MANILLA ROAD – To Kill a King
Por fin tenemos en nuestras manos la última obra de la legendaria banda de Epic Metal MANILLA ROAD. Ya con este su vigésimo trabajo (contando los directos) aún siguen en plena forma haciendo lo que mejor saben. Y en este álbum no son menos. No hay dos discos iguales de MANILLA ROAD, pero en todos tienen esa esencia, atmósfera y escuela de dónde y cómo se iniciaron. Y así, nos encontramos con esto, una colección de diez temas que comienza con “To Kill a King”. Comienza ya con diez minutos exactos de viaje musical.
Un riff inicial muy clásico con un sonido SABBATH pero los ochentenos, de Dio. De golpe, un pasaje lento, como anunciando la historia, con un Mark e tono suave y envolvente para volver a los riffs iniciales metálicos y crudos, casi sin espacios, y donde de nuevo hay un parón para que el mismo pasaje más suave anterior vuelva a surgir, esta vez más instrumental, para cambiar de repente a un ritmo muy a lo MAIDEN, con la voz de Mark ya cogiendo agresividad. Para después deleitarnos con unos solos de guitarra muy clásicos y sentidos, y volver a ese ritmo Maideniano donde Mark ya encaja la voz dándole esa aceleración que vuelve a despegar en otro momento instrumental largo y sublime, con un sonido transportador de guitarra, con mucho clasicismo y buen gusto que, prácticamente, llega hasta el final del corte dándolo por terminado con un pasaje lento y vocal marca de la casa. Le sigue “Conqeuror”. Ese MANILLA ROAD crudo, grueso, de sonido primitivo, donde las estrofas tienen ese momento tan clásico de voz que Mark imprime en estos casos. Después tiene un espacio instrumental muy amplio donde la guitarra de Mark campa a sus anchas por una densa y sonora base de batería y bajo y, de hecho, en esta canción el protagonismo es de la guitarra, sin ninguna duda. En cambio, “Never Again” descoloca un poco por lo que parece argumentar el disco. Suenan una especie de sirenas al principio, más de esta época de la que supongo que trata el disco, aparte tiene un aire Soul, y me atrevería a decir que incluso cierto aroma jazzístico, pero sin abusar. Me recuerda al redondo “Circus Maximos” de MANILLA ROAD, donde existe una amalgama de sonidos y pistas donde encajaría este corte de lleno. Luego ya tiene un cambio más asequible, también envolvente, con un sonido y solo de guitarra limpio y pulcro, y una línea de bajo constante y sin espacios, que le da un toque místico y elegante. “The Arena” tiene ese ritmo metálico asequible al estilo de temas del “Crystal Logic”. Cuenta con unas estrofas y estribillos marca de la casa, con esa voz nasal y envolvente y, por supuesto, con otros cambios donde se guturaliza más el tono vocal y los riffs son más duros y apretados pero, en líneas generales, es ese tema de MANILLA ROAD clásico. Un tema donde, si en esta banda existiera el hit single, este sería un candidato. Después tenemos “In the Wake”. Es la clase de cortes de MANILLA ROAD con los que más disfruto, de ritmo lento pero endurecido, acompañado por teclas que le dan ese aire que a mí tanto me gusta en este grupo, que son esos momentos místico/cósmicos. La voz es limpia, en plan narrativa, con sus modulaciones tan especiales y sentidas. Apenas hay cambios de ritmo apart4e de algunas estrofas vocales más oscuras. Es linealmente adictivo y envolvente. Y los solos son auténticos; heavies, clásicos, con esos bucles tan épicos y melódicos en este caso, que Mark imprime en sus notas. “The Talisman” es una roca; tiene un feeling y un groove crudísimo, que se te encaja en seguida en la cabeza. Me recuerda mucho a pasajes estilo CELTIC FROST, aparte de notas de guitarra inspiradas más en el Doom. O sea, un tema con cierta oscuridad, con una voz acorde al corte amenazante; dura. Y, cómo no, con unos momentos instrumentales de lujo, como viene siendo habitual a lo largo de la escucha. “The Other Side” tiene la mezcla tanto primitiva como metálica y clásica, acentuando tanto los graves del bajo como los sonidos metálicos de la guitarra. Aunque es el bajo el que en esta pista lleva el soporte y encrudece más los cambios de ritmo y los acompañamientos puntuales tan bien dirigidos vocalmente, con bellas estrofas y líneas muy épicas. Amen de nuevo con una instrumentación magnífica por parte de la guitarra, bajo y batería, donde parece que a veces cada uno va por su lado, pero mantienen una atmósfera y una conjunción perfecta. “Castle of the Devil” tiene casi el mismo groove instrumental que “The Talisman”, pero más clásico, más Thrash, aunque acompañado de unas líneas de guitarra que van recorriendo la base rítmica de una manera muy clásica y natural. Un buen cambio de ritmo netamente con un riff a lo cabalgada muy metálico. La voz aparece de vez en cuando con estrofas épicas y algún cambio más crudo y veloz, pero básicamente es una pista en la que, en su minutaje, se recrean más en instrumentaciones y virtuosismo. Llegando al final está “Ghost Warriors”, que tiene también esa onda enigmática que recuerda a los temas de “Circus Maximus”. Es tan melódica vocalmente como cruda en la base rítmica, manteniendo el groove crudísimo del que venimos hablando en los últimos temas, sobretodo en las líneas de bajo, pero con cierta melodía y buen gusto, especialmente al final, donde hay una parte instrumental donde la crudeza del bajo, contrarestada con las melodías de guitarra, le dan ese misticismo clásico y tan suyo. Y terminamos con “Blood Island”, con una entrada a lo MERCYFUL FATE, con unos sonidos de guitarra, cambios de riff que desembocan en un medio tiempo donde la voz mantiene esas notas épicas que se alternan con cambios más rápidos donde la voz protagoniza con sus estrofas ese viaje épico. Y donde, de nuevo, el sonido de los solos es de un clasicismo brutal y directo en un tema netamente metálico.
En definitiva, otra joya para los oídos y la vista, porque si algo tiene los discos y las composiciones de MANILLA ROAD es que, por lo menos en mi opinión, su música es visualizable y capaz de transportarte a donde sea. Y, por lo demás, pues diré que en este disco observo más clasicismo metálico, sobretodo en las partes instrumentales, que contienen mucho. Si os fijáis he nombrado SABBATH con Dio, MAIDEN, MERCYFUL e incluso CELTIC FROST, pero siempre con la esencia y la base que la banda siempre tiene y sabe controlar tan bien. Me cuesta decir qué disco es mejor de este grupo, porque cada uno es un mundo, pero de los últimos cuatro trabajos es el que más me gusta, aunque más me cuesta decir el peor, porque el peor no existe.
¡¡¡A DISFRUTARLO!!!
Golden Core Records (2017)
Puntuación: 9/10