Si algo está claro es que Suecia es un país especialmente potente para todo lo que tenga qué ver con el Rock, ya sea Death Metal o Sleaze.
THE POODLES no son otra cosa que uno de los tantos ejemplos que encontramos, y más concretamente dentro del Hard Rock, algo que parece ser original, ya que todos sabemos que, desde hace algunos años, en Suecia, más que un resurgir del Hard Rock o AOR, hay una oleada de Sleaze/Punk Rock. Y, si hay otra cosa clara, es que estos tíos han tenido un abrumador éxito desde su debut con “Metal will Stand Tall”. Desde entonces han hecho extensas giras, compartido escenario con bandas de renombre, estado en la cima de diversas listas de éxitos, etc. Sin duda, una relativamente corta trayectoria plagada de éxito.
Ahora lanzan su primer trabajo de estudio con Frontiers Records pero que es el cuarto de su carrera, “Performacracy” (sí, un curioso juego de palabras muy bien escogido), aunque con el afamado sello italiano el pasado año ya editaron un álbum en directo y un DVD. " />

THE POODLES – Performocracy

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Si algo está claro es que Suecia es un país especialmente potente para todo lo que tenga qué ver con el Rock, ya sea Death Metal o Sleaze.
THE POODLES no son otra cosa que uno de los tantos ejemplos que encontramos, y más concretamente dentro del Hard Rock, algo que parece ser original, ya que todos sabemos que, desde hace algunos años, en Suecia, más que un resurgir del Hard Rock o AOR, hay una oleada de Sleaze/Punk Rock. Y, si hay otra cosa clara, es que estos tíos han tenido un abrumador éxito desde su debut con “Metal will Stand Tall”. Desde entonces han hecho extensas giras, compartido escenario con bandas de renombre, estado en la cima de diversas listas de éxitos, etc. Sin duda, una relativamente corta trayectoria plagada de éxito.
Ahora lanzan su primer trabajo de estudio con Frontiers Records pero que es el cuarto de su carrera, “Performacracy” (sí, un curioso juego de palabras muy bien escogido), aunque con el afamado sello italiano el pasado año ya editaron un álbum en directo y un DVD.

Si algo está claro es que Suecia es un país especialmente potente para todo lo que tenga qué ver con el Rock, ya sea Death Metal o Sleaze.
THE POODLES no son otra cosa que uno de los tantos ejemplos que encontramos, y más concretamente dentro del Hard Rock, algo que parece ser original, ya que todos sabemos que, desde hace algunos años, en Suecia, más que un resurgir del Hard Rock o AOR, hay una oleada de Sleaze/Punk Rock. Y, si hay otra cosa clara, es que estos tíos han tenido un abrumador éxito desde su debut con “Metal will Stand Tall”. Desde entonces han hecho extensas giras, compartido escenario con bandas de renombre, estado en la cima de diversas listas de éxitos, etc. Sin duda, una relativamente corta trayectoria plagada de éxito.
Ahora lanzan su primer trabajo de estudio con Frontiers Records pero que es el cuarto de su carrera, “Performocracy” (sí, un curioso juego de palabras muy bien escogido), aunque con el afamado sello italiano el pasado año ya editaron un álbum en directo y un DVD.

Quizás a algunos, con su anterior “Clash of the Elements” les dejara algo frío, pero lo cierto es que me atrevería a decir que con esta nueva entrega superan absolutamente todas las expectativas. Y es que puede que se trate de su mejor disco hasta ahora, aunque sé que el impacto, repercusión de “Metal will Stand Tall” es difícil de superar, ya que algo que pasa de lo simplemente musical es prácticamente imposible copiarlo.

Lo que me llamó primero la atención de este nuevo lanzamiento es que tiene innovación, y es algo que dejan ver desde el primer segundo de “I Want it All”, el corte que abre el redondo, ya que comienza con una introducción de sonido árabe que continúa presente cuándo descargan toda su potencia que se mezcla con agradables guitarras clásicas. Sin duda, el título de esa canción también ha sido muy bien escogido, ya que parecen estar en el camino adecuado para conseguir lo que quieren, y todo apunta a que lo están logrando.

Pistas cómo “Father to a Son” muestran un sonido más pesado y moderno, con peculiares efectos a la guitarra y ritmos personales. En esta canción en concreto hay que destacar la base rítmica, que la hace sonar especialmente potente y gruesa, otorgando de esa forma ese sonido moderno que mencionaba. Pero todo eso sin olvidar algo que es ya el sello de la casa; los enormes estribillos en los que suelen reinar coros no menos pequeños. Sin duda, un estribillo alegre que es imposible no corear y, sobretodo, que carga las pilas. Aunque tampoco se puede obviar un gran solo de guitarra que encontramos en ella, de hecho las guitarras son, tanto las clásicas cómo las eléctricas, una de las grandes protagonistas de esta “Father to a Son”, tanto por los alegres riffs, algunos pequeños solos (sí, más de uno en un mismo corte) y, en general, la forma tan personal de utilizar las 6 cuerdas que encontramos en este título.
Simplemente, sublime. Podría haber sido perfectamente el primer single del redondo en lugar de “Cuts Like a Knife”. Está cargada de sentimiento y tiene una fuerza y enganche que pocas veces he visto. Aunque no hay que desmerecer el que han escogido cómo primer single, ya que tiene muchísima potencia, exactamente igual que la voz de Jakob, ya que en esta canción hace una de sus mejores demostraciones vocales dentro del compacto.

Lo cierto es que la pesadez guitarrera parece apoderarse en ocasiones de este redondo, cómo por ejemplo dejan ver claramente al inicio de “I Relieve in Your”, dándole un aire casi stoner y, de nuevo, un sonido general bastante moderno. Recalcar que, afortunadamente, en esta pista el bajo es bastante audible, algo que encaja perfectamente con el sonido general del tema. Un medio tiempo dónde la base rítmica vuelve a ser deliciosa y dónde destaca ese sonido más pesado que crea la perfecta combinación entre las guitarras y las 4 cuerdas. Una lástima que no lo repitan más ya que, además, contrasta de una forma deliciosa con sus habituales estribillos tan pegadizos y melódicos.

Es un plástico cargado de ritmos fáciles, alegres, pegadizos y rápidos aunque, por supuesto, no pueden faltar baldas tan emocionales cómo “As Time as Passing”; una preciosa balada casi acústica pero con mucho sentimiento y a la que no le falta fuerza. Quizás, viendo todo el potencial del álbum, podrían haber hecho algo más sobrecogedor, y quizá la voz tan aguda de Jakob en esta ocasión suene a falsete (o quizás no sea necesario que cante tanto rato en una nota tan alta, contrastes entre varios registros podrían haber dado más riqueza a un precioso tema que se apoya, sobretodo, en los coros), pero en absoluto se trata de un mal corte.

Para contrastar, también nos topamos con temas de un sonido más grave, pesado y con un ritmo sucio y macarra cómo “Action!”, en la cuál sorprende la capacidad que tienen para hacer que su sonido transmita a la perfección sus letras. Es una gran enorme habilidad que no se encuentra a menudo.
Otro gran medio tiempo es el emotivo “Into the Quiet Night” dónde, una vez más, reinan unas grandes guitarras y una atmósfera que transmite un sentimiento de soledad y que le van cómo anillo al dedo esos nostálgicos coros en el no menos nostálgico estribillo.

Por supuesto, la enorme producción juega un papel muy positivo en este plástico y suma puntos a favor, ya que tras ella hay una gran labor por crear un sonido totalmente cristalino pero poderoso, que nos hace llegar a la perfección no solo la música de la banda con cada pequeño detalle, sino también el enorme sentimiento que se esconde tras ella.

Fuerza y sentimiento son, sin duda, las dos palabras que describen mejor esta obra impecable en todos los aspectos, y eso es algo que no se puede decir de muchos lanzamientos de hoy en día.
Es un disco al más puro estilo THE POODLES pero incorporando algunos detalles nuevos. A decir verdad, el único defecto que se le puede encontrar es que, a pesar de que en cada pista haya un nuevo detalle, puede terminar siendo un CD algo lineal para los que no estén acostumbrados a la banda o que no sean muy amigos de este género. Pero, sin duda, para los fans será una auténtica obra maestra.
Y es que incluso a mí, que nunca he sido una gran seguidora de los suecos (a pesar de ser una amante de este estilo), me parece, simplemente, una delicia.

Frontiers Records (2011)
Puntuación: 9/10

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