ENTREVISTA: TIME RIFT: Ecos de desafío: Música, mitos y la lucha por la inclusión

Riffs brutales, letras míticas y voces sin complejos: esto es más que una entrevista; es una ventana al alma de Time Rift. Resurgiendo con fuerza tras la adversidad, esta banda de Portland canaliza luchas personales, reverencia por la ecología y una ardiente rebeldía en su próximo álbum, In Flight.
Desde romper barreras en un género dominado por hombres hasta infundir la música con el poder sanador de la naturaleza, la banda profundiza en temas que desafían las normas del rock y el metal. Domino Monet, la vocalista principal, habla de representación y vulnerabilidad; Terrica Catwood, batería, comparte su vida rompiendo las puertas del elitismo; y Justin Kaye reflexiona sobre conectar riffs con el Cedro Rojo Occidental.
Es rock ‘n’ roll en su forma más humana: crudo, real y profundamente conectado.
Sigue leyendo para descubrir cómo Time Rift transforma la rebeldía en inclusión, la introspección en himnos universales, y la energía cruda en paisajes sonoros atemporales.
-Hola, primero que nada, gracias por vuestro tiempo. ¿Cómo va todo en el cuartel general de Time Rift?
JK: ¡Hola, Tania y Queens of Steel! Gracias por tenernos aquí. Somos fans de QoS y apreciamos vuestro interés en Time Rift. Todo va lo mejor posible por aquí. Hemos estado esperando el lanzamiento de nuestro nuevo álbum, In Flight, ¡y ese día se acerca! El 17 de enero no puede llegar lo suficientemente rápido.
-Time Rift surgió de las cenizas de Doomsower con un sonido y una energía nuevos. ¿Cómo cambió esa transición vuestra visión artística, y cómo ha evolucionado vuestro propósito con In Flight?
JK: Veo que investigaste en Metal Archives… ¡ja! Esa era una banda que tenía con unos colegas entre 2008 y 2014. Fueron años de aprendizaje: qué funciona en el escenario, qué no, cómo comportarse como músico y no solo como fan. Todo eso fue crucial, y no sería quien soy sin esas lecciones.
Un poco de historia de Time Rift para dar contexto:
Cuando esa banda terminó, Time Rift nació con otros dos colegas. Fueron años simplemente «flotando», sin objetivos más allá de tocar algún concierto y pasarlo bien. Lo hicimos, pero llega un punto en que eso ya no es suficiente.
Terrica se unió a la batería en 2017 y grabamos nuestro primer álbum, Eternal Rock, entre finales de 2018 y principios de 2019. No queríamos ser otra banda que sube música a internet para que nadie la escuche. Las aspiraciones empezaron a crecer, y en 2020, en plena pandemia, Dying Victims Production nos ofreció un contrato. Eternal Rock salió y, post-Covid, tuvimos conciertos geniales y conectamos con otras bandas y personas increíbles.
Llegamos a 2023 y empezamos a finalizar In Flight.
No quería un álbum genérico de heavy metal o rock sobre chicas, alcohol, coches o política directa. Terrica y yo queríamos un disco de rock «pagano» o «de la naturaleza». Empezamos la producción, y luego nuestro cantante/bajista Levi dejó la banda.
Solo podía pensar en una persona para ocupar ese puesto: Domino Monet. Ya éramos amigxs, pero traerla y discutir ideas fue perfecto. Conectamos al instante. Así que, para responder: ¡años tocando sin propósito me han llevado a hacer justo lo contrario!
DM: ¡Qué curioso cómo funciona eso, ja, ja! Tuve la suerte de que me invitaran a unirme. Como dice Justin, me sumé cuando ya habían definido el concepto del álbum, así que mi objetivo artístico con In Flight fue honrar esa visión, siendo fiel a mi voz y mi proceso de composición, aunque eso difería un poco de los álbumes anteriores.
Estar en una banda es, en su mejor versión, un proceso colaborativo. Para mí, In Flight representa cuánto hemos crecido como máquina creativa colectiva. Cuando un álbum se sostiene por sí solo y se convierte en una entidad independiente, sé que hemos creado algo especial.
-Vuestra música lleva una energía cruda y desafiante. ¿Hay luchas personales o conflictos internos que hayan inspirado la intensidad de este nuevo álbum? ¿Cómo se traducen esas emociones al proceso de grabación?
DM: Gracias por esta pregunta. Yo lo veo así: si el objetivo es crear música que se sienta atemporal, las letras deben transformar lo personal en universal. Claro, hay conflictos internos y luchas personales que inspiran las letras, pero eso es solo el inicio.
Tiene que ir más allá de mi experiencia individual y volverse más «mitopoético» para tocar el corazón de la condición humana. Terry Tempest Williams tiene una gran cita sobre esto: «La creación de mitos es el ejercicio evolutivo de traducir verdades». Así que, básicamente, trato de traducir verdad en canción y mito moderno.
Creo que ese proceso se encarna realmente cuando tocamos en directo. Esa energía cruda y directa es inigualable, y trato de mantener vivo el recuerdo de cómo se siente para que se traduzca en las grabaciones.
JK: ¡Buena pregunta y Monet la ha clavado!
Yo, como acuario, estoy siempre en mi cabeza, pensando en cosas más grandes de lo que quizá son. Mi lucha es cómo expresar esos pensamientos con palabras. A veces lo que digo se queda corto, así que escribir ayuda.
A menudo, cuando pienso en un riff, estoy en la naturaleza. Paseando, caminando con mi perro o incluso en el jardín. Veo un árbol y pienso: «Vale, ¿qué riff haría este Cedro Rojo Occidental?» Y ¿cómo hago que a la gente que escucha rock le importe más la flora y fauna que les rodea?
-El rock ‘n’ roll siempre se ha asociado con la rebeldía, pero también tiene sus propias tradiciones y expectativas. ¿Cómo lidiáis con manteneros fieles a ese legado mientras desafiáis normas o estereotipos obsoletos?
DM: Creo que a veces, desafiar normas obsoletas no es ni intencional. La industria musical ha avanzado mucho, pero sigue siendo bastante misógina. Así que, por el simple hecho de ser una mujer en el escenario con un micrófono y algo que decir, ya estoy rompiendo ciertas normas.
En respuesta a esa misoginia, tomo la decisión consciente de apoyarme más en la vulnerabilidad y en una fuerza feroz que en el atractivo sexual. ¡Ojo, que ese atractivo sigue ahí! Pero la esencia es esta: me enamoré del rock ‘n’ roll porque fue uno de los primeros espacios donde vi a mujeres cabreadas, gritando y exigiendo ser escuchadas, en lugar de suplicar que las dejaran hablar. Ese es el espíritu rebelde que quiero preservar.
TC: Llevo 40 años tocando la batería y siempre he tenido que luchar contra la exclusión masculina en la escena. Aunque esperaría que eso cambiara con el tiempo, sigue muy presente. Lo he vivido con colegas, otras bandas y profesionales de la industria, como técnicos de sonido.
Cuando era más joven, esto me daba mucha rabia (¡ideal para canalizar en la batería!). Ahora sigo frustrada, pero me enfoco en lo que puedo hacer: tocar lo mejor posible y disfrutar. Eso ya es un acto de rebeldía, que conecta con la audiencia y genera un impacto, inspirando a quienes se sienten alienades en el género y cambiando percepciones.
JK: Todo lo que puedo añadir es que el rock ‘n’ roll es ser HUMANES.
Vivir, reír y amar a lo grande.
-Con Domino Monet como vocalista, ¿cómo ha cambiado la dinámica de la banda y abierto conversaciones sobre representación en géneros dominados por hombres?
DM: Mi presencia en la banda ha sido como un imán para otras mujeres y feminidades. Nos ven representadas en un espacio dominado por tíos y, espero, se sienten empoderadas para ocupar más espacio. Las conversaciones sobre representación no siempre son verbales. Muchas veces, basta con estar ahí y ser tú misma sin disculpas para inspirar a otres o hacerles cuestionar qué les está frenando.
TC: Domino Monet es una fuerza poderosa en la banda. No solo aporta una visión clara para las letras y voces, sino que conecta naturalmente con la audiencia. Antes no pensaba mucho en la importancia de las voces; me enfocaba más en riffs y grooves. Eso ha cambiado. Ahora pienso más en el conjunto y cómo impacta al público.
Además, me encanta que en la banda haya un espectro de feminidad y sexualidad. Abre la música a un público más amplio y rompe con la perspectiva monocorde del género, señalando que no es solo para un grupo selecto.
JK: ¡Me encanta tener a Monet como vocalista! La energía que aporta al escenario es inigualable. Creo que es genial compartir escenario con una voz tan potente. Y sí, la diversidad es el condimento de la vida. Me gusta pensar que Time Rift es una banda para quienes buscan algo más que «solo tíos».
– Canciones como «Thunder Calling» apuntan a comentarios sociales más profundos. ¿Podéis hablarnos de cómo las problemáticas globales o locales han influido en la composición de este álbum?
DM: ¡Gracias por la pregunta! Sin duda podríamos pasarnos el día entero hablando de esto, pero intentaré resumirlo:
Creo firmemente que como especie y como planeta estamos interconectades y somos ecofíliques, es decir, nuestra salud general, tanto mental como física, está profundamente unida a la salud del planeta y a nuestra coexistencia positiva con él. Esto no solo lo respalda la sabiduría indígena, sino también un creciente cuerpo de investigaciones empíricas. Así que vivir en un contexto como el actual, donde la deshumanización y la destrucción ecológica masiva son constantes, es profundamente angustiante. Antes mencioné que intento “convertir lo personal en universal” en mi proceso de escritura de canciones, y esta es una forma de hacerlo: considerando el impacto psicosocial y global de cualquier tema en cuestión. Para Thunder Calling, mi objetivo era evocar la increíble belleza que tenemos el privilegio de presenciar en este planeta cada día y plantear la pregunta: “¿Qué pasará cuando ya no podamos volver a casa en esta belleza? ¿Cuando el miedo a lo desconocido y lo salvaje sea tan voraz que silencie los llamados de la naturaleza? ¿Qué haremos entonces con ese silencio?”. De ese modo, Thunder Calling es tanto una oración como un llamado a la acción.
– La canción “Dancing With The Sun” evoca imágenes ligadas a la naturaleza. ¿Cómo influyen las preocupaciones ambientales en vuestro proceso artístico o en las decisiones al salir de gira?
DM: Todes en la banda somos personas muy de estar al aire libre, así que estamos profundamente conectades con la naturaleza a diferentes niveles, tanto individuales como espirituales. Esa conexión se refleja en cómo colaboramos para centrar elementos y fuerzas naturales como temas en nuestra música. Como música, no estoy separada de la música, y como humana, no estoy separada de la naturaleza. Así que esos tres elementos –música, ser y naturaleza– tienen una relación recíproca.
JK: Monet lo ha clavado. Estamos todes conectades. Y queremos llevar eso a nuestra música. ¿Cómo se combinan la portada, las letras y las composiciones? ¿Son una unidad o piezas separadas que chocan? Lo ideal es que trabajen juntes como un ecosistema bien equilibrado.
– Vuestro sonido conecta épocas, tomando inspiración tanto del hard rock de los 70 como del metal de los 80. ¿Cómo veis la música como un medio para conectar generaciones, y cómo influye eso en los temas de In Flight?
JK: Tocamos conciertos donde los “viejos” rockeros nos ven como un renacimiento de sus años 20. También tocamos para gente joven que solo ha oído hablar de Led Zeppelin o los Rolling Stones, pero nos ve como una puerta a algo más. Si puedes escuchar, sentir, ver o tocar, la música te moverá y conectará con otres. IN FLIGHT intenta tender esos puentes. Espero que nuestra canción I AM (THE SPEAR) despierte corazones paganos. Y también espero que DANCING IN THE SUN haga que la gente salga corriendo al aire libre.
DM: ¡Sí! ¡Lo que dijo Justin! Si nada más, espero que In Flight haga que la gente mueva la cabeza y salga a la naturaleza. Volviendo a la pregunta, por lo que he vivido, veo cómo la música, especialmente el rock ‘n’ roll, atrae a personas de todas las edades, estilos de vida y partes del mundo. Es importante para mí que cualquiera pueda disfrutar de nuestra música, desde niñes pequeñes hasta mayores. También es importante, como alguien con un escenario literal y figurado, usar esa plataforma para decir algo que importe. Me encantan las canciones de rupturas amorosas, pero no es lo que busco aportar al género en este momento. Para In Flight, queríamos canciones que evocaran los mismos miedos, deseos, ansiedades y asombro que los mitos, la literatura y las historias antiguas siguen despertando en nosotres miles de años después. Eso fue lo que guió los temas del álbum.
– Después de haber salido fortalecides del confinamiento global, ¿cómo profundizó ese momento vuestro vínculo con la música y el público?
DM: Por miserable que fuera, la pandemia dejó claro que hacer música es una necesidad, no un capricho. Músiques de todo el mundo de repente tuvimos tiempo de sobra para encerrarnos en nuestros sótanos y salones a practicar escalas o lo que fuera hasta quedarnos azules, pero siento que el verdadero impacto llegó cuando pudimos actuar de nuevo. Hubo un tiempo en que no sabíamos si podríamos volver a tocar en directo, así que cuando ese miedo se disipó y volvimos a tener gente en la sala compartiendo nuestra música, ahí fue cuando entendí realmente su significado. Es uno de esos casos de “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, y solo puedo decir que me alegro de que no se haya ido para siempre.
TC: El confinamiento global me dio un “ajuste de actitud” muy necesario. Mi conexión con la música no ha cambiado, pero mi conexión con el público se ha profundizado mucho. Siempre he sido una introvertida socialmente torpe, y antes me acercaba al público de una forma mucho más distante. Sentía un cierto derecho, como si elles tuviesen que venir y estar entusiasmadísimes con lo que hago, pero yo no tuviera que interactuar personalmente. Ahora me siento mucho más agradecida con el público y consciente de lo especial que es poder conectar a través de la música. Sin elles, no tiene sentido hacer esto.
JK: Mucho de lo que es IN FLIGHT germinó en esos años. Cuando pudimos empezar a tocar de nuevo, nos dimos cuenta de que queríamos divertirnos con intención. Quizás la pandemia nos dio el timón que necesitábamos para mantener el barco en rumbo.
– El rock y el metal a menudo tienen problemas de accesibilidad en sus letras e imágenes. ¿Qué hace Time Rift para que su música sea inclusiva y conecte con públicos diversos?
DM: ¡Me encanta esta pregunta! Hay tantas formas de aumentar la accesibilidad, inclusividad y diversidad en el rock y el metal. Algunas son menos tangibles pero igual de importantes, como escuchar música de épocas o lugares que no conoces y buscar artistas que no estén impulsades por las estructuras de poder dominantes. Hace poco me di cuenta de que me faltaban artistas indígenas americanes en mi colección, así que lo arreglé y descubrí un montón de bandas increíbles. Literalmente cualquiera puede hacer esto; solo tienes que mirar tu colección y preguntarte: “¿Qué voz falta aquí?”.
TC: Monet lo explicó de maravilla. En el proceso creativo, intento preguntarme: “¿Lo que estoy a punto de decir aporta algo bueno al mundo?”. A veces, eso puede ser algo tan simple como transmitir un mensaje universal de pasar un buen rato, algo que también puede unir a un público diverso. ¡Y eso es algo muy poderoso!
– Antes de acabar, ¿qué planes tenéis a corto plazo?
JK: Tenemos algunos conciertos locales en camino, incluyendo el show de lanzamiento del álbum, que será épico. Será parte rifa benéfica y parte concierto de rock. Más adelante, ¡Europa, allá vamos! Queremos tocar en todas vuestras ciudades.
– ¡Eso es todo por nuestra parte! Gracias por responder. Si queréis añadir algo más, adelante.
JK: ¡Gracias por hacernos preguntas tan interesantes y estimulantes! Siempre defiende la fe, ama a tu prójime y ¡primero la Tierra!