2011)
Puntuación: 9,5/10

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