CRÍTICA: IMMORTAL BIRD – Sin Querencia
Sin Querencia es un torbellino de emociones y agresividad que demuestra la evolución de la banda dentro del metal extremo. Este disco, lanzado en 2023, es una descarga caótica que mezcla blackened death metal, sludge, grindcore y elementos progresivos para crear una experiencia tan abrasiva como emocional.
Desde el arranque, Sin Querencia establece un tono oscuro y visceral. La voz de Rae Amitay no es solo un grito, es un desgarramiento visceral que canaliza toda la rabia, el dolor y la desesperanza. La producción cruda acentúa el sentimiento de caos, pero lo mantiene lo suficientemente claro para que cada detalle sea audible: los riffs en espiral, los cambios de ritmo violentos y las baterías implacables. Canciones como «Plastered Sainthood» y «Ocean Endless” destacan por su agresividad y capacidad para integrar melodía en medio del caos.
Uno de los puntos más fuertes del álbum es su capacidad para mezclar diferentes géneros sin perder cohesión. Mientras algunas bandas que intentan fusionar estilos pueden perder su identidad, Immortal Bird lo hace de manera fluida, manteniendo una base de blackened death que sirve de ancla para los elementos progresivos y experimentales que van introduciendo. La composición es compleja y no se ajusta a una fórmula predecible, lo que hace que el disco sea interesante en cada escucha.
Sin embargo, Sin Querencia no es un disco fácil de digerir. La intensidad emocional y la mezcla de géneros puede ser abrumadora para aquellxs que no estén acostumbradxs a esta clase de experimentación dentro del metal extremo. Pero para lxs fans de la agresividad cruda y la exploración sonora, este álbum tiene mucho que ofrecer.
Immortal Bird ha parido un disco feroz, técnicamente impresionante y emocionalmente devastador, perfecto para aquellxs que buscan algo más que el típico death metal.
20 Buck Spin (2024)
Puntuación: 8,5/10