Nos encontramos ante el cuarto trabajo de IRON CURTAIN, esta banda murciana ya veterana, y donde nos vuelven a mostrar su aprecio por los estilos más underground del género, sin olvidar el clasicismo del Heavy Metal y las otras variantes con las que cuenta este álbum. El compacto se abre con «Wildlife», un tema que tiene ese saborcillo británico de unos TANK con la furia europea de unos KILLER belgas. Un buen arranque a piñón, con una buena dosis de riffs y donde, más tarda, una tanda de solos metalizados le da aún más energía y velocidad, al estilo de esas composiciones de los MOTÖR de los 90, pero sin salir de ese aura underground que mantiene el corte.

 

Le sigue «Stormbound», con una tendencia a la NWOBHM en cuanto a los primeros riffs, pero desemboca en una canción con una modulación vocal y un ritmo muy a los SINNER alemanes, con unos solos muy limpios y descaradamente heavies, y un espectacular pasaje al final, con la voz marcando el estribillo y por detrás un despliegue guitarrero excelente. «Rock Survivor» es la siguiente pista, y es una pasada. Es la definición de NWOBHM en estado puro. Un corte que, si se hubiera firmado en 1981, hubiera aparecido en cualquiera de aquellos recopilatorios de la época junto a himnos como «Heavy Metal Mania». Tiene el «feeling» ese rockero, protoheavy y bailable, sin olvidar la chulería y el tono vocal hecho a medida del tema y, por supuesto, un pasaje a lo IRON MAIDEN en medio y en el punto final, que es todo un homenaje. Por otro lado, en «Mad Dogs» el principio tiene un riff que, lo primero que se me viene a la cabeza, es la risa de OZZY en la canción «Miracle Man», porque tiene cierto parecido. Pero, dejando está curiosidad aquí, es un tema genuinamente Heavy, con todo lo que conlleva; unos riffs metalizados, coros muy ochenteros, y esos efectos especiales de sirenas de policía con un solo muy melódici/metálico. Es de esos cortes simples (sin serlo realmente) pero efectivo. Que gusta sí o sí y entra de lujo. «Danger Zone» tiene un inicio Hard melódico a estilo de unos TRIUMPH e incluso algo de SAVATAGE, luego el tema desemboca en una amalgama de sonidos, estrofas y estribillos muy asequibles, escuchables, y sin perder la fuerza, la melodía ni el buen gusto. A veces me recuerda a los MAMA’S BOYS; un buen tema que, sin perder esa esencia melódica, tiene la fuerza de un buen corte de Hard n’ Heavy. Y los solos quizás con más sentimiento del disco. Mientras que «The Running Man» tiene una entrada a medio camino entre riffs de la NWOBHM y el virtuosismo de unos RACER X. Uno de los temas más agresivos del disco, pero con mucha clase instrumental. Me recuerda a esas canciones de SAVATAGE, en las que siempre hay riffs muy «speedicos», pero con mucha clase, bien puestos. También esos efectos especiales y voces a medio tema para dsemboar en unos solos muy PRIEST. Ya acercándonos al final tenemos «Rough Riders», que vuelve a tener ese rollo británico a lo TANK, pero esta vez también  tirando a los MOTÖRHEAD por la manera de modular la voz a lo Lemmy en alguna fases y, sobretodo, finales de frases, pero de nuevo con unos solos y juegos guitarreros más heavies, con inclinaciones PRIEST. y «Lonewolf» es una powerballad a la americana, o un medio tiempo melódico. A mí me recuerda un poco a HELIX, tiene esas dos fases de melodía y fuerza, aunque también a la hora del estribillo se aprecia ese toque tan intenso a lo SAVATAGE e incluso a lo SAXON del «Destiny». De nuevo, unos solos muy intimistas y metalizados le dan ese plus de calidad a una gran canción.
En conclusión, un disco con las ideas clarísimas, bien estructuradas musicalmente, y con ese aire old school, pero rebuscado, con culturilla metálica.

 
Dying Victims Productions (2019)
Puntuación: 8/10

 

Paco Gómez
paco@queensofsteel.com

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