MARDUK – Frontschwein
El batallón sueco MARDUK saca los tanques y regresa al campo de batalla con toda su artillería dispuesto, una vez más, a crear un holocausto sónico, a repartir metralla a diestro y siniestro sin piedad. Y lo hacen con una nueva táctica llamada «Frontschwein». Se trata de un nuevo álbum basado en la Segunda Guerra Mundial. Un nuevo álbum con todas sus credenciales bien claras, con su maquinaria, como siempre, perfectamente engrasada, lista al máximo, para destrozar algunos tímpanos y romper algunos huesos.
Creo que a estas alturas de su carrera podemos decir que MARDUK se identifican por dos cosas: su enorme calidad, álbum tras álbum, sin importar el line-up, y también por no romper nunca con su propia fórmula, lo cual crea discos en absoluto rompedores pero brillantes, uno tras otro, en cuanto a técnica y composición. Su tercer largo, quinto con Mortuus, no es una excepción, por lo que sus seguidores (como podríais preveer), estáis de enhorabuena.
El grupo sigue rápido, violento, pero también con varios temas lentos. Su nuevo batería, Fredrik Widigs, tiene pocos momentos para destacar, al igual que Devo, pero logran hacerlo en algunos cortes donde la base rítmica toma más protagonismo, (como en «Rope of Regret», donde especialmente Fredrik suena atronador, Devo se luce más en la variada pista, oscura y sombría, con infernales blastbeats, «Nebelwerfer»). Morgan es, junto a Mortuus, de lo mejor de MARDUK: sus riffs son brillantes, parece ser el elemento que guía y sobre el que se desarrolla todo su sonido, tampoco le falta personalidad, emoción y un interesante sentido de la melodía. Y Mortuus es, simplemente, una bestia. Uno de los mejores vocalistas dentro del Black Metal, no solo su versatilidad es muy interesante, sino que es una de las voces más corrosivas (y personales) dentro del género. Y uno de los grandes puntos a favor de la banda.
Como decía antes, los suecos saben muy bien como usar y sacar el mayor provecho de su propia receta, por lo que en este «Frontschwein» no podéis esperar nada rompedor, aunque sí algunos toques ligeramente diferentes, como algunos riffs de Morgan en el tema inicial, que es el que da título a la obra. Por este mismo motivo no se puede explicar demasiado de cada una de las canciones, a parte de momentos que destacan como en «The Blond Beast», un tema lento, aplastante y con mucho groove. Mortuus, como no, suena bestial, y los riffs también aportan una agradable variación. «Wartheland» es otro tema arrollador con unos riffs que son una auténtica ametralladora. Un corte pesado y potente, con unas voces que ponen la piel de gallina. Así, la placa va avanzando intercalando temas lentos y pesados con los habituales veloces y arrolladores puramente MARDUK. Y, aunque la primera mitad es más fuerte que la segunda (posiblemente debido a que, al mantenerse tan fieles a sí mismos, al final no se encuentra demasiada variedad entre los títulos), uno de los trallazos del plástico es el que lo cierra, «Thousand-Fold Death». Una forma exquisita de plasmar en un tema toda la agresividad desatada a lo largo de todo el plástico con un comienzo devastador que es puro caos sónico. En menos de cuatro minutos (otros temas del álbum son el doble de largos, y en más de una ocasión no saben aprovecharlo) combinan todo lo escuchado en el trabajo, con brillantes leads, solos con melodía y una base rítmica que crea un muro de sonido demoledor. Como siempre, Mortuus no deja de escupir blasfemia y veneno sin dejar títere con cabeza. Su voz es un instrumento igual de brutal que el resto. Todo acorde. Todo al mismo nivel y en la misma línea. Banda compacta y sólida como la que más. Con un sonido de producción brillante, raw y potente, como su música. Los arreglos, como siempre excelsos.
«Frontschwein» es MARDUK en estado puro. Mortíferos. Letales. Arrolladores. Perfecto equilibrio entre atmósfera y groove, entre brutalidad sin límites y melodía.
Century Media (2015)
Puntuación: 9/10
