BLUES PILLS – Lady in Gold
No voy a hacer ninguna presentación de BLUES PILLS, porque lejos ha quedado ya aquella banda modesta que lanzó hace algunos años un EP titulado “Devil Man”. Su fama ha crecido como la espuma, y te los puedes encontrar tanto en radios comerciales como en grandes periódicos o cualquier portal de Metal o Rock. Pero sí diré que tenía ya muchas ganas de escuchar su segundo álbum, precisamente por toda esta fama y reconocimiento cosechado en tan poco tiempo. La pregunta típica, ¿sonarán más comerciales? ¿Seguirán cautivándome? Desde que lanzaron el single “Lady in Gold” prácticamente no he escuchado otra cosa, he desarrollado una extraña adicción por un tema que, en las primeras escuchas, fue una triste decepción. Me parecía un tema comercial, sin emoción… Pero crece con las escuchas. Así que llegó el momento de escuchar entero este “Lady in Gold”, y con ningún tema sentí a la primera escucha otra vez esa sensación de decepción, sino todo lo contrario.
Lo primero que pensé fue… ¿Cómo voy a reseñar esto? El disco tiene tantos matices, tantas inspiraciones diferentes, tantos matices y texturas en cada tema, en ocasiones tan alejados del Rock, que parece imposible hacer una crítica concisa y que pueda transmitir al lector la riqueza musical que tiene este redondo. Temas como el mencionado single “Lady in Gold” son ese Blues Rock con la maravillosa voz de Elin que ya descargaron en su debut. “Little Boy Preacher” es otra pista rockera con muchos toques de los 70 y 60, con pasión y giros en ocasiones casi psicodélicos. Y brilla el gran elemento que han incorporado en este álbum; unos coros femeninos casi Gospel que le dan mucho toque Soul al compacto. “Burned out” es un tema cálido e íntimo muy Blues, con aroma americano y una potente voz de Elin. Porque no me cansaré de decirlo, es una vocalista brillante: tiene una voz muy gruesa pero también melódica, suave y bella en las baladas, con mucho de Soul y Funk y una capacidad abrumadora para variar registros en cuestión de segundos. Además tiene pasión, y no hay otro tema mejor para verlo que “I Felt a Change”, una balada de piano y voz donde se luce por completo. Una balada llena de emoción, de esas que te erizan el vello, y una personalidad única, pero siempre llevándonos a décadas pasadas. “Gone so Long” sigue con mucha atmósfera, un sutil toque oscuro y ligero aroma americano, y una atmósfera in crescendo que culmina con un poder enorme, una marcada base rítmica y una guitarra demencial que derrocha pasión. Es una de esas canciones que te mantiene intrigado y enganchado. De hecho la dinámica composición es otro gran punto a favor de esta placa redonda donde la interpretación musical es impecable. “Bad Talkers” es un tema puramente sesentero, con mucho boogie, ritno, y de nuevo esos coros Gospel que lo hacen grande. Una de las canciones más desenfadadas y distendidas del disco. “You Gotta Try”, por otro lado, tiene un toque FREE con un sonido más denso y un ritmo marcado y seductor, riffs lánguidos de regusto yanqui y mucho fuzz. De nuevo, grandes coros en el enérgico estribillo. Vamos entrando en la recta final con “Won’t go Back”, otro tema rápido, distendido, con una potente base rítmica y mucha distorsión que le da a la pista un toque más grueso. “Rejection” vuelve a esa percusión tan sesentera en combinación con unas teclas que crean mucha atmósfera y te trasladan a carreteras solitarias rodeadas de desierto. Otro tema muy directo. Y el broche final llega con “Elements and Things”, una pista al estilo de la última, con teclas, un enfoque más directo y mucha potencia y energía. Con una interesante estructura que parece va in crescendo, pero nunca termina de estallar, y ese es precisamente el elemento más singular de este corte, y que te mantiene enganchado en todo momento, sin distraer tu atención.
Creía que BLUES PILLS no superarían su disco debut. Pero lo han hecho con creces. Especialmente a nivel compositivo. Han creado un álbum muy variado, en el que cada pista tiene su propia identidad y en el que encontramos incontables inspiraciones musicales. Siempre de las décadas de los 60 y 70, pero sin limitarse, de hecho parece que se expanden cada vez más. Y lo hacen con algo que muchas bandas con una buena composición e interpretación olvidan: con pasión y emoción.
Nuclear Blast (2016)
Puntuación: 9/10